El furor del Bitcoin sigue sumando cada vez más adeptos que se animan a invertir en la criptomoneda estrella, incluso grandes jugadores como Tesla. Y, a pesar de la volatilidad con la que se mueve día a día, algunos propietarios argentinos comenzaron a añadir en la descripción de venta de sus inmuebles que aceptan criptomonedas como forma de pago. Sobre todo, aquellos que se van del país y deciden empezar sus nuevas vidas en otras latitudes.
“La realidad es que en la Argentina nos acostumbramos a hacer las cosas al revés, si queremos comprar una licuadora lo hacemos con tarjeta o venta online, no se nos ocurre llevar los pesos. Sin embargo, cuando compramos o vendemos propiedades, que es lo más valioso que aprendimos a tener culturalmente porque es lo que venían a buscar nuestros abuelos inmigrantes aquí, ahí si las operaciones se hacen en efectivo. La realidad es que es súper inseguro y lo más razonable es que se haga 100% online a través del sistema bancario, aunque es real que a veces bloquean cuentas o las comisiones son demasiado altas. Entonces, las criptomonedas son una excelente opción”, explicó Esteban, emprendedor y psicólogo que puso a la venta un piso en Colegiales, ciudad de Buenos Aires, a través del portal digital Amaira.
En su caso, previa publicación de compraventa del inmueble se asesoró con inmobiliarias, una escribanía y un contador. Al confirmar su factibilidad, decidió salir al mercado con su departamento aceptando Bitcoins, Ethereum y DAI. “La tecnología nos da la posibilidad de hacer una transacción entre pares sin ninguna intermediación y que sea legal, en blanco, sin mayores inconvenientes y con una acreditación que puede llegar a ser rápida también”, agregó.
A pasos de la plaza Primero de Mayo y ubicado en un edificio declarado patrimonio histórico de la ciudad de Buenos Aires, un monoambiente se ofrece en Mercado Libre a un precio de dos Bitcoins como única forma de pago (a excepción, como aclaró su dueño, de otras criptomonedas). Su propietario se fue a vivir a España a finales de 2019 y, cuando puso a la venta su departamento en la Argentina, decidió que se realizara en criptomoneda. “Si tengo que hacer una transferencia de esa cantidad de dinero a nivel bancario, corro un riesgo enorme porque tarda en acreditarse”, dijo su dueño, quien pidió no revelar su identidad.
“No le voy a sacar el precio que yo quiero vendiéndolo en la situación como está en dólares. Y, para mal venderlo, prefiero hacerlo en una moneda que me proteja incluso ante la devaluación del dólar. Si tenés en cuenta que solo el 5% de la población sabe que existe la criptomoneda, imaginate el potencial de crecimiento que tiene”, aseguró.
En el interior del país, los casos se replican. Carlos, que trabaja de diseñador gráfico y UX, publicó en MercadoLibre Inmuebles su propiedad autosustentable en La Cumbre, Córdoba. “La vendemos porque decidimos irnos del país. Cualquier consulta no molesta. Recibo Bitcoin y cualquier criptomoneda”, cita la descripción del portal web. En diálogo con LA NACION, el vendedor explicó que la idea de aceptar esta forma de pago fue para “agilizar la venta de la propiedad, pensando que podría haber algún interesado en alguna parte del mundo y con la ventaja de no tener que mover ningún tipo de dinero físico”.
A pesar de que mucho se habla de ello, la volatilidad de las criptomonedas no es un problema: sus adeptos aseguran que hay que pensar en el largo plazo. “En cinco años la volatilidad deja de ser un inconveniente. Si mirás la cotización de cinco años para atrás, del Bitcoin o de cualquier otra cripto, te sorprende. Si miramos para adelante, también nos vamos a sorprender. Está claro que todavía estamos en los albores de la blockchain, como fue en los primeros años de Internet hasta que aparecieron los grandes jugadores. No es solamente la moneda, es una apuesta por la tecnología”, cerró Esteban.
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