Violencia en Rosario: Patricia Bullrich recibió a las fuerzas federales y despliega su operativo en una ciudad en shock
La ministra saludó a los primeros refuerzos que llegaron a la ciudad santafesina, luego de una ola de ejecuciones a manos de sicarios; tuvo una agenda frenética; habrá más efectivos en los próximos días
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ROSARIO.- “Soy rosarino, no den el brazo a torcer, por favor le pido. Tengo dos hijos. No haga como hicieron los otros gobiernos, por favor se lo pido”. El reclamo, casi un ruego, sucedió en el atardecer a la vera de la ruta 9, en Arroyo Seco, a unos 30 kilómetros de Rosario. La destinataria del pedido de un hombre de unos 30 años era la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
Mientras soplaba el viento que dejó la lluvia y el ruido de los camiones repiqueteaba sobre el asfalto de la autopista, la funcionaria nacional mostraba a los medios, entre los que se encontraba LA NACION, el arribo del primer refuerzo de efectivos federales. Se trata de unos 200 de efectivos de la Policía Federal, Gendarmería y Prefectura, que se agregan a los cerca de 1500 apostados en Rosario. En las próximas horas, anunciaron desde la cartera nacional, llegarán otros 250 efectivos.
Bullrich tuvo ayer en Rosario una agenda frenética. La mañana arrancó con una conferencia junto al ministro de Defensa, Luis Petri, el gobernador, Maximiliano Pullaro y el intendente Pablo Javkin. Allí anunció el refuerzo de su plan de seguridad tras el aumento de violencia brutal que vivió la ciudad en los último días.
Más tarde se reunió con los efectivos de Gendarmería apostados en el puesto 2, mantuvo contactos con jueces y fiscales que llevan adelante causas de narcotráfico y por la tarde participó de operativos en la zona de Via Honda, uno de los barrios más castigados por el delito narco en la ciudad.
“La gente está muy preocupada. Vinimos a desplegar más efectivos en las zonas críticas y apoyar a nuestras fuerzas”, dijo Bullrich a LA NACION poco antes de volver a Rosario, donde pasará la noche antes de regresar este martes a Buenos Aires.
La ministra espera que el Parlamento le de aval para que el Ejército pueda actuar en el terreno. Hoy, eso está prohibido por la Ley de Seguridad Interior. “Las Fuerzas Armadas están atadas”, advirtió. Y pidió: “Hay que abrirles la puerta. Hay que darles la posibilidad de que actúen”.
La llegada de Bullrich coincidió con una suerte de feriado forzado en Rosario. Comercios a medio abrir, colegios cerrados, transporte público parado, remises y taxis no circulan por la noche. Tampoco habrá reabastecimiento de combustible de madrugada. Es un virtual toque de queda, que nadie ordenó, pero que la gente se autoimpuso porque está aterrorizada. Y no es para menos. Hubo cuatro ejecuciones a manos de sicarios, que mataron a civiles a sangre fría.
En ese marco, Bullrich se mostró esta tarde junto a un pequeño contingente de efectivos de Prefectura y Gendarmería en la Ruta 9. La excandidata a presidenta anticipó que el resto de los agentes se hará presente en Santa Fe los próximos días. Hasta el momento, solo 200 de los 450 efectivos dispuestos a viajar a Rosario están en el terreno. Se sumarán a los 1500 ya preexistentes. “El Ejército aportará en logística. Traerá helicópteros, autos y elementos de comunicación”, aclaró más adelante.
Sobre el operativo antinarco que lleva a cabo el Ministerio de Seguridad en concordancia con el Ejecutivo nacional y el gobierno de Maximiliano Pullaro, detalló: “Estamos trabajando con inteligencia criminal para seguir el árbol genealógico de todas las bandas criminales de Rosario y atacar a las líneas que quedaron en libertad. Queremos disolver este problema. Vamos a llegar a todos, desarmarlos y rápidamente recuperar el territorio”.
Adelantó también que la administración Milei enviará al Congreso un proyecto anti bandas narco: “La idea es que el delito de uno sea el delito de todos. Cuando un miembro de una banda ataque, todos los miembros de una banda serán juzgados con la misma pena. Así no se van a esconder. Esperemos que los diputados lo voten”.
Instó además a diputados y senadores a votar la emergencia en materia de seguridad para “poder contar los elementos que necesitamos” y descartó la posibilidad de imponer un estado de sitio “a menos que lo pida la provincia de Santa Fe”: “Creemos que con las leyes que vamos a mandar al Congreso, la iniciativa anti narcos y los cambios que pretendemos hacer al Código Penal va a ser suficiente. Si Santa Fe quiere estado de sitio, será su responsabilidad”.
“Estuve con la gente. los vi muy angustiados y tristes, con mucho miedo. No se animan a nada. La situación es de terror a la población. Es por eso que tenemos que lograr conjurar todo esto, que la gente vuelva a la normalidad de la vida. Lo vamos a hacer con saturación, con las fuerzas que estamos trayendo”, cerró Bullrich.
Rosario, en shock
La guerra que los narcos le declararon a los rosarinos logró finalmente modificar la rutina de miles de vecinos este lunes. El paro de maestros esta vez no fue por mejoras salariales ni edilicias, fue para anticipar una situación que se multiplicó por los grupos de Whatsapp durante el fin de semana: los padres no querían mandar a los chicos al colegio. Esta vez ganó el temor. El gremio Amsafé, que nuclea a los docentes de escuelas públicas, señaló que el acatamiento fue total.
En tanto, desde los establecimientos privados nucleados en Sadop, informaron que casi el 90 por ciento estuvieron cerrados. Los hospitales solo atienden urgencias y en las guardias de los centros de salud más expuestos, los profesionales siguen con ese miedo latente a un ataque sicario durante la madrugada.
La situación en los comercios, tanto barriales como céntricos, fue casi idéntica. Persianas levantadas pero poca gente en su interior. Con la deteriorada situación económica a cuestas, estos días de virtual parálisis obliga a muchos comerciantes a ajustarse aún más el cinturón. “Si seguimos así, no sabemos cómo vamos a pagar los sueldos”, comentó el dueño de un bar ubicado en Rodríguez y 9 de Julio, cerca del parque Independencia.
Incluso el titular de la Asociación Empresaria de Rosario, Ricardo Diab, evaluó este lunes que algunos comercios no pudieron abrir por falta de personal, debido al paro de transporte. Y que en algunas zonas, como en el barrio Tiro Suizo, varios dueños se pusieron de acuerdo en mantener las persianas bajas por precaución.
Ante este panorama de “ciudad en pandemia”, tal como lo definen muchos vecinos, tampoco hubo el domingo ni ayer por la mañana recolección de residuos. El gremio que agrupa a barrenderos y recolectores, que ya fueron blanco de varios ataques con balaceras (la última en enero pasado), advirtió que ante un nuevo hecho podrían prolongar la medida, aunque la amenaza de tormentas fuertes puede obligarlos a salir a la calle para evitar anegamientos.
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