En 1912, el paisajista Carlos Thays, la mente detrás de iconos porteños como el Jardín Botánico, Barrancas de Belgrano o los Bosques de Palermo, ideó lo que hoy es una de las zonas más exclusivas y caras de Buenos Aires: Barrio Parque. Lugar sofisticado de calles curvas, arboladas y silenciosas, embajadas y casas con pequeños jardines, el Barrio Parque de Palermo Chico, tal su nombre original, tiene aires de suburbio pero en plena ciudad, unas pocas cuadras de pura elegancia con inmejorables accesos.
Allí viven y ya son vecinos ilustres Susana Giménez, Marcela Tinayre, Flavia Palmiero, Mariana Fabbiani, Teresa Calandra, Carlos Bianchi y han vivido Franco y Mauricio Macri, Pampita, Mariano Grondona, entre otros.
Es un enclave sin límites oficiales, no tiene más fronteras que las que traza la costumbre. Si hubiera que hacer definiciones, podría decirse que comprende la zona entre Avenida del Libertador y la vía, entre Salguero y Tagle, encontrando su fisonomía más pura a partir de la Avenida Figueroa Alcorta en dirección al río. Sus caserones señoriales de estilo francés o inglés y sus edificios bajos son elegidos principalmente por empresarios, diplomáticos extranjeros, o expatriados de compañías multinacionales. En Barrio Parque, el valor promedio del metro cuadrado ronda los US$4800, según Reporte Inmobiliario. Sin embargo, es un número que responde a las pocas ofertas publicadas porque es una zona casi sin movimiento inmobiliario, y muchos estiman que el precio es aún más elevado, rondaría los US$6000 (o más) por metro cuadrado.
El barrio es hogar de una ecléctica mezcla de estilos arquitectónicos: neoclásico, Tudor, sevillano, incluso el modernista, como en la casa de 1929 encargada por Victoria Ocampo, y que fue un escándalo para la época. Destacan también el Palacio Chrysler o la cúpula de Eduardo Costa y Ortiz de Ocampo, diseñados por Mario Palanti (el padre del Palacio Barolo). Además, Barrio Parque fue designada como zona de protección histórica, lo que impide la construcción de edificios de más de cuatro pisos de altura en determinadas manzanas, entre otras prohibiciones.
La “difícil” de la ciudad
Sin embargo, cuando se habla de mercado inmobiliario, Barrio Parque es un área difícil. Claro, la oferta de terrenos libres es prácticamente nula, hay poca rotación de inmuebles y las restricciones a la hora de construir o refaccionar son mayores que las de cualquier otro barrio. “Es un lugar en el que durante muchos años prácticamente no se invirtió”, dice Rodolfo Miani, socio del estudio BMA. Es un mercado cerrado, de mucha reventa y con muy poca renovación. La demanda por un área con el metro cuadrado tan caro, en un contexto difícil como el actual, entendiblemente disminuye. Sin embargo, se mantiene muy alta con respecto a la oferta. La exclusividad y tranquilidad de la zona, la cercanía con los accesos que entran y salen de la ciudad, la proximidad de muy buenos colegios y de los servicios y espacios verdes de Palermo, etc. vuelven a Barrio Parque una zona extremadamente codiciada y a la vez subofertada.
Lo curioso y particular de este momento es que están surgiendo algunos proyectos que buscan revitalizar al barrio con propuestas de calidad que, respetando la estética tradicional, ofrecen prestaciones y confort modernos. “Es muy positivo para el barrio, para mejorar sus prestaciones y garantizar exclusividad, contar con nuevas propiedades de estándares premium, para atender a una porción del segmento inmobiliario que no encuentra productos de estas características en este tipo de zonas de la ciudad”, explica Alejandro Schuff, director comercial de la inmobiliaria Soldati.
Sobre la calle Martín Coronado al 3300, frente a la Plaza Perú y en diagonal al museo Malba, se está construyendo un complejo de residencias de unos 250 m2 cada una. Está a cargo del estudio BMA y Obras y Sistemas, ya están todas vendidas y planean entregarlas en aproximadamente dos años. Desarrollado por Creaurban, el proyecto ocupa 20.000 m² en total y tendrá 29 unidades, con todos los amenities usuales para este tipo de emprendimientos. A pocas cuadras, sobre Juez Tedín, el mismo estudio diseña un complejo más pequeño, con seis unidades de entre 200 y 250 m². “La idea con estos proyectos es volver a ofrecer alternativas a gente más joven, familias con chicos. Son residencias grandes, están pensadas para un público que vive de manera permanente”, explica Miani. Muy cerca, en un terreno de casi 8000 m² que fue licitado públicamente por la Agencia de Administración de Bienes del Estado (Aabe) en el 2018, y adquirido por el fideicomiso “Vías de Ocampo” por US$40,4 millones, se construye un complejo de oficinas corporativas y otro de residencias.
Cruzando la exquisita avenida Figueroa Alcorta aparecen otros dos proyectos de renombre. Sobre Salguero, entre Libertador y Castex, también se ven los movimientos de un proyecto edilicio, bajo el comando de Brukman & Mansilla, que también empezará una obra en Figueroa Alcorta y Tagle. No muy lejos, en San Martín de Tours entre Libertador y Castex, en lo que era un terreno baldío, la empresa NorthBaires desarrollará 31 residencias exclusivas (lo que en el segmento de propiedades en Estados Unidos se denomina como high end) bajo la marca de OM Barrio Parque, una exitosa línea de residencias premium con emprendimientos inmobiliarios en diversos puntos de la ciudad. Serán 31 residencias entre los 70 m² y los 410m², con un conjunto de amenities de primer nivel: un amplio solarium con piscina in-out, gimnasio con vestuarios y spa y salón de fiestas, además de cocheras y seguridad permanente. “Es un edificio con todo el confort actual, pero con la prestancia de la Buenos Aires de la época dorada, una combinación inusual, y con muy pocas unidades”, dice Matías Botello, director comercial de NorthBaires.
Pareciera que con esta “pequeña ola” de proyectos empieza a suplir la escasez de oferta en una zona a la que nunca le faltará demanda, pero que se renueva a cuentagotas. Una de las zonas más elegantes (y caras) de Buenos Aires que tiene un ritmo propio, tanto en sus calles como en sus vaivenes de mercado.