La compra de una casa es una de las operaciones más trascendentes (y costosas) en la vida de una persona. Más allá de que pueda mudarse en un futuro, los ahorros necesarios para adquirir un inmueble, más los gastos asociados, hacen que no se pueda estar cambiando de hogar constantemente. De acuerdo con esto, distintos corredores inmobiliarios señalan una serie de factores a tener en cuenta para equivocarse lo menos posible.
No mirar la orientación de la unidad. Hay que tener en cuenta que un departamento al sur vale menos que al norte. “En este último caso, el departamento cotiza un 5% más que una con orientación oeste o este y una propiedad con orientación sur vale un 5% menos que una al este o al oeste. Estas son las cosas que un cliente debiera saber”, apunta Santiago Magnin, de deimobiliarios, quien aconseja que algo que debería conocer quién busca comprar una propiedad son las normas que utiliza el tribunal de tasaciones para los remates judiciales, ya que son criterios muy utilizables a la hora de tasar cualquier propiedad.
Volviendo a la orientación, el bróker afirma que un departamento lateral, aunque tenga vista abierta, vale un 10% menos por la posibilidad de que se construya algo que tape la vista y el frente vale más que el contrafrente salvo que el contrafrente tenga una muy buena vista. En cuanto a los pisos, una planta baja vale un 10% menos y un piso alto, un 10% más, salvo que sea un último piso. “Con esta información se puede saber si lo que se está comprando hoy por más bello que sea va a valer lo mismo mañana”, completó.
No pedir la documentación antes de firmar la reserva. José Rozados, de Reporte Inmobiliario, dijo que, en el caso de los inmuebles usados, en muchos casos, no se exige la copia de los planos aprobados lo que puede devenir en sorpresas futuras con relación a los metros cuadrados construidos que no figuran en el plano e incluso recibir multas en un futuro por dicha causa. Además, siempre en los casos de PHs, se debe exigir el reglamento de copropiedad para ver las limitaciones al uso, las obligaciones y los derechos de cada una de las unidades.
No recorrer la zona de noche ni analizar las propiedades linderas. “Siempre recomiendo visitar la propiedad y su entorno en distintas horas del día y en distintos días de la semana para asegurarse cómo es la vivencia real y no encontrarse con sorpresas. Ver muy bien los linderos, cómo están ocupados, qué posibilidad de transformación tienen y cómo eso puede impactar en la vivienda de interés (ocupaciones informales, ruidos molestos, polución, etc.)”, agregó Rozados.
En las compras al pozo, no realizar una lectura minuciosa del contrato. En este punto, Rozados reconoce como un error común no hacer una lectura minuciosa y pormenorizada con consultores ajenos a la operación comercial de venta de las condiciones del contrato y especificaciones. Eso evita sorpresas de mayores costos y tiempos de entrega y/o menos calidad constructiva y dimensiones que lo pactado.
Apurarse. Todo lo anteriormente dicho implica tiempo, algo que no debe escatimarse, según Soledad Balayan, de Maure Inmobiliaria. “El apuro es mal consejero. Una compra hecha con apuro puede llevar a no sentirse conforme luego de la mudanza. El costo de transacción que involucra la compra de una propiedad es considerable. Por lo tanto, la decisión debe tomarse con tranquilidad”, aseguró.
No analizar los costos de mantenimiento del inmueble. Los brókers se refieren a las expensas. Estas deben ser analizadas en profundidad con respecto a los ingresos que se esperan tener para evitar dolores de cabeza posteriores, adelantan.
Enamorarse de la unidad o de alguna variable específica como por ejemplo la vista. “Es común encapricharse con algún atributo particular el cual, luego de mudarse, se termina convirtiendo en algo que no agrega gran valor. Priorizar la luz natural y la ubicación siempre da buenos resultados”, continuó Balayan.
No definir una compra porque la unidad no cubre el 100% de las expectativas. El asesor, desarrollador y comercializador de emprendimientos inmobiliarios, Daniel Bryn, alerta que la indecisión también es un gran error. “Muchas veces hay una propiedad que reúne el 85% de todo lo que buscás y por ahí por ese 15% no avanzás nunca en ninguna propiedad. La casa perfecta existe, pero sale carísima. Muchas veces buscamos con un presupuesto de US$300.000 y encontramos lo mejor que se aproxima a tu necesidad, pero por buscar una vuelta de rosca más no avanzas. Podés estar seis meses buscando y nunca vas a encontrar lo que esté perfecto. Hay veces que, por el presupuesto disponible, la persona tiene que acotar alguna exigencia como por ejemplo una pileta, amenities o una terraza”, agregó.
Por otra parte, para simplificar el proceso, Marcelo Di Mitrio, socio y director de Di Mitrio Inmobiliaria aconseja contratar a un personal shopper inmobiliario. Según el broker, la inmobiliaria que comercializa el inmueble representa al vendedor con lo cual el comprador queda en desventaja, a menos que se asesore con un profesional avanzado para equiparar la defensa de intereses. ¿Qué se entiende por personal shopper o un profesional avanzado? A aquel que se involucra en la búsqueda, que tiene como primera acción escuchar al potencial comprador y descubrir la necesidad que hay detrás de ese primer contacto. Y, por sobre todas las cosas, que tiene la vocación de ordenar el proceso de compra de una forma estratégica aportando herramientas, dejando atrás la improvisación.
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