Villa Nydia, la casa donde el Che Guevara pasó su infancia en Alta Gracia
Córdoba fue la provincia donde más años consecutivos vivió Guevara en la Argentina; sus amigos recuerdan las travesuras que compartieron
CORDOBA. Esta provincia fue el lugar en la Argentina donde más años consecutivos vivió Ernesto “Che” Guevara : 15 años. Llegó a Alta Gracia a los dos años -en el otoño de 1931- y aunque la familia pasó por varias casas, “Villa Nydia” se transformó en la más emblemática y luego se convirtió en museo. Allí, anoche, se realizó una vigilia por los 50 años de su muerte.
Una decena de casas ocupó la familia desde que llegaron en busca de una mejoría para el asma de Ernesto. Fue el padre de Mario Pancho O’Donell (uno de sus biógrafos), quien era su médico, el que les sugirió mudarse a esta villa veraniega de clima seco.
Aunque quedan pocos de sus amigos vivos, son muchas las historias que circulan en la ciudad sobre los Guevara Lynch: desde sus idas al Sierras Hotel (fundado en 1908, centro de la vida social y de la aristocracia porteña que vacacionaba en Alta Gracia) hasta sus problemas económicos que los hacían demorar el pago de las cuentas, que afrontaban con el dinero que recibían de unos yerbatales que tenían en Misiones.
Ayer, en la casa museo recordaron el día en que a Guevara lo detuvieron en Bolivia, un día antes de que lo fusilaran; se inauguró la muestra “El periodista de la Revolución” sobre el argentino Jorge Masetti, quien entrevistó al Che y a Fidel Castro durante la guerrilla en Sierra Maestra, y fundador del medio cubano Prensa Latina y se presentó el libro sobre él, de Hernán Vaca Narvaja.
También hubo una visita guiada repasando lo que pasaba en la Argentina y en el mundo el día de la muerte del Che, y se presentó el documental “La ruta de los sueños”. Adelina Coda, directora de Cultura de Alta Gracia, explica a LA NACION que el objetivo fue hacer un recordatorio dinámico, con la participación de la gente.
Admite que fue complejo para la ciudad tener el primer museo del país de Guevara, en 2001: “Todavía hay resistencias, pero desde siempre tratamos de dialogar, de presentar la figura desde múltiples miradas. Ernesto no nació con un arma bajo el brazo; hubo un proceso, un camino, una formación. Muchos de los temas que él reivindicó hoy son actuales; por ejemplo, la defensa de las tierras para el campesinado”.
Los muebles de “Villa Nydia” provienen de casas vecinas, son de la misma época y del mismo estilo que tenían los Guevara Lynch; también la moto Norton 500 centímetros cúbicos, “La Poderosa”, es una réplica de la que el “Che” usara con su amigo Alberto Granado para recorrer Latinoamérica en el viaje que iniciaron en 1951. “La original se vendió desguazada; pero esta recuerda ese recorrido movido por los sueños”, describió Coda.
Entrañable amigo de Guevara, Granado era cordobés, estudió Bioquímica y Farmacia, y a los 30 años inició la aventura que sería retratada en la película "Diarios de motocicleta" (Rodrigo de la Serna lo interpretó a él y Gael García Bernal fue el “Che”). Murió en marzo de 2011 en La Habana y parte de sus cenizas se conservan en la sala del museo donde está “La Poderosa”.
En la casa hay fotos originales que muestran la vida de la familia en su cotidaneidad y, después, las luchas de Guevara; también algunos de sus manuscritos y hace poco más de un año se sumó una carta del “Che” a su esposa, Aleida March, a quien conoció en Sierra Maestra.
Visitas y recuerdos
En julio de 2006, en ocasión de la Cumbre de Presidentes del Mercosur en Córdoba, Fidel Castro y Hugo Chávez fueron a conocer la casa. El cubano -cuentan quienes lo acompañaron en la recorrida- disfrutó de dar detalles de la niñez de Guevara y, a la hora de elegir los regalos que los anfitriones les tenían preparados, se adelantó y se quedó con una teja con la cara del Che; el venezolano se llevó un mate.
“Villa Nydia” fue construida en 1911, es las típicas casas con mucho hierro que hacía la Compañía de Tierra y Hoteles para el personal jerárquico del ferrocarril que se instalaba en Alta Gracia. Modesta, tiene un amplio jardín al fondo donde los amigos recuerdan que pasaban horas jugando.
Ernesto pasó por dos escuelas públicas, la San Martín y la Santiago de Liniers, en las que cursó la primaria. La secundaria la hizo en el colegio nacional Deán Funes de Córdoba, a donde –para los primeros años- viajaba diariamente.
El padre de Nani Montamat fue uno de sus maestros. Su hijo -quien estudió con Manuel de Falla, otro vecino ilustre que tuvo Alta Gracia- relata a LA NACION que siempre recordaba el día que se “tomó la tinta con la que escribía; era inquieto, aventurero”. De su familia, mencionaba que era muy lectora, interesada por la política.
Enrique Martín era uno de los chiquillos que correteaba con Ernesto; para él no es “el Che”. Menciona a LA NACION que lo conoció entrampando pajaritos en un baldío. "Apareció con su hermano Roberto y nos invitaron a su casa; nos hicimos muy amigos y cuando se mudaron a Córdoba, él venía los domingos y se quedaba a comer”.
“Era muy delicado de salud; muchas veces lo llevábamos en sillita de oro a la casa por los ataque de asma que le daban. Quedaba en reposo y nosotros íbamos a espiarlo por el costado, por la ventana. Era blanco, flaquito, salíamos a andar por todos lados; le gustaban las correrías".
Guevara tenía amigos “del monte” y de la ciudad, todos –insisten- eran bienvenidos en su casa. Ariel Vidosa, quien murió hace tres meses, contaba que disfrutaban de “andar atrás de los pájaros, corriendo perdices. Siempre queríamos conocer otro lugar, jugar”.
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