La elección entre un piso alto o bajo implica considerar cuidadosamente las preferencias personales, las necesidades familiares y las posibles limitaciones que cada uno pueda presentar.
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En el proceso de decisión sobre comprar o alquilar un departamento, una pregunta recurrente surge entre los potenciales clientes: “¿Qué altura de piso es mejor para vivir?”. La respuesta a este interrogante no es tan fácil de responder como podría parecer, porque depende de diversos factores a tener en cuenta.
Lo ideal es considerar cuáles son los pro y los contra de cada altura antes de tomar una decisión. Para esto, los brokers inmobiliarios compartieron algunos tips clave para no llevarse sorpresas. “En términos generales, los pisos altos son más deseados porque ofrecen ventajas relacionadas, principalmente, con la calidad de vida”, afirma Fabián Catanese, productor Asociado de Martin Pinus Real Estate.
Hay que tener en cuenta que entre los beneficios destacados de los pisos más altos, desde el séptimo comienzan a reducirse los ruidos en comparación con las plantas más bajas, además, en general tienen mejores vistas y en algunos casos panorámicas. También suelen tener una mayor incidencia de luz natural. Sin embargo, Catanese advierte sobre algunos aspectos a considerar: una desventaja de los departamentos ubicados en pisos altos es que pueden estar ubicados debajo de zonas comunes como gimnasios o salones de usos múltiples, razón por la que pueden ser propensos a ruidos molestos.
En cuanto a sus valores de venta, se estima que un mismo departamento en un edificio aumente entre 1.5% y un 2% a medida que se asciende por piso, excepto en casos puntuales, explica Martín Pinus, director de Martin Pinus Real Estate and Investments. En el caso del tercer al quinto piso, Catanese señala que estos podrían experimentar algo de ruido proveniente de la calle y no ofrecen las vistas panorámicas de los pisos superiores. Sin embargo, los pisos bajos entre el primero y el cuarto a veces tienen vista a la piscina del edificio, lo cual puede ser un punto a favor. Es importante destacar que estos pisos, si tienen vista al río, pueden ser mejor ponderados que los que les siguen.
Hay que tener en cuenta que las vistas vienen con letra chica. Cuando se compra una propiedad, se aconseja visitarla en distintos horarios y días para ver cómo es la zona y detectar posibles ruidos molestos, como puede ser la gente caminando de noche si está cerca de una avenida, la música fuerte cercana a un boliche o las vías del tren.
Por otra parte, aquellos edificios sin grupo electrógeno puede convertirse en un inconveniente significativo ante un corte de energía.
Otro lado B de los últimos pisos es una mayor intensidad a las inclemencias del clima, como lluvias torrenciales, altas temperaturas, frío y vientos fuertes. Esto se evidenció recientemente durante el temporal en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde los pisos superiores resultaron más vulnerables ante eventos climáticos extremos.
Otra consideración importante es la posible entrada de murciélagos en los pisos altos, mientras que en los pisos bajos, la presencia de mosquitos puede ser un inconveniente. Además, en situaciones de evacuación, los pisos más altos presentan un desafío adicional.
Contrariamente, vivir en los primeros pisos ofrece ventajas, al estar a la misma altura que la calle, facilita el acceso evitando escaleras y ascensores, y, en muchos casos, espacios adicionales como patios. Estos últimos son especialmente buscados por familias con niños y mascotas, proporcionando un espacio extra para disfrutar al aire libre aunque en general sin presencia de sol. Otra ventaja puede ser la rápida evacuación ante emergencias.
Incluso si ocurre un corte de luz, se podrá acceder al departamento con muchísima facilidad,. Es más, a la hora de realizar una mudanza, vivir en una planta baja evita el costo adicional que implica subir los muebles por las escaleras o intentar encajarlos en el ascensor.
Pero, a pesar de esto, la primera ventaja de tener una propiedad en una planta baja, aunque quizás la más conocida, es que el precio del inmueble es mucho más barato en comparación con una planta intermedia. Obviamente, todo dependerá de la zona elegida y de si la vivienda necesita o no una reforma integral pero, por lo general, un piso bajo siempre es más económico. Esto significa que por un precio inferior se puede adquirir la misma cantidad de metros cuadrados que un piso superior, incluso a estrenar.
No obstante, los pisos más bajos también traen sus desventajas, como la menor cantidad de luz natural y la calidad del aire. Además, están más expuestos al ruido exterior, incluyendo el tránsito de personas, autos y transporte público, y a los olores de la calle, cómo puede ser la caca de los perros cuando sus dueños no la levantan.
Catanese subraya la importancia de distinguir la ubicación del piso en relación con la calle, ya que los niveles de molestia por ruido varían significativamente entre calles de barrio y avenidas congestionadas.
En este sentido, los ruidos generados por los alertas de ingreso a cocheras suelen considerarse normales y tolerables para los residentes de los edificios, pero impactan más a aquellos que viven en los pisos bajos sobre todo si la propiedad está en una calle muy transitada.
Un análisis aparte merece la cercanía a determinados lugares. Por caso, unode los mayores factores que puede desvalorizar una propiedad es la cercanía a vías de tren debido al sonido y las vibraciones. En estos casos, la instalación de ventanas con doble vidrio puede ayudar a atenuar estos ruidos.
Otro factor a considerar es la ubicación cercana a cuarteles de bomberos o a una casa funeraria, ya que esto también puede afectar negativamente el valor de la propiedad. En estos casos, los gritos o llantos desgarradores y el constante ruido de sirenas pueden afectar el valor del inmueble. En números, los brokers afirman que la desvalorización puede alcanzar al 20% en relación a una propiedad similar a pocas cuadras.
¿Cuáles son las mejores y peores vistas?
Las vistas no son un detalle menor para quienes deciden elegir una propiedad para vivir. En términos de compraventa son, de hecho, uno de los factores más importantes a la hora de definir el precio de un inmueble y además están asociadas a otras dos variables de peso: el ruido y la luminosidad.
Los departamentos que no tienen vistas en general son los internos. Hay otros que tienen vistas cerradas como los que están al frente en calles angostas con edificios en la vereda contraria; otros tienen vistas abiertas como algunos contrafrentes que dan a muy buenos pulmones de manzana, y están los que tienen vistas únicas que son los que miran al río, al verde, al cielo o a la Ciudad y suelen ser pisos altos.
Por su parte, las peores visuales son: aquellas en las que se observan entornos desprolijos, por ejemplo, techos y terrazas en mal estado de mantenimiento. Mientras que las más deseadas son aquellas que permiten disfrutar de grandes extensiones de agua o de espacios verdes de buenas dimensiones.
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