Weretilneck sobre la situación del país: “Vamos a vivir momentos muy difíciles hasta las elecciones”
El senador rionegrino es amplio favorito para ganar mañana las elecciones provinciales y regresar a la Gobernación; advierte que en la población “hay angustia porque el sueldo no alcanza”
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SAN CARLOS DE BARILOCHE.- A pocas horas de los comicios que podrían devolverlo a la gobernación rionegrina, el senador Alberto Weretilneck se muestra confiado. Las encuestas lo ubican como claro favorito, con unos 20 puntos de diferencia sobre Aníbal Tortoriello, el candidato del espacio Cambia Río Negro, la opción provincial de Juntos por el Cambio.
Durante la campaña, que duró apenas un mes, el líder de Juntos Somos Río Negro apostó por el diálogo y por la conformación de “un movimiento social, político, económico, cultural y laboral que contenga a todos”. Aliado con La Cámpora y la UCR, Weretilneck compite este domingo con tres boletas, entre las 11 que los rionegrinos tendrán como opción a la hora de votar. Su compañero de fórmula es el intendente de Viedma, Pedro Pesatti, que también fue su vice cuando gobernó la provincia entre 2015 y 2019.
En una entrevista con LA NACION, Weretilneck fijó los objetivos de su posible futura administración: potenciar el sector privado, eliminar impuestos para impulsar a las pymes, alentar la creación de empleo y definir una política de vivienda provincial.
-¿Cómo vive la recta final de la campaña?
- Estamos bien. Hemos tenido una campaña muy cercana a nuestros vecinos. Creo que estos son momentos en los que más que nunca la dirigencia debe generar un vínculo más cercano, para interpretar las distintas necesidades locales. Hemos fundado la campaña esencialmente en pequeñas reuniones y en la escucha activa, no tanto en actos multitudinarios.
-¿Qué preocupaciones detectó entre la ciudadanía?
- Uno de los temas transversales es la recesión y la pérdida del poder adquisitivo. Hay mucha angustia porque la gente siente que su sueldo no alcanza. La inseguridad es otro factor dominante en toda la provincia, así como el acceso a la vivienda y la problemática de los alquileres. Y, al dialogar con los comerciantes y emprendedores, uno detecta inquietudes por las cuestiones impositivas y la espera de un aliciente por parte del futuro gobierno.
-¿Qué opina sobre los diversos conflictos gremiales abiertos actualmente en Río Negro?
- Hay dos temas: por un lado, hay que entender lo que significa el reclamo por un mejor salario. No podemos cuestionar eso teniendo en cuenta la actual situación. De todos modos, hay una motivación electoral y política en los dos conflictos principales, que son los de la Policía y los docentes. Creo que va a bajar mucho la conflictividad cuando pasen las elecciones.
-Su segunda gobernación terminó en 2019. ¿Cómo cambió la provincia en estos años?
- Este período de cuatro años hay que analizarlo de forma justa y contextualizada. La pandemia implicó dos años de casi no gestión. Fue lo más difícil que puede atravesar un dirigente. Y después hubo una gestión caracterizada por un proceso inflacionario. Eso distorsiona mucho los contratos de obra pública, las compras del Estado, la relación con los gremios, entre otras cosas.
-¿Cómo define el “gran acuerdo rionegrino” que construyó durante su campaña?
- Es la contracara de lo que pasó a nivel nacional. Lo que menos quiere nuestra gente es ver a sus dirigentes peleándose y sin ocuparse de los problemas cotidianos. Lo que hemos hecho en la provincia con la confluencia en un mismo proyecto del radicalismo, el Partido Justicialista, Nuevo Encuentro y Juntos Somos Río Negro es precisamente demostrar que, más allá de los distintos pensamientos y más allá de las políticas nacionales, a nivel provincial hay un consenso de qué es lo que tiene que ser Río Negro en el futuro.
-¿Cómo evalúa el escenario nacional?
- Es muy preocupante, fundamentalmente por la crisis económica. Si hubiera más consenso político, parte de la crisis económica se podría haber solucionado. La ausencia de consenso, no solo hacia adentro de los partidos sino en términos generales, hace que vayamos a vivir momentos muy difíciles hasta las elecciones.
-¿Cuáles serán los ejes principales de su gobierno, de ganar este domingo?
- En principio, una profunda reforma educativa. Nosotros tenemos que proyectar la educación de los próximos 30 años: se trata de adecuar un proyecto educativo relacionado al empleo. Fundamentalmente, ligado a Vaca Muerta en el oeste de la provincia, a la actividad turística en la cordillera y a la pesca y el turismo en la costa. A su vez, haremos foco en una modernización y un nuevo rol del Estado, para tener un Estado más chico, menos gastador y mucho más efectivo. Además, una lucha frontal contra el narcotráfico, la discusión de un nuevo sistema integral de salud y una reforma tributaria con baja de impuestos para productores y emprendedores.
-¿Y qué postura tomará respecto del conflicto mapuche?
- El único conflicto serio es el de Villa Mascardi. Y, en realidad, Lafken Winkul Mapu no ha sido nunca una comunidad original de la provincia. En Río Negro existen más de 60 comunidades mapuches y la relación del Estado provincial con ellas es normal. Hay escuelas bilingües y multiculturales, así como buenos acuerdos en cuanto al acceso a la tierra y las cuestiones productivas. Lo de Villa Mascardi es especial y puntual, vinculado con grupos que incluso no son originarios de Río Negro, sino que son militantes de otras provincias. La ocupación allí ya cesó y continúa por vía judicial.
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