El fiscal se comunicó con Fabiola Yañez para ofrecer la intervención de la fiscalía de violencia de género
La ex primera dama debe precisar las circunstancias de los hechos ; la mujer no se explayó en la conversación de ayer con el juez por su estado de conmoción
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El fiscal federal Carlos Rívolo, que tiene delegada la investigación de los supuestos actos de violencia física y psicológica que denunció haber sufrido Fabiola Yañez por parte de Alberto Fernández, se contactó con la ex primera dama para “interiorizarla del trámite del proceso, las facultades que le otorga la ley y los pormenores que le serán solicitados en el futuro”.
Así lo informó oficialmente la ficalía mediante un comunicado publicado en la página oficial del Ministerio Público Fiscal. Rívolo tiene previsto tomarle una nueva declaración a Fabiola Yañez para que precise los hechos, lugares y fechas para avanzar con el caso.
El fiscal recibió la causa 2539/2024, delegado por el juez Julián Ercolini, en el que se investiga la comisión de delitos en ocasión de violencia de género en perjuicio de Fabiola Yáñez.
Le informó que ya convocó a la Dirección General de Acompañamiento, de Orientación y Protección a las Víctimas (DOVIC), a cargo de Malena Derdoy, y a la Unidad Especializada en Violencia contra las Mujeres (UFEM), cuya titular es la fiscal Mariela Labozetta.
La intención de la comunicación de Rívolo es “brindar inicialmente una acabada protección de la víctima y para el desarrollo de medidas y estrategias de investigación”, según el comunicado. También se precisó que tomó contacto “con la víctima para interiorizarla del trámite del proceso y las facultades que le otorga la ley, y los pormenores que le serán solicitados en el futuro”.
Ayer, Fabiola Yañez no pudo ayer dar precisiones de los episodios que denunció por su estado de conmoción, cuando habló con el juez federal Julián Ercolini para reactivar la denuncia.
“Tenía mucho miedo, estaba muy conmovida, quebrada, hostigada, extremadamente vulnerable”, dijeron las fuentes con acceso al caso, al describir el estado emocional de la exmujer de Alberto Fernández cuando se comunicó con Ercolini.
Esa circunstancia anímica le impidió a Yañez dar detalles sobre los hechos de violencia, dónde tuvieron lugar y las fechas, ya que al parecer fueron más de un episodio y pueden haber ocurrido en diferentes escenarios. Cuando Ercolini le preguntó que precisara esos sucesos, Yañez le respondió que no se sentía bien y que en “en los próximos días iba a contar todo”.
“Hubo más cosas que pasaron que lo que surge de los chats y la imágenes del celular. Falta precisar esos hechos y explicarlos formalmente. Asimismo se puede chequear, por los mensajes, las fechas en que tuvieron lugar esos episodios”, dijo a LA NACION una fuente cercana al caso.
El caso se conoció a partir de la filtración de los chats entre la secretaria de Alberto Fernández, María Cantero, y su esposo, el broker de seguros Héctor Martínez Sosa. Ambos están siendo investigados por fraude y tráfico de influencias para quedarse con el negocio de los seguros. En esos intercambios que auditó la Justicia, aparecieron fotos y chats de Yañez aludiendo a que era víctima de violencia de género por parte de su marido.
Se trata de evidencias halladas en la copia forense del teléfono celular de marca Samsung, de color gris, con IMEI nro. 354233760030535, con tarjeta SIM Movistar nro. 8954075144581339831, perteneciente a María Cantero. Allí aparecieron conversaciones e imágenes que indicarían la posible comisión del delito de lesiones leves en un contexto de violencia de género.
El juez Ercolini citó a Yañez a una audiencia por Zoom, en la que la exprimera dama dijo que no iba impulsar la investigación, por lo que el expediente se archivó el 1° de julio pasado por tratarse de un delito de instancia privada. Pero el caso dio un vuelco ayer, más de un mes más tarde, cuando Yañez dio marcha atrás con esta decisión. La mujer reactivó la denuncia contra Alberto Fernández.
Para ello, llamó por teléfono al juzgado. La atendió la secretaria del juez, que le pasó la comunicación. Yañez relató sus intenciones y fue invitada a formalizar ese acto en una audiencia por Zoom. Yañez dijo que quería hablar sola: no mencionó la necesidad de su abogado Juan Pablo Fioribello.
Tuvo lugar poco después de las 12 de ayer. Yañez dijo que este mes había sido sometida a un constante hostigamiento por parte de Alberto Fernández, que “ya no aguantaba más” y que quería denunciar a su exmarido. Contó que estaba diariamente siendo molestada por teléfono, que su exmarido la llamaba y le escribía, casi obsesivamente, para presionarla y que se desdijera y señalara que no eran ciertos los hechos que se desprendían de lo chats.
Yañez señaló que “tenía mucho miedo” y que lo que quería era que Alberto Fernández no le escribiera más y que le reforzaran la custodia, ya que no confiaba en los policías que la cuidan, dado que pertenecían al entorno de su exmarido. Es por eso es que Ercolini dispuso una exclusión de 500 metros para que Alberto Fernández no se acerque a ella, ordenó cambiarle la custodia e instó al expresidente a que cese de hostigarla en el ámbito “analógico y digital”.
En la misma resolución, el juez delegó el caso en el fiscal Rívolo, ya que el Ministerio Público Fiscal cuenta con la Unidad Fiscal de Violencia contra las Mujeres y con otra unidad especializada en víctimas, que le pueden dar contención a la hora de esta declaración para dar más detalles de los sucesos.
La situación de Yañez era de extrema vulnerabilidad y por eso no pudo precisarlos en la audiencia de ayer, según las fuentes judiciales. Una vez que Rívolo reúna la información y realice esta declaración de manera virtual es que se decidirá cómo sigue adelante la investigación.
Fabiola Yañez vive en un departamento en Madrid, con su madre y su hijo Francisco. Quienes tuvieron contacto con ella en las últimas semanas la describieron como “arrumbada”, “humilde”, en un estado que no se condice con la idea de que “vive como una reina”. De hecho, ayer mismo, y a raíz de la reactivación de la causa, se sintió con un malestar que lo adjudicó a que le subió la presión, según su abogado Fioribello.
Una vez que se precise el lugar dónde ocurrieron los hechos, la cantidad y sus características, se decidirá si la causa sigue en la fiscalía de Rívolo o si corresponde que se declare incompetente y envíe el caso a la justicia federal de San Isidro, que tiene jurisdicción sobre la Quinta de Olivos.
El juez federal de turno en San Isidro es Lino Mirabelli, el mismo que tuvo la causa de la fiesta de cumpleaños de Yañez en la Quinta de Olivos, en plena pandemia por el coronavirus.
El otro debate jurídico en torno al asunto es si se trata de un caso de la justicia federal, o de un caso de la justicia provincial. Aquí hay dos interpretaciones: los que señalan que cualqueir hecho de violencia de género debe tramitar en la justicia ordinaria, y los que sostienen que el episodio habría ocurrido en un territorio federal (quinta presidencial) y fue protagonizado por un funcionario federal.
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