Vuelta a clases: tras recibir el protocolo, los gremios porteños reconocen avances y definirán si aceptan la presencialidad
Tras la reunión del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires con los 17 gremios porteños donde se presentó un protocolo borrador para la vuelta a clases, los sindicatos dejaron de lado el rechazo abierto manifestado en las últimas semanas y reconocieron avances para ir camino a la presencialidad. De todos modos, analizarán la propuesta en detalle antes de tomar definiciones.
En la tercera reunión del año se propusieron medidas como el distanciamiento de 1,5 metros, exceptuar de la presencialidad a los trabajadores y estudiantes incluidos en los grupos de riesgo, el uso obligatorio de tapaboca para estudiantes y también de máscara para docentes, escalonar los horarios y recreos, la asignación de un espacio permanente a cada grado y estudiante que no se podrá modificar.
Como el borrador llegó a manos de los gremios pocos minutos antes del encuentro, aún no pudieron analizarlo en detalle. "La reunión resumió lo que decía el protocolo. Nos vamos a tomar estos días antes de la semana que viene para leerlo y poder opinar en profundidad", dijo Norberto Cabanas, el secretario general de la Unión de Docentes Argentinos (UDA) seccional Capital. Sin embargo, resaltó que "hay puntos que necesitan mejorarse bastante".
Desde la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), el gremio más importante en la Ciudad, admitieron que hay avances ya que en esta oportunidad se presentó un protocolo. "La situación a partir de un documento real es distinta porque ya podemos empezar a trabajarlo. Esto no es lo mismo que los anuncios mediáticos. Vamos a conversar para saber si es viable o no, no lo puedo adelantar a priori", puntualizó Paula Galigniana, secretaria de comunicación, prensa y difusión de UTE.
Además, advirtió que se tomarán el tiempo necesario para debatir el escrito para confirmar que las condiciones estén dadas para retomar la educación presencial. "Estamos dispuestos a la presencialidad, siempre y cuando estén contempladas las condiciones de seguridad e higiene y sea un proceso responsable en el cuidado de la salud. Nuestro planteo es que el protocolo lo vamos a discutir con sanitaristas, miembros de la comunidad educativa, y docentes. Esperamos que nuestras recomendaciones sean escuchadas", agregó la representante de UTE.
Dentro de los avances alcanzados a partir del encuentro, muchos de los cuales habían sido planteado en las ocasiones previas, Cabanas destacó que "se van a tomar 1700 auxiliares más"; que se está trabajando en la conformación de una comisión mixta, que sume al Ministerio de Salud; que habrá definiciones la semana próxima sobre la vacunación de docentes, que pasaron de estar en el sexto lugar de prioridad al cuarto; que "se va a ampliar el protocolo de acuerdo a las preguntas que se hicieron; y que "si bien la burbuja es el aula, se pueden dividir para respetar el distanciamiento".
Raúl Sánchez Alberti, titular del Sindicato de Educadores de Buenos Aires (Sedeba), reconoció que "presentaron un protocolo para empezar a trabajarlo" y llevar avances en la próxima oportunidad. Y explicó: "Durante el fin de semana lo vamos a supervisar para volver a tratarlo la semana próxima. Estamos lejos todavía de tener un protocolo definitivo. Todos estamos trabajando para construir la mejor presencialidad posible para que la escuela no sea un foco de contagio".
El sindicato que se mostró más reticente frente a la propuesta de la Ciudad fue Ademys. "Lo que han hecho es plasmar en papel lo que ya vienen planteando. Puede ser un paso más si toman en cuenta las cuestiones mínimas que propusimos: que todos los sanitaristas recomiendan para una presencialidad segura. Va a ser la docencia la que decida el 8 de febrero en asamblea, no queremos adelantarnos, queremos ver el escenario en ese momento", precisó Mariana Scayola, secretaria general del gremio.
A 19 días del regreso a las aulas, el primer proyecto de protocolos tiene como objetivo establecer las pautas y lineamientos para atenuar el riesgo de contagio de Covid-19 en las escuelas. Se aplicará tanto al sistema de educación pública como privada y reafirma que "la sección correspondiente a cada sala, grado, año, curso conforma un grupo burbuja" de aproximadamente 30 estudiantes.
El gobierno de la Ciudad planteó que la concurrencia de los estudiantes se hará "de manera escalonada y progresiva". Para los niveles inicial, primario y secundario, la asistencia será "de manera presencial, de lunes a viernes, con una jornada escolar mínima de tres horas para el nivel inicial y de cuatro horas para los restantes niveles".
Estarán exceptuados de la presencialidad aquellos alumnos y docentes que formen parte de los grupos de riesgo. En el caso de los estudiantes, se les brindarán alternativas remotas para poder empezar el ciclo lectivo a la par del resto de sus compañeros.
Para el ingreso y permanencia en los establecimientos, "el uso de tapaboca en todo momento" será obligatorio, con excepción de los niños de dos años. En cuanto a los docentes, "deberán utilizar, durante el desarrollo de las clases, tapaboca y máscara facial".
El control de temperatura antes de entrar a las escuelas también será un requisito indispensable. "Se deberá tomar la temperatura a todas las personas" y "deberá emplearse un termómetro infrarrojo que no implique el contacto con la piel".
También se tomarán medidas de distanciamiento, se implementarán elementos de protección y se acondicionarán los establecimientos educativos con señalización de espacios, colocación de cartelería, provisión de insumos para la higiene de manos, contenedores de alcohol en gel y elementos de limpieza.
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