Se consiguen por un precio similar o incluso más bajo que los contratos tradicionales y tienen condiciones más flexibles
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En 2020, en la Ciudad de Buenos Aires hubo más divorcios que casamientos. Aunque el dato no marca una tendencia de comportamiento social, ya que no es representativo porque los registros civiles estuvieron cerrados por el coronavirus entre abril y septiembre, deja al descubierto un escenario que tuvo impacto en el mercado inmobiliario y que se evidencia aún hoy. El aumento de las separaciones disparó la demanda de los alquileres temporarios, un segmento que, de cara a la “nueva normalidad”, se mantiene bien posicionado.
Según cuenta a LA NACION Darío Rizzo, CEO de Alternativa Propiedades, inmobiliaria especializada en alquiler temporario, entre junio y julio de 2020, los únicos contratos que cerraron fueron temporarios para personas recién separadas. A partir de agosto, la tendencia se consolidó. “Las operaciones se hacían de forma online y los inquilinos iban a buscar las llaves a la oficina o directo a lo del dueño. Eran check-in desesperados de gente que se estaba separando y aceptaba sin ver las propiedades, cosa que antes no nos pasaba”, cuenta.
En concreto, asegura que desde que se inició la pandemia notaron un aumento del 40% en la demanda de alquileres temporarios por parte de personas divorciadas. “Teníamos casos de personas que no podían esperar a salir a buscar propiedades porque necesitaban irse de la casa urgente. Nosotros siempre ponemos la razón del alquiler en el contrato y nos contaban eso”, explica. Es que, mientras que 4480 parejas disolvieron su vínculo conyugal en 2020, solamente 3861 se casaron, es decir, que por cada separación hubo menos de un enlace, según datos suministrados por el ministerio de gobierno porteño a través del Registro Civil y Capacidad de las Personas.
La cantidad de divorcios fue en aumento con respecto a los matrimonios y, desde 2004, la relación es de solo dos casamientos por cada separación, es decir, los divorcios representan el 50% de los matrimonios de cada año. Entre enero y mayo de 2021, se casaron 4171 personas y se divorciaron 2508. Cabe destacar algo: estas cifras solo representan las uniones formalizadas y no comprenden al resto de las parejas. Más allá de los números, las separaciones tienen un impacto en el mercado inmobiliario, porque dos personas que antes ocupaban un mismo inmueble, necesariamente deben relocalizarse.
En esta línea, Rizzo remarca que los alquileres temporarios presentan grandes ventajas: en primer lugar, sostiene que hay más oferta y que, en caso de desearlo, la operación puede concretarse en el mismo día. “Tenés todo listo porque ya está amoblado, es un trámite, te llevás tu ropa y listo”, dice. A su vez, destaca que son ideales para “un momento de transición”. “Estás ahí mientras ves qué hacer, si te arreglás y volvés a tu casa o buscás otra vivienda y renovás hasta que salga el divorcio”, indica.
Los contratos se hacen bajo una modalidad de locación temporaria con finalidad específica y se extienden por entre tres y seis meses. A su vez, otra ventaja, según Rizzo, es que hoy cuestan prácticamente lo mismo que uno tradicional, con servicios y expensas incluidos en el costo final y ya están amoblados. “Son la cultura del alquiler del futuro, por la movilidad y flexibilidad que te dan”, expresa el especialista y afirma que la tendencia se sostiene de cara a la pospandemia y genera grandes expectativas con la esperanza de que se reactive el turismo.
¿Una buena oportunidad para migrar al temporario?
Actualmente, hay 11.781 departamentos para alquiler temporario en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), un 30% menos que hace un año. El dato se desprende del monitor inmobiliario que todos los meses realiza Daniel Bryn, titular de Invertiré Real Estate. “Cayó la cantidad por la falta de turismo. También bajaron las tarifas y la rentabilidad del negocio. Hoy tener un departamento temporario deja una ganancia casi igual que tenerlo para alquiler tradicional”, asegura el especialista.
Hay algunos datos que ponen de manifiesto la caída del mercado de los temporarios: en febrero de 2020, la ocupación de esas unidades era del 74%, es decir, estaban vacías durante ocho días al mes. A su vez, en esos meses, la renta que percibía el dueño alcanzaba los US$560 en el mismo período, a razón de una tarifa promedio de US$69 por noche.
Actualmente, el panorama se invirtió: la ocupación alcanza el 35%, o sea que los departamentos pasan vacíos casi 20 días al mes. Por eso, la rentabilidad que deja el mercado es casi la misma que la de los alquileres tradicionales: el propietario obtiene US$247 al mes a razón de una tarifa de US$38 la noche contra los US$240 que se consiguen, según datos de diciembre, con un alquiler fijo.
En octubre de 2019, había 22.600 unidades para alquiler temporario en CABA. Ese fue el pico del mercado que, con la llegada de la pandemia de coronavirus, cayó abruptamente. Mientras la cantidad promedio de los últimos cuatro años fue de 15.400, en el último año la cifra llegó a disminuir hasta 11.900. Sin embargo, Bryn señala que, con el avance de la vacunación contra el coronavirus, se espera que las fronteras vuelvan a abrirse y la actividad turística se ponga nuevamente en funcionamiento. En ese escenario, no duda en afirmar que “el mercado de los temporarios repuntará. Con un tipo de cambio tan devaluado, la Argentina siempre es un buen destino para los turistas”, agrega.
Con récord de propiedades en venta y precios que no paran de caer, sostiene que existe una gran oportunidad de invertir en metros cuadrados a muy bajo costo, que a futuro podrían dejar una ganancia significativa. “Muchos dueños decidieron deshacerse de sus departamentos y algunos incluso los venden con muebles. Creo que es una buena opción comprar y esperar a que el turismo arranque nuevamente y ese mercado vuelva a estar demandado, algo que es muy probable que suceda”, explica.
También afirma que es una buena época para aquellos propietarios que hoy, en medio del complejo escenario que trajo aparejada la ley de alquileres, deciden retirar sus inmuebles del mercado a la espera de que la situación mejore. “Si tenés un tradicional vacío es recomendable en este momento prepararlo para alquiler temporario y probar qué resultados da”, plantea Bryn.