Un profesor de una universidad estadounidense viajó a Londres por sus vacaciones pero un detalle no salió como planeaba
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David Holtz es profesor asistente de la Universidad de California, en Berkeley. Aprovechando el receso de las clases, el académico estadounidense decidió cruzar el océano y reservar sus vacaciones soñadas en el Reino Unido.
La nublada ciudad de Londres lo esperaba, pero no sabía que una parte de su estadía le iba a dar la sorpresa del año. Después de bajar del avión, se dirigió al lugar que había reservado para dormir pero lejos estaba de lo que imaginaba .
“Esa sensación cuando llegas a tu Airbnb y te das cuenta de que todo el espacio es esencialmente un baño grande en el que el anfitrión puso una cama”, escribió el profesor en Twitter en una publicación que ya superó 12 millones de visitas.
Efectivamente, el alquiler temporario era tan insólito como cuenta. La foto muestra perfectamente cómo la cama de dos plazas está dentro del cuarto de baño, distanciada por menos de un metro del inodoro, la ducha y el lavamanos.
Holtz admite que el mal presentimiento sobre el lugar llegó mientras hacía la reserva. La falta de reseñas en la publicación de la propiedad le encendía las alarmas, según informó Jam Press, pero aún así decidió contratar el servicio.
La indignación llevó al profesor a quejarse con la plataforma de alquileres, pero todavía no obtuvo una respuesta real. Hasta ahora, la empresa solamente le agradeció por contactarse con ellos y le pidió una dirección de correo electrónico para poder analizar de cerca el problema.
Pero Holtz no se quedó callado, y les respondió al tuit: “Ya hablé con el servicio de atención al cliente varias veces y todos los defensores del servicio de atención al cliente con los que he interactuado no han tenido interés en ayudar a resolver el problema. ¿Puedo esperar un resultado diferente esta vez?”.
En diálogo con el medio The Post, Airbnb aclaró que alientan a los huéspedes “a revisar todas las fotos, así como la descripción y las reseñas antes de reservar una estadía”.
Hoy, cualquier situación cotidiana digna de una parodia se hace viral en redes sociales. En la red del pajarito, una larga lista de usuarios hizo eco de la desgracia de Holtz. Tim Perzyk, vicepresidente de Marketing & Research de Twitter, bromeó con un juego de palabras y relacionó el nombre de plataforma de alquileres Airbnb con el baño en el que tuvo que vivir el profesor. “Airbnpee”, contestó, y sustituyó el significado de la b de “breakfast” de Airbnb por “pee”, que significa orina.
Otro de los usuarios fue el escritor Sebastien Taveau, quien comentó: “No olvides de cerrar la tapa del inodoro para su función de mesa de luz”. En épocas en las que se valora la cercanía a puntos de interés, el usuario Roque Deleon también se tomó con humor la experiencia de Holtz y dijo: “Tenés todo lo que necesitás a la distancia de un brazo”.
El mismo protagonista de la historia también siguió con la línea de chistes y tuiteó: “Después de dormir dos noches a 30 centímetros de distancia de un inodoro, estoy listo para dormir 26 noches en la jungla de Fiji”.
Pero la experiencia de Holtz alquilando una propiedad insólita no es la única que dio de qué hablar. Son múltiples los casos de fracaso de viajeros que reservan un hospedaje y después encuentran que este estaba abandonado o que las imágenes no reflejaban la realidad de la propiedad.
LA NACIONTemas
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