A sus 38 años, la icónica actriz revela que mudarse a una granja fue una decisión fundamental para su salud mental y bienestar
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Después de años de vivir en el bullicio de Los Ángeles y Nueva York, Amanda Seyfried decidió cambiar el caos de las grandes ciudades por una vida tranquila en una granja en la región de Catskill en Nueva York. A sus 38 años, la actriz de Mean Girls y Mamma Mia! revela que mudarse al campo fue una decisión fundamental para su salud mental y bienestar.
“Quedarnos aquí fue la mejor decisión para la privacidad, la paz y la naturaleza”, afirmó la actriz, que también apuntó a la vida rural como el entorno ideal para criar a sus hijos, Nina, de 7 años, y Thomas, de 4, lejos de los focos. Para Seyfried, la vida en el campo ofrece el equilibrio que la ciudad no podía proporcionar, especialmente si se compara con el estrés de los sets de filmación y los medios de comunicación.
Además de su perro Finn, cuidar de los caballos, gallinas, gatos, cabras, patos y otros animales de la granja fue una parte importante de la rutina de Amanda, que calificó la experiencia de “estimulante”. “Es un trabajo que exige atención y compromiso, pero también trae muchas satisfacciones”, afirmó.
Convivir con animales fue no sólo una forma de conectar con la naturaleza, sino también una forma de encontrar el equilibrio y la tranquilidad lejos del bullicio de la vida pública y la industria del entretenimiento.
Cómo es la casa de Amanda Seyfried por dentro
En 2017, la diseñadora Sarah Zames rediseñó la casa de los años 20. Las imágenes publicadas en la revista Elle Decor muestran la sala de estar del granero que ahora sirve como dormitorio de invitados, el suelo es de roble recuperado y el resultado es una especie de modernismo acogedor: limpio y planos sencillos compuestos con materiales evocadores, artesanales y rústicos.
La isla de la cocina está enmarcada en hormigón y puertas correderas reutilizadas de los establos originales para caballos. En la sala de estar del granero, una estufa de leña original se encuentra junto a una pared de azulejos de concreto personalizada. Todo un lado del granero se abrió al paisaje boscoso y ondulado con puertas de vidrio que se pliegan en forma de acordeón.