Llega el invierno y debido a la presencia de condiciones atmosféricas desfavorables para los caballos, debemos prepararlos para recibirlo en el mejor estado posible. Las bajas temperaturas, las precipitaciones intensas, humedad, suelos inundados, nieve y lugar donde habitará el animal, factores que favorecen la presencia de enfermedades.
Existen algunas precauciones básicas antes de comenzar esta estación y las mismas deben tenerse por igual con el caballo que permanecerá en un potrero como el que vive dentro de un box. Ellas son: buen estado general, protegerlo con un plan sanitario integral contra las enfermedades infecciosas y parasitarias, un adecuado balance nutricional y un conveniente cuidado de sus pies. Hacerlo de esta forma y anticipadamente es crucial, encontrará de esa manera a un animal preparado para ser expuesto ante circunstancias hostiles de la naturaleza.
Un buen estado nutricional y una balanceada estructura general, proveen un soporte físico adecuado para enfrentar una actividad sin mayores complicaciones, aporta una imagen de solidez, fortaleza y una agradable apariencia externa. En cambio, si el animal comienza una etapa delicada en esta estación, con una apariencia física desequilibrada y con bajo peso, es factible que la rigurosidad de ese momento se hará sentir en su condición externa y posiblemente en su rendimiento.
La nutrición debe ser la adecuada para ese momento, aportándole la necesaria calidad y cantidad nutricional, pero además las reservas de alimentos deben ser previstas con anterioridad en caso de ser indispensable una suplementación. A pesar que las condiciones externas no permitan en un animal que está dentro de un box pueda realizar su ejercicio diario, hay tareas cotidianas que demandan una preocupación extrema como efectuar la limpieza del caballo, mantener la cama en buenas condiciones, protegerlos contra el frío mediante la utilización de mantas, evitar la existencia de corrientes de aire y disminuir el polvo.
En los pies, los factores estacionales pueden ser motivo de innumerables trastornos. Es primordial que un caballo llegue sin sobresaltos al invierno.
El autor es asesor veterinario de la Sociedad Rural Argentina