En California existe una joven empresa que, literalmente, imprime casas. Utilizando la tecnología de impresión 3D y un material de su propio desarrollo llamado Light Stone Material (LSM, una mezcla de minerales y polímero plástico), Mighty Buildings logró construir casas reduciendo las horas de mano de obra -el 80% del trabajo es automatizado- de una construcción convencional a la mitad, dos veces más rápido y generando 10 veces menos residuos.
La innovación, la sustentabilidad y la reducción de costos y tiempo ya han puesto a esta startup de 100 empleados en el centro de atención de inversores y desarrolladores, aunque el mes pasado se hizo público un proyecto que seguramente va a aumentar aún más el interés.
La desarrolladora norteamericana Palari, especializada en construcción sustentable, anunció que construirá la primera comunidad íntegramente constituida por casas impresas en 3D. Será en Rancho Mirage, una ciudad del valle de Coachella, en California, y comenzará a construirse a finales del 2021. Según la propia desarrolladora, el desarrollo estará terminado en sólo un año y medio, menos de la mitad de lo que tardaría uno convencional. La rapidez se explica en que los paneles interiores y exteriores de Mighty Buildings se imprimen en menos de 24 horas. Los desafíos están, entonces, en la logística y la urbanización. De la construcción se ocupa la tecnología.
Serán 15 propiedades en terrenos de más de 900 m/2, y arrancan en los US$595.000. Las casas tendrán 3 habitaciones y 2 baños, pileta, jardín y tecnología de punta que incluye paneles solares y cargadores para vehículos eléctricos. Algunas pocas, además, incluirán una casa de huéspedes, y se pueden comprar por la suma de US$850.000. O podían. La preventa comenzó a fines de febrero y en pocos días se agotaron las unidades en venta. Según la página de la compañía, la comunidad 3D prácticamente no generará desechos y será net zero en consumo de energía, algo que sedujo a un público millenial usual en California: pudiente, tecnológico y preocupado por el medioambiente.
Otra particularidad del proyecto es la forma de pago: la desarrolladora aceptó criptomonedas, algo que aprovecharon dos compradores, que utilizaron Bitcoin.
Un desarrollo con todos los condimentos del siglo XXI.
Otras noticias de Sustentabilidad
- 1
Por qué a este pequeño pueblo europeo lo creen “maldito” y está abandonado
- 2
Los empresarios que pelean por una codiciada esquina de Palermo
- 3
La “letra chica” de un crédito hipotecario: entre tasas e impuestos pueden sumar un costo extra de hasta 5%
- 4
Solo viven 700 personas: la ciudad de Estados Unidos que regala terrenos para que la gente se mude