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Empezó el verano y bastante complicado para la Argentina, para el Gobierno. El tremendo apagón que hubo en la ciudad de Buenos Aires y en toda el área metropolitana plantea un interrogante. ¿Estuvimos solamente frente a un accidente o lo que vimos, en definitiva, es un presagio de lo que vamos a tener en un verano complicado con seguramente mucha más demanda de electricidad en el área metropolitana? Porque va a haber mucha menos gente que deje la ciudad de Buenos Aires e, incluso, en todo caso, se van a trasladar al Gran Buenos Aires, donde obviamente la demanda eléctrica va a ser seguramente mayor que en otros años.
Lógicamente, alrededor de todo esto está la política, y el debate sobre el congelamiento de tarifas y también la discusión sobre qué capacidad va a tener Martín Guzmán de poder equilibrar un poco las cuentas el año que viene. La cuestión de las tarifas es muy sensible.
Evidentemente Cristina Kirchner no querría que le suceda lo que le pasó al expresidente Mauricio Macri con las tarifas. Pero en este momento la economía no está como estaba ni en 2008 ni en 2011, por lo tanto las señales para el mundo económico son complicadas.
Esta semana empezó a trotar el dólar, despacito, nada grave, y sobre todo el dólar en la calle, que hoy un poquito se disparó. Lo habíamos visto en 150 en estos días y hoy terminó casi en 160 el dólar blue. El contado con liquidación del dólar bolsa sigue bastante estable, entre 140 y 145, con un mercado muy intervenido por el Gobierno.
Evidentemente esta cuestión del apagón con el que empezó el verano tiene muchas aristas porque además reapareció la intención de estatización, sobre todo contra Edesur. Hay grupos empresarios también dando vueltas para quedarse con Edenor.
En el medio de esta situación finalmente hoy el Gobierno, puntualmente el ministro de Salud Ginés González García,aprobó la famosa vacuna rusa sin evidencia científica a la vista, sin que quede muy claro si las autoridades de la Anmat respaldaron previamente esta decisión o si de alguna manera no quisieron opinar en contra. Lo concreto es que la Argentina, en principio, va a comenzar con esta experiencia de la vacuna rusa. Luego veremos cómo termina,
En principio son muy pocas las dosis que van a venir, e insisto, el escenario es bastante más complicado desde luego en lo cotidiano porque los contagios están aumentando y también los fallecimientos. De hecho, hoy finalmente el Gobierno decidió cerrar las fronteras a los turistas que vienen de países limítrofes. Por lo que el fantasma de nuevas cuarentenas, nuevos confinamientos, y escenarios que compliquen obviamente la actividad económica, también en alguna medida contribuyen a este fin de año de bastante incertidumbre en materia económica.
Como la economía no funciona del todo bien, la política pelea cada vez más. Estamos viendo que la tensión dentro del gabinete, entre el cristinismo y el albertismo (si es que existiera el albertismo) es cada vez más intensa y ya no hay disimulo.
Sin disimulo se atacan uno con otros. Lo que ocurrió contra la ministra Marcela Losardo fue bastante grosero, fue un ataque directo contra el Presidente y parecería que él está dispuesto a defender, porque además sus propios colaboradores le dicen: "Bueno, Alberto, defendenos un poco". Hay una situación que no contribuye a que se clarifique el escenario económico.
Pero la cuestión está bastante planteada. Hay una evidente dificultad para avanzar en el terreno de equilibrar un poco las cuentas. El Banco Central ha tenido que volver a asistir fuertemente al tesoro en diciembre y muchos se preguntan cómo va a hacer el Gobierno para contener el dólar durante el verano.
El modelo que pide Cristina Kirchner es alinear tarifas y salarios, que eso es en definitiva atrasar las tarifas. Allí está el gran dilema: ese populismo económico, distributivo con que sueña Cristina y que ella reclama era con un país que tenía 30 mil millones de dólares de reservas o 40 mil millones.
La vicepresidenta podía regalar los dólares a 4 pesos, sin cepo, después vino el cepo. Se pagaba solamente 4 millones de jubilaciones. Hoy entre planes sociales, jubilaciones y asistencias hay casi 18 millones de cheques, el tamaño del Estado era mucho más chico. El nivel del déficit fiscal ni hablar.
Por supuesto, las tasas de interés eran otras, de modo que no está tan disponible esa Argentina con la que sueña Cristina y la respuesta es la disparada de la inflación y la disparada del dólar. Eso puede ser peor todavía para el año electoral. Evidentemente el Gobierno está mirando las encuestas: hay temor en el Instituto Patria a que un ajuste termine complicando las elecciones el año que viene, pero del otro lado está la inflación. Y ese es el gran dilema que tendrá que resolver Martín Guzmán también en este verano.
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