Quiénes votaron la estatización de la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo, que debe $ 200 millones
El kirchnerismo y sus aliados convirtieron en ley el proyecto del Gobierno; "A la Universidad no va ninguna carga. Lo único que van a hacer es pagar los sueldos", dijo Bonafini
Con el respaldo de sus aliados habituales en la Cámara de Diputados, el kirchnerismo logró convertir en ley la estatización de la Universidad de las Madres de la Plaza de Mayo. Casi todos los bloques de la oposición rechazaron la iniciativa.
Hubo 132 votos afirmativos, 88 negativos, 5 abstenciones y 31 ausentes. El oficialismo recibió el apoyo del Frente Cívico por Santiago; Nuevo Encuentro; el PJ La Pampa; el Movimiento Solidario Popular, de Tierra del Fuego, el Frente Renovador de la Concordia y el Movimiento Popular Neuquino.
Compromiso Federal, de San Luis, fue el único bloque opositor que acompañó al oficialismo. Era parte de un acuerdo, porque también se aprobó la creación de la Universidad Nacional de los Comechingones, en la ciudad de Merlo, así como la Universidad Nacional de las Artes.
El gremialista Omar Plaini (Cultura, Educación y Trabajo) y la dirigente Ramona Pucheta (Frente por la Inclusión Social), que integran el grupo de los "no alineados", volvieron a votar a favor de un proyecto del Ejecutivo.
En tanto, Alcira Argumedo (Proyecto Sur); Facundo Moyano (Cultura, Educación y Trabajo), aliado al Frente Renovador, y los integrantes del bloque de Unidad Popular, Claudio Lozano, Víctor De Gennaro y Antonio Riestra, se abstuvieron.
Martín Insaurralde (Frente para la Victoria), que venía apoyando los proyectos del oficialismo, se retiró del recinto antes de la votación. El debate no contó con la presencia del presidente de la Cámara baja, Julián Domínguez , convaleciente aún de un cuadro infeccioso.
La UCR, el Frente Renovador; Coalición Cívica; el Partido Socialista; Unión Pro; Unión por Córdoba; el Frente de Izquierda; Suma+UNEN y Trabajo y Dignidad, entre otros, rechazaron la estatización de la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo.
La ley
La ley determina que el Instituto Universitario Nacional de Derechos Humanos Madres de Plaza de Mayo dependerá del Ministerio de Justicia. Hoy se dictan allí las carreras de Derecho, Historia y Trabajo Social. Se dispone, además, la transferencia al nuevo instituto de las carreras, así como de los alumnos, el personal y los bienes muebles e inmuebles.
Durante el debate de ayer en la Cámara de Diputados, los representantes de la oposición cuestionaron que el Estado se hiciera cargo de la deuda de la universidad, estimada en $ 200 millones. Y acusaron al Gobierno de querer encubrir el escándalo desatado en la Fundación de Madres de Plaza de Mayo por el desvío de fondos públicos.
"Eso no les tiene que preocupar, lo vamos a seguir asumiendo las Madres como hasta ahora. Estamos pagando una deuda que no contrajimos nosotras. Los Schoklender no están pagando nada, estamos pagando todo nosotras; ya hemos pagado más de 300 millones y lo que queda lo iremos pagando como podemos", aseguró, en diálogo con Radio América.
Enseguida, agregó: "A la Universidad no va ninguna carga. Lo único que van a hacer es pagar los sueldos, como cualquier universidad. En este tiempo algunos profesores se fueron, pero la mayoría nos entendió. Hay profesores que hacía dos años que no cobraban e igual estaban con nosotros".
"No voy a dejar nada que ensucie a mis hijos. Queremos que la memoria de nuestros hijos esté cada vez más limpia porque entre que nos dijeron terroristas y ahora nos dicen chorras, algunos pelotudos que no saben nada y que no entienden nada", enfatizó Bonafini, al ser consultada sobre el caso Schoklender.
Otras noticias de Facundo Moyano
Más leídas de Política
Solo en Off. La elegante y “liberal” venganza del despedido embajador Lagorio
Purga en la diplomacia. Milei le pedirá a Werthein reducir a la mitad el personal de la Cancillería
Con una frase atribuida a Einstein. Rebord le pidió a Milei que emita “unos billetines” y Martín Menem lo cruzó
¿Trump o Kamala? Uno de los hijos de Moyano fue invitado a Washington como “observador” de las elecciones