Invadiendo –sin prisa y sin pausa– todos los lugares del jardín, tapizan el suelo los follajes densos y las flores azules de las campánulas. Alguna vez, posiblemente alguien me habrá dado una plantita y desde allí se siguió adueñando de la casa, sin embargo a algunas las distingo con cuidados especiales por diferentes circunstancias. No las he visto en oferta en viveros.
La campánula portenslagiana o muralis vino de Esquel, desde donde la trajo la querida y mítica tía María. En casa la cultivo en maceta, no tiene los días largos que le permitirían una floración más densa, pero luce por mucho tiempo sus campanitas celestes. Las pequeñas hojas son redondeadas de borde aserrado, con largos pecíolos. Se reproduce fácilmente por plantas del pie, aunque tengan mínima raíz.
La campánula rapunculoides tiene denso follaje de hojas acorazonadas de hasta 5 cm de largo, raíz rizomatosa, y en primavera emite largas espigas florales, con flores acampanadas azul violáceo, de larga duración. Es muy rústica y se multiplica sin problemas por rizoma, formando densas matas, aunque con pocas varas florales. No recuerdo cómo llegó a mi jardín. Se cultiva en el suelo. La vi, silvestre, en aceras en Galicia.
La campánula carpática, originaria de los Cárpatos, según se deduce, tiene también un follaje bajo y tupido, pero emite racimos florales laxos que se apoyan en el suelo, con su densa floración celeste. La vi en flor en un jardín vecino; la señora mayor que era la dueña de casa me vio mirarla y me ofreció una plantita, que prosperó muy bien. No existe ya la señora, y su casa y el jardín fueron reemplazados por un edificio de departamentos: queda en casa la campánula.
La especie campánula es originaria de Europa y Asia. En el jardín cumple su función de cubresuelo denso y florido. La favorecen el sol de la mañana o la media sombra.
A la campánula médium sí la vi en viveros. Es una planta bienal, es decir, necesita dos temporadas para florecer. Emite una gran vara de hasta 40 cm, con flores acampanuladas de unos 2 cm, en diferentes tonos de azul y rosa. Es muy vistosa y se destaca en todo jardín. Vale la pena incluirla.