Una casa dentro de una famosa propiedad de la realeza fue destinada en alquiler temporario pero por el deceso de la reina cambiaron de opinión
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La repentina muerte de la Reina Isabel II del Reino Unido desencadenó una serie de medidas y procedimientos. Algunas como la sucesión del trono a su hijo, el actual rey Carlos III o la Operación Puente de Londres estaban contemplados para cuando llegara el día de su deceso. Sin embargo, algunos planes de la Familia Real tuvieron que dar marcha atrás.
La corona británica tiene una serie de propiedades de las cuales una parte suele abrirse al público en forma de museo o a través de una visita guiada. Si bien millones de turistas visitan los castillos reales, muy pocos tienen la oportunidad de hospedarse una noche en ellos.
En este caso, la oportunidad en cuestión se encuentra en las tierras donde está construida la famosa casa de Sandringham desde la cual la reina daba anualmente su discurso de navidad. Un día antes de morir la monarca, la Familia Real decidió publicar en Airbnb la casa del jefe de los jardineros de la propiedad y ofrecerla en alquiler temporario. El dato anecdótico es que en el único día de publicación se realizaron reservas hasta febrero del 2024.
Sin embargo, ante el deceso de la Reina, su familia decidió inmediatamente sacarla de la lista. “Debido al reciente fallecimiento de la Reina Isabel, la empresa de alojamiento ha eliminado la lista en este momento”, dijo una fuente al medio The Post.
Esta no era la primera vez que se alquilaba la propiedad: también se había publicado en 2019 en la agencia de cabañas de vacaciones boutique Norfolk Hideaways.
A metros de esta pequeña casa, y varios jardines de por medio, impone su presencia la residencia principal: la casa de Sandringham está ubicada en un terreno de 32 kilómetros cuadrados de extensión en el condado de Norfolk, Inglaterra. Inaugurada en 1870, la casa de ladrillos tardó cinco años en construirse y sirvió como residencia privada de cuatro generaciones de reyes.
Con el correr de los años, la propiedad principal atravesó varias reformas. Una de ellas fue en 1862, dos años después de que el príncipe de Gales -quien después fue Eduardo VII- se mudara allí. Como sentía que el espacio no era suficiente para sus necesidades, le pidió al arquitecto A. J. Humbert que demoliera el edificio para poder construir uno más amplio. En otras instancias históricas también se agrandó la propiedad al sumar porche y el invernadero.
La increíble mansión que la Familia Real usa durante los meses de invierno para pasar las fiestas de fin de año destacó en muchos aspectos la época en la que se construyó. Además de diferir de la típica arquitectura victoriana, fue a la vanguardia con el alumbrado de gas, los inodoros con cisterna y un primer modelo de ducha.
A día de hoy, la propiedad caracterizada por sus grandes ventanales y sus eternos jardines tiene flores en las puertas de Norwich que dejan los ciudadanos que quieren presentar su respeto a la Reina. Si bien se encuentra cerrada para visitantes, normalmente tiene abierto su museo en el que se exponen objetos de la realeza que reflejan la historia de la casa.
En fotos, la casa del jardinero de Sandringham por dentro
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