Muchos estudios coinciden en que la mayor cantidad de bacterias se acumulan en la cocina
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Hay rincones, productos y superficies del hogar en las que muchas veces pasa desapercibida la cantidad de suciedad que pueden acumular y, al momento de limpiar y repasar se presta más atención a otros espacios.
Pero, contrario a la creencia popular, entre las áreas del hogar que más gérmenes acumulan no está el baño. Por eso, es importante prestar atención a ciertos espacios que se convierten fácilmente en un caldo de acumulación de bacterias, por olvido o porque están en lugares de difícil acceso.
Entonces, para evitar que las casas se conviertan en bienes raíces de primera para varias especies de insectos, bacterias y hongos, hay ciertos tips para limpiar estos espacios.
A continuación, una lista de las áreas más sucias de la casa y los consejos para desinfectarlas.
Detrás de la estufa o radiador. Muchas veces en el diseño y la decoración del hogar se suelen utilizar trucos para esconder detrás de muebles u otros objetos decorativos los radiadores o estufas. Pero, incluso si limpia el exterior, las ranuras detrás del radiador en realidad acumulan polvo y suciedad muy apretados que luego se expulsan al aire.
Esta limpieza, además de evitar suciedad, tiene otra ventaja: puede reducir los costos de calefacción, ya que el polvo comprimido entre las rejillas de ventilación evita el paso del calor, lo que significa que sus calentadores deben cumplir una doble función para mantener el interior caliente.
A la hora de limpiarlo, una forma de combatir el polvo es, con el aparato apagado, conectar un recipiente o una manguera a una aspiradora. Si se desea una limpieza a fondo, hay cepillos de limpieza especiales para las ranuras. De lo contrario, se puede utilizar un plumero, colocando un paño debajo del radiador. A su vez se puede limpiar también la pared detrás del radiador con una mezcla de jabón, que tiende a oscurecerse con toda la suciedad.
El espacio entre azulejos. En la pastina que se suele utilizar entre azulejos y baldosas es muy común que se vaya acumulando suciedad, que hace que se vean más oscuros y desprolijos. Si se incluye la limpieza a la rutina habitual se puede reducir la acumulación de moho. Para eso, lo ideal es comprar un cepillo diseñado específicamente para limpiar estos espacios o usar un cepillo de dientes en desuso. Sumergirlos en agua y frotar con fuerza. Alternativamente, el vinagre puede funcionar en estas superficies, ya que ayuda a liberar el polvo bloqueado, la suciedad y los pelos. Otra solución casera es una mezcla de peróxido de hidrógeno y bicarbonato de sodio hasta lograr que quede pastosa y dejarla reposar unos minutos antes de frotar.
Zócalos. Al estar fuera del alcance de la visión suelen ignorarse, a pesar de que acumulan mucha suciedad. Muchas veces al chocar con el escobillón o el lampazo quedan machados. Para mantenerlos limpios, se pueden desempolvar o aspirar los zócalos con un plumero largo o con una aspiradora. También lavar la superficie con agua tibia y jabón.
Rejillas de ventilación. La suciedad en esto espacios no sólo es visual, sino que podrían contribuir a causar síntomas de asma o alergia. Para evitarlo, se puede utilizar una aspiradora para aspirar el polvo y la suciedad; solo necesita asegurarse de tener una manguera larga para llegar a los conductos. Otra forma es usar una escobilla de baño o una brocha de cerdas duras.
Duchador. A pesar de la frecuencia con la que la mayoría de nosotros nos bañamos, no se suele prestar atención al cabezal de la ducha. Sin embargo, suele suceder que algunos agujeros dejen de tirar agua. Eso es porque, con el tiempo, los agujeros se obstruyen con moho, depósitos minerales como el sarro o la propia espuma de jabón. Para prevenirlo, una buena opción es un limpiador que combata específicamente la espuma de jabón, la cal y el moho. Si se puede desenroscar la cabeza, sumerjirla en una solución de partes iguales de vinagre blanco y agua caliente. Si no se puede quitar, optar por llenar una bolsa de plástico con vinagre y envolverla alrededor del cabezal de la ducha, dejar actuar algunas horas y abrir el agua.
El tapón de desagüe. La acumulación de bacterias y moho es muy común. Si el drenaje comienza a funcionar lentamente, puede estar obstruido. Es fundamental sacar la suciedad con la mano y limpiar con agua tibia o caliente con jabón. Además, remojar el tapón en una solución de vinagre o detergente durante unos minutos antes de limpiarlo con un trapo.
Alrededor de la base del inodoro. La suciedad en el piso alrededor de la losa suele ser un lugar de mucha acumulación de bacterias, sobre todo cuando hay alguna pérdida y se genera una zona muy húmeda. Los consejos de limpieza incluyen una combinación de sal de mesa, bicarbonato de sodio y blanqueador de oxígeno; esto ayudará a desinfectar y aflojar la acumulación. Luego de una hora, pasar un paño húmedo. Una taza de bicarbonato de sodio y una taza de vinagre blanco destilado también son efectivos.
Bolsas de supermercado reutilizables. Las bolsas que reemplazan las de plástico negro, con un rol ecológico, también pueden ser portadoras de gérmenes. Esto se debe a que los usa para transportar carnes, verduras, frutas, cartones y paquetes de alimentos. Todas las bacterias que acechan allí, esperando la contaminación cruzada. Además, las bolsas de supermercado reutilizables son artículos que se tocan con frecuencia, las manos y otros objetos los tocan con frecuencia. Por lo tanto, estos se convierten en los artículos más peligrosos que pueden transferir infecciones fácilmente.
Esponja de cocina. Según diversos estudios, la cocina es el área más sucia de toda la casa. Se han encontrado todo tipo de bacterias -que incluye salmonella y escherichia coli - en más del 75% de las esponjas y trapos para platos. Un truco simple para saber si una esponja necesita limpieza o reemplazo es si comienza a oler, eso es prueba de que alberga bacterias. Si bien se recomienda limpiarla con frecuencia, a menudo es mejor reemplazar las esponjas una vez al mes. Para limpiarlas, se puede poner la esponja húmeda en el microondas durante un minuto (no las metálicas) o remojarla en una solución de un cuarto de cucharadita de lavandina concentrada por cuarto de agua tibia. También se puede limpiar usando el lavavajillas.
Licuadora. Por lo general se suele limpiar inmediatamente después de usarla, pero ¿sabías que limpiar la jarra no es suficiente? La junta, un sello de goma instalado para ayudar a evitar fugas, está en la base de la jarra de la licuadora. Con el uso repetido, esta parte a menudo se llena de bacterias, levaduras y moho. La humedad y las partículas de comida atrapadas entre la base y la junta crean un gran caldo de cultivo para la proliferación de gérmenes. Se limpia con agua y jabón, mientras que el anillo de goma puede requerir un cepillo de cerdas finas para una limpieza adecuada. También se puede dejar la goma en remojo en agua jabonosa tibia durante unos 10 minutos; esto ayudará a aflojar la suciedad y las manchas difíciles.