Villa Mascardi. "Lamentablemente, el Estado está ausente", dicen los vecinos
Desesperanza. Incredulidad en la Justicia. Indignación. Nostalgia. No hay un único sentimiento que se destaque entre quienes perdieron su vivienda o su trabajo en Villa Mascardi a raíz de los violentos ataques que azotan a esa localidad rionegrina desde hace algunos años. ¿Miedo? "No, ya no", afirman aquellas personas que vieron cómo el fuego consumía sus pertenencias.
"Ahí conocí a mi señora. Ahí llevé a mis hijos de vacaciones", recuerda Alejo Dasso al hacer referencia al campamento Hueche Ruca. Hasta marzo, el predio pertenecía al Obispado de San Isidro, pero desde el primer día de abril la comunidad Lafken Winkul Mapu tomó posesión de esas tierras, algo que oficializó a fines de julio. "Ese día, lo echaron al cuidador y prendieron fuego todo", cuenta Dasso, que era el administrador.
"Lamentablemente, el Estado está ausente, bah, casi ausente. Porque estoy seguro de que si algún vecino se quiere defender con sus propias manos el Estado va a actuar, pero en su contra", dice, indignado, Dasso. No era la primera vez que atentaban contra esa propiedad. Días antes, la vivienda ya había sido violentada en su interior. Otra vez, unos encapuchados apedrearon la cabaña donde Dasso solía hospedarse y, como esas, hubo más hostigamientos, denuncia el hombre.
En Villa Mascardi son varios los campamentos a los que asistían niños de todas partes del país. Ruca Lauquen, de la Congregación de los Padres del Sagrado Corazón de Jesús de Betharram, era otro de ellos. Ubicado a 200 metros del Automóvil Club Argentino (ACA), sobre la RN 40 a 30km de San Carlos de Bariloche, solía ser visitado por más de 1000 jóvenes que, a lo largo de todo el año, disfrutaban de la naturaleza y de compartir con amigos.
El 8 de agosto de 2019, el campamento fue incendiado. Había dos cabañas para los chicos y una casa donde Julián Cunha Ferré, el administrador, pasaba el tiempo. No quedó nada. El fuego se llevó todo. "El peritaje lo dijo todo: fue un incendio intencional con combustible y hubo cinco focos", enfatiza Cunha Ferré en diálogo con LA NACION.
Hacía ya algún tiempo que se sucedían hechos similares, pero Ferré prefería pensar: "Se metieron con el exhotel IOS (Instituto Obra Social), al que desmantelaron y usurparon, porque estaba abandonado, pero no lo van a hacer con sus vecinos, donde vienen niños a pasar el tiempo". Sin embargo, el miedo se hizo carne. El administrador reconoció: "Estábamos preocupados hasta que, finalmente, ocurrió".
La violenta ocupación del predio por, en su momento, desconocidos arrasó con el proyecto familiar del hombre que pensaba mudarse con su familia desde Buenos Aires a Villa Mascardi. También dio por terminado con su trabajo de más de una década. "El miedo se te va cuando ves que perdiste todo y es tan injusto. No hay investigación; no hubo allanamientos", dice Ferré.
Repudio a los dichos de la ministra Frederic
Diego Frutos también se siente decepcionado: "Cómo no vamos a estar desesperados cuando te amedrentan de esa manera y tenés que abandonar tu casa". El hombre reconoce que el apoyo de los vecinos de Bariloche es esencial. "Nos apoyan porque saben lo que nos están haciendo. La ministra intentó meter miedo, pero no pudo. Fue una marcha pacífica, sin ningún incidente. No hubo quien convocara de manera particular, sino que los vecinos lo fuimos armando por las redes sociales. No hubo consigna política", enfatiza Frutos, a quien le incendiaron su propiedad semanas atrás.
"Ellos entran, roban e incendian ¿y somos los que incitamos a la violencia?", agrega Frutos, en referencia a las declaraciones de la ministra de Seguridad de la Nación, Sabina Frederic.Ayer, el ministerio de Seguridad presentó una denuncia penal ante la Justicia Federal por "la posible comisión de delitos" en la que podrían incurrir los organizadores de la manifestación que convocaron a marchar "en defensa de los vecinos de la localidad de Villa Mascardi".
"La violencia es solamente de parte de los usurpadores. Los vecinos de las tierras tomadas sólo pretenden vivir en paz. La gente quiere circular por la RN 40 sur sin inconvenientes, hacia y desde El Bolsón, ya que son apedreados cuando pasan por esa zona; y pretenden poder ir a la costa del lago Mascardi a comer un asado o tomar unos mates sin ser amedrentados y amenazados", opina a LA NACION Roberto Cevallos, que estuvo en la marcha.
Luis Dates habla tranquilo generalmente, pero al recordar la decisión de la funcionaria nacional su tono de voz se modifica. Se enfurece. "Después de escuchar a la ministra [Frederic] puedo decir que, más que ausente, el Estado es cómplice. Es una vergüenza. Es indignante", dice el hombre desde Buenos Aires.
La última vez que Dates estuvo en su cabaña "Los radales", en Villa Mascardi, el inmueble lucía impecable. Por esas cosas de la pandemia, el hombre no pudo volver, pero la próxima vez que viaje allí no será lo mismo. El 26 de marzo, un grupo de delincuentes entró a robar; el 11 de mayo, un incendio destruyó parcialmente la cabaña. "Por suerte, se activó la alarma y los bomberos llegaron a apagar el fuego. Se encontraron unas botellas tipo bombas molotov como para incinerar la parte inferior de la casa y palos con telas, como si fueran antorchas, para quemar el techo", cuenta Dates.
La tensión en los alrededores de Bariloche no parece ceder. A través de la plataforma Change, circula un petitorio dirigido al presidente Alberto Fernández que encabeza: "Los vecinos de Villa Mascardi, todo el pueblo argentino, necesitamos el reconocimiento expreso de la soberanía Argentina en el Parque Nacional Nahuel Huapi mediante su intervención a través de las fuerzas federales de seguridad para el desalojo de los intrusos y la posterior custodia efectiva del territorio de dominio público y privado de este ambiente natural en zona de frontera especialmente protegido por nuestra legislación para el goce de las presentes y futuras generaciones".
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