Las casas de Estancia Las Malvinas estaban conectadas a una red clandestina y los consumos que realizaban se ubicaban en los escalones más altos de la categoría residencial
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La empresa eléctrica Edelap, del grupo DESA, descubrió que 38 propiedades de lujo consumían energía ilegalmente en uno de los barrios privados más antiguos de la localidad bonaerense de Coronel Brandsen. Los gastos se ubicaban en los escalones más altos de la categoría residencial y se hacían a través de una red clandestina. La compañía evalúa denunciarlos penalmente.
Las 38 casas están dentro del barrio Estancia Las Malvinas, ubicado sobre el río Samborombón, a un kilómetro del centro de Brandsen y a menos de una hora de Capital Federal. El descubrimiento se produjo en uno de los operativos de revisión de las conexiones de los usuarios que la empresa realiza con el fin de detectar la existencia de fraude eléctrico, adulteraciones de medidor o conexiones clandestinas directas a la red.
El barrio se extiende sobre 2000 hectáreas que incluyen ocho kilómetros de las costas del río Samborombón, con tres puentes de hormigón que vinculan las distintas áreas del lujoso complejo. Tiene más de 80 kilómetros de boulevares, avenidas, caminos y senderos. También cuenta con dos Club House, salones climatizados para fiestas, pulpería, restaurante y bodega en una superficie de 1000 metros cubiertos. Además, tiene dos puntos de acceso: uno sobre la Ruta 29 y el otro a pocos metros de la ruta 215.
El predio está actualmente subdividido en dos: Malvinas I, conformado por 290 chacras con una superficie que va de los 9000 a los 30.000 metros cuadrados y Malvinas II, que cuenta con más de 500 lotes que van de los 1500 a los 5000 metros cuadrados.
Un lote de menos de 2500 metros cuadrados puede costar entre US$30.000 y US$1.000.000, según la ubicación dentro del barrio, de acuerdo a lo publicado en los avisos. El precio más bajo es de US$30.000 por un lote de 2724 metros cuadrados, mientras que el más alto es de US$1.111.111 por un lote de terreno de 70 por 70.
Las casas estaban conectadas de forma clandestina y, al no contar con gas por red, el consumo eléctrico que realizaban era muy elevado, por encima del promedio que realizan los usuarios residenciales que sí cuentan con red de gas, según pudo saber LA NACION. Edelap indicó que en todos los casos se labraron actas y se retiraron las conexiones peligrosas.
“El robo de energía, en sus distintas metodologías, genera excesos de consumo no registrado que sobrecargan los tendidos, los dañan y afectan la calidad de servicio que reciben los usuarios vecinos que están correctamente conectados, generando problemas de tensión o cortes por manipulación indebida de las redes”, resaltó la empresa en un comunicado.
Ahora, Edelap le cobrará a los propietarios de los inmuebles involucrados la energía consumida en forma ilegal, incluyendo las penalidades correspondientes de acuerdo a lo que establece el Reglamento de Suministro y Conexión. Además, evalúa denunciarlos penalmente, así como a quienes pudieran haberse ofrecido a realizar las conexiones ilegales o distintas maniobras para manipular las instalaciones eléctricas. El robo de energía es un delito penado con prisión de hasta seis años.