Según datos oficiales, el PIB habría crecido por encima del 9% durante 2011. Los datos privados son algo menos optimistas, pero igualmente positivos con una expansión del 6% (IGA-OJF). En este contexto, tanto el sector inmobiliario como el de la construcción habrían crecido entre el 5% y 6% anual, según lo que se desprende del Indice General de Actividad (IGA-OJF). Esta expansión se produjo en un escenario de precios en alza de sostenida demanda gracias a que el ladrillo se ha convertido probablemente en el principal instrumento de canalización del ahorro. En 2012 esto seguirá así y los precios de los inmuebles continuarán elevados, porque sigue siendo una de las principales alternativas de ahorro. No obstante, también es cierto que la actividad inmobiliaria y de construcción podría crecer más lentamente debido a la desaceleración de la economía y a las restricciones generadas para operar en dólares.
El tándem sectorial construcción/inmobiliario es uno de los principales tres grandes motores sectoriales que ha tenido la Argentina en el último año, junto con el sector exportador y el otro tándem al que podríamos llamar consumo/financiero. Sin embargo, el rubro construcción/inmobiliario es, tal vez, uno de los que presenta un frente más solido, de cara a 2012. Prácticamente todo el crecimiento de la construcción durante los últimos cuatro años se explicó por la construcción de viviendas. Entre octubre de 2007 y octubre de 2011 la actividad de la construcción residencial creció el 20%, mientras que la no residencial sólo 1% en 4 años. Por eso existe una fuerte vinculación hoy entre la actividad en la construcción y la inmobiliaria. Así, en los primeros 10 meses de este año la construcción creció el 5,5% y las actividades inmobiliarias cerca del 5 por ciento.
Esta demanda de viviendas, en especial aquellas que sirvan como un refugio para el inversor, continuará siendo sólida. En especial si se tiene en cuenta que las restricciones para la compra de dólares pueden volver más atractiva la inversión en inmuebles. Sin embargo, también es cierto que las restricciones para operar en dólares tienden a trabar las operaciones inmobiliarias. En este contexto es probable que la actividad inmobiliaria y de la construcción continúen creciendo debido a la solidez de la demanda de inmuebles, pero también es probable que las restricciones impuestas a la compra de divisas provoquen un crecimiento más lento.
Igualmente, en el largo plazo, las restricciones para la compra de dólares representan un riesgo para el sector. En efecto, en la actualidad la compra de inmuebles viene impulsada por la demanda de inversores que buscan una rentabilidad en dólares. Si las restricciones se mantienen por un largo período, dichos inversores pueden interpretar que realizar las rentabilidades en dólares podría ser más complicado y eso terminaría golpeando al rubro.
No obstante es de esperar que durante 2012 el sector continúe creciendo empujado por una sólida demanda, pero a un ritmo más lento.
El autor es director de OJF & Asociados
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