Alley. Cómo es el increíble proyecto de Recoleta que tiene una calle propia “a la europea”
Desarrollado por Jack Green en un terreno de 140 metros de largo y con salida a dos calles, tiene un pasaje que lo atraviesa entre Billinghurst y Sánchez de Bustamante, además de contar con dos edificios y 10 Town Houses.
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En un mercado tan competitivo como el de los proyectos inmobiliarios, el gran desafío para las empresas desarrolladoras es lograr un producto diferencial. Lógicamente, son muy pocos los que lo consiguen. ¿Y cuál es la medida para detectarlos? En términos objetivos, podría decirse que es el éxito comercial que tienen antes de la entrega de las unidades, especialmente en tiempos donde los emprendimientos de alta gama sufren las vicisitudes de la economía. Ahora bien, las buenas ventas son a la vez el resultado de una serie de factores que vale la pena detallar.
Alley es un proyecto en estado de obra súper avanzado que ocupa un terreno bastante particular: cuenta con 140 metros de largo que atraviesan la manzana de Billinghurst, Pacheco de Melo, Sánchez de Bustamante y la Avenida Las Heras. Antiguamente un galpón que funcionaba como terminal de colectivos, desde la desarrolladora Jack Green quisieron aprovechar la particularidad del espacio para construir allí dos edificios en un entorno realmente diferente a lo que se suele ver.
“En lugar de hacer dos edificios comunes con un espacio común verde en el medio, pensamos en tres partes diferenciales: una torre en Billinghurst, otra en Sánchez de Bustamante y en el medio diez Town Houses que permiten vivir como si estuvieses dentro de un barrio pero en el medio de Recoleta”, cuenta Diego Zappella, socio de Jack Green. “Y lo más curioso es que generamos un pasaje privado con salida por ambas calles, adoquinado, como si fuera un pasaje europeo”, agrega.
En efecto, ese pasaje que atraviesa todo el emprendimiento permite a los residentes ingresar por cualquiera de las dos calles y luego recorrer la manzana rodeados de plantas y de verde. Sobre esa “calle” están las Town Houses con patio propio que, justamente, dan la sensación de estar viviendo un barrio tranquilo.
“El otro diferencial significativo de Alley es que unimos los dos edificios con un pasaje en altura en el segundo piso. Es algo semejante a lo que se puede referenciar como el Highland de Nueva York. En él colocamos la mayoría de los amenities: una pileta climatizada, gimnasio y un espacio con cocina que puede recibir hasta 30 personas”, señala Martín Urgoiti, también socio de la desarrolladora Jack Green. Amenities que se completan con un amplísimo espacio de coworking en la Planta Baja y un Rooftop con parrillas y todas las comodidades para disfrutar con amigos y familia.
Un proyecto con movimiento
Más allá de la particular disposición de los espacios, que hacen de Alley un proyecto distinto, existen también otras singularidades en este emprendimiento que está a pocos metros de la Avenida del Libertador. Una de ellas es que ninguna de las unidades es igual a otra. “El edificio se mueve mucho -dice Zappella-. En la torre de Billinghurst cada departamento es bien diferente al otro. Y del lado de Sánchez de Bustamante, aunque son parecidos, tampoco son iguales y tienen la característica de que se accede a través de un balcón-terraza propio”. Es por ello que las unidades de Alley son lo más parecido a una casa que se puede encontrar en el mercado.
Para lograr un emprendimiento tan singular, desde Alley convocaron al prestigioso AS Architecture Studio francés y se utilizaron materiales únicos en el país, como unos postigones corredizos de bambú que le dan mucha privacidad a algunas unidades y que son los mismos que se colocaron, por ejemplo, en la Terminal 4 del Aeropuerto de Madrid. “El bambú es un material que no necesita mantenimiento y cuando el edificio esté terminado se va a ver, de afuera, como si fuese de madera”, explica Urgoiti.
Otro aspecto al que los desarrolladores de Alley prestaron especial atención es el paisajismo. Para lograr mucho “verde”, trabajaron con la reconocida paisajista Clara Billoch. Experta en floricultura y jardinería, se ocupó de los más de 1100 metros cuadrados de espacios parquizados de uso común que aportarán al reverdecimiento de la ciudad, al control de dióxido de carbono y contribuirán a retener agua de lluvia. “Con unas 25 especies diferentes y aproximadamente 5000 plantas, en Alley el verde está en cada rincón y en cada piso. Hay presencia de plantas con diferentes follajes, texturas y tonos de verde para crear una atmósfera particular”, detalla Zappella.
Con casi el 70% de las unidades ya vendidas, los departamentos de Alley están en los valores promedios de la zona pero con una calidad netamente superior. Hay monoambientes y unidades de 1 y 2 dormitorios. “Si bien fue diseñado entre 2018 y 2019, Alley está totalmente en línea con lo que se dice que tiene que tener un proyecto post pandemia. Si bien está a una cuadra y media de Libertador y de grandes espacios verdes, es ideal para poder estar dentro todo un fin de semana o varios días. Es decir, podés vivir en un departamento pequeño pero el proyecto ofrece un montón de espacios para quedarte y pasarla bien”, concluye Urgoiti.
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