La modificación permitió la construcción de edificios de hasta 39 metros de altura; el m2 cotiza desde $ 21.000
En los últimos tiempos, el área comercial de Ezeiza, en el centro de la localidad cabecera del partido homónimo, se constituyó en protagonista de un gran crecimiento urbanístico e inmobiliario.
En la historia quedaron los primeros edificios que no superaban los cuatro pisos. Hoy entre la oferta se encuentran emprendimientos de mayor altura, como una torre de diez pisos y otra de ocho plantas. “Son unidades pensadas tanto para inversores como para familias jóvenes, trabajadores del aeropuerto internacional, estudiantes universitarios por la proximidad a la estación del ferrocarril Roca, empleados y estudiantes de la penitenciaria del distrito”, indica Gustavo D’Aragona, titular de D’Aragona Propiedades. El cambio edilicio se notó desde 2006 con la inauguración del edificio de la municipalidad local, dando impulso a que enfrente del mismo, capitales privados invirtieran en el primer desarrollo de cuatro pisos. “Al poco tiempo comenzó la expansión de estos emprendimientos, entremezclados con las características casas bajas y casaquintas”, relata Julio Pérez, vecino del lugar, quien agrega que el desarrollo generó el crecimiento comercial y de servicios con la instalación de sucursales de importantes firmas y de bancos”.
Roberto Goicochea, desarrollador de dos edificios torres, Ezeiza I y II, agrega un hito clave: “Luego de levantarse el primer edificio, se modificaron las rutas de los aviones dejando de pasar sobre el centro de la ciudad y como consecuencia, las autoridades municipales modificaron la ordenanza y la actualizaron para permitir la construcción de edificios de departamentos de hasta 39 metros de altura, presentando el proyecto ante la Administración Nacional de Aviación Civil ”.
En uno de sus proyectos, el empresario cuenta con 60 unidades de uno a tres ambientes, distribuidos en diez plantas, con amenities, locales comerciales y 66 cocheras, resolviendo el déficit del área central con pocas unidades disponibles.
En cuanto a los valores, D’Aragona detalla que el m2 promedia los $ 30.000. En datos concretos, un monoambiente de 35,32 m2 se vende a $ 1.059.600. Mientras que en las opciones del pozo, el valor del m2 oscila los $ 21.500 –una unidad de un ambiente se vende a $ 825.170, con la posibilidad de pagar un anticipo y el resto en cuotas fijas en pesos ajustados por índice CAC.
Más allá de la oferta, Ricardo Bustamante, al frente de la comercializadora homónim, agrega que en “la zona hay terrenos disponibles para nuevos desarrollos. Cerca del centro se compran casas viejas que son demolidas para levantar los edificios”. Y aclara: “Las casaquintas históricas no se tocan y el costo de la tierra es variable de acuerdo a la oferta y la demanda”. La comercialización de los chalets con parques promedian los US$ 220.000 a US$ 300.000 y los precios de las casaquintas oscilan entre los US$ 165.000 y los US$ 380.000.