Los dos años de Vidal en la provincia: cómo se convirtió en la funcionaria de Cambiemos con mejor imagen del país
Tras una elección que sorprendió a muchos, la gobernadora asumió la conducción de una provincia de Buenos Aires en emergencia; impulsora de la austeridad y referente de la nueva política, la mujer derriba mitos de la política argentina
LA PLATA.- En sólo dos años al frente del gobierno de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal se consolidó como la líder con la mejor imagen de todo el país. Austeridad en el gasto político, administración racional de las cuentas públicas y una muy determinada batalla contra las mafias -que la expuso a múltiples amenazas de muerte- fueron los pilares sobre lo cimentó su popularidad.
Esta mujer joven, que impuso un estilo radicalmente nuevo de hacer política, aún enfrenta enormes desafíos en esta provincia. Los más urgentes son reducir la pobreza y la inseguridad.
El conurbano de la provincia de Buenos Aires duele: el 51,8% de su población no tiene red cloacal, el 35,9% no tiene acceso a la red de gas natural, el 29,2% no tiene acceso a calles pavimentadas, el 41,4% no tiene acceso a desagües pluviales y el 24,4% carece de agua corriente.
Nuestra Provincia es la más grande y habitada del país. También es la que más personas tiene viviendo en la pobreza.&— María Eugenia Vidal (@mariuvidal) March 1, 2017
Además, el 16,8% de los habitantes del área metropolitana vive en viviendas precarias y el 13,9%, en condiciones de hacinamiento. En ese contexto, una de cada cuatro personas vive cerca de un basural y una cada tres habita en zonas inundables.
La deuda de 85 millones de pesos, prevista en el presupuesto de la provincia para 2018, está destinada, en parte, a reducir el enorme déficit de obra pública que heredó la jefa de Estado provincial.
Ante este panorama, la gobernadora expuso desde el primer día de su gestión que la provincia que recibió tras la gestión de Daniel Scioli estaba "quebrada".
Obras que no se ven
Vidal dio orden a su gabinete de avanzar con obras que no se ven, en especial cloacas y obras hídricas. Uno de cada dos bonaerenses puede sufrir inundaciones en el mediano plazo, según admitió la jefa de Estado provincial.
Los recursos son escasos y las obras que faltan son inmensas: los 630.000 millones de pesos aprobados para gastos este año ya incluyen la ayuda de 40.000 millones que llegarán en compensación por el fondo del conurbano provincial.
La firma de este pacto es, quizá, uno de los mayores logros de estos dos años en términos económicos, dado que garantiza a la provincia un flujo de 65.000 millones de pesos a partir de 2019. Es decir, el último año de la gestión de Vidal.
Ajuste del gasto político
La jefa de Estado sabe que no es suficiente. Por eso ordenó un mayor ajuste del gasto político para ahorrar 600 millones en 221 cargos políticos y jubilaciones de privilegio. Y dispuso una nueva ley de ministerios para achicar el Estado. El dinero hace falta en los barrios. En particular, en las 1134 villas de emergencia que coexisten en este territorio.
En los últimos dos años Vidal duplicó el dinero destinado a la ración de comida en comedores escolares. Sin embargo, en el mismo plazo aumentó exponencialmente la matrícula de niños que asisten a esos comedores, según informaron los sindicatos.
Los mismos sindicatos que el año pasado paralizaron el inicio de clases por más de 17 días para exigir aumentos de salarios. Vidal finalmente destrabó el conflicto con una fórmula basada en el diálogo que expuso a Roberto Baradel a claudicar de sus exigencias bajo extorsión.
La mujer, de sonrisa amplia, aprendió a lidiar rápido con hombres duros. Veinte días después de asumir el gobierno enfrentó la triple fuga de los hermanos Lanatta y Victor Schillaci. Entonces enfrentó por primera vez a las mafias enquistadas en la policía y el servicio penitenciario. Y dio un mensaje claro: descabezó a la cúpula de los guardiacárceles. Y pasó a disponibilidad a los policías sospechados de complicidad. Premió en cambio a los uniformados que expusieron su vida para detener a los prófugos.
Gobernar a las fuerzas de seguridad –un ejército de 150.000 hombres armados en este territorio- costó a esta mujer reiteradas amenazas de muerte. Sobre su vida y la de sus hijos.
Vidal no se doblegó: exigió declaraciones juradas, ordenó el pase a disponibilidad de casi 2.000 policías, en su mayoría sospechados de enriquecimiento o corrupción y dispuso intervención de comisarias situadas a pocas cuadras de la Gobernación que fueron cuevas de recaudación ilegal. Su primer jefe de policía Juan Pablo Bressi se alejó del cargo acusado por Elisa Carrió de supuestos vínculos con el narcotráfico. Vidal no obtuvo pruebas de este vínculo, por eso no lo llevó a la justicia. Pero lo apartó luego de detectar inconsistencias en su patrimonio.
El ministro de Seguridad Cristian Ritondo recibió la facturas: sufrió frente al ministerio de Seguridad uno de los ataques contra el gobierno.
Las amenazas de sectores que resistieron el cambio fueron constantes. No sólo una vaina servida en la casa que ya no usa Vidal en Morón. El fuego de proyectiles lanzados ante la inacción policial llegó a la gobernación. A la vice gobernación y al ministerio de Seguridad en este segundo año de gestión.
Vidal gobierna con mano dura a las fuerzas de seguridad que son imprescindibles para combatir la inseguridad. En 2016 las denuncias aumentaron un 4 por ciento en este territorio. En particular los delitos contra la propiedad, los robos, los robos agravados y los secuestros extorsivos. Disminuyeron en cambio las denuncias por femicidios, los delitos protagonizados por menores y los homicidios.
Fueron dos años duros para Vidal, que se puso al frente de la última elección legislativa y fue reconocida con un amplio triunfo político, por más de cuatro puntos de diferencia respecto de la fuerza política que lideró Cristina Kirchner, ex presidenta de la Nación.
Como protagonista de la campaña electoral, la gobernadora tuvo su momento de mayor exposición cuando defendió las medidas de su gobierno y criticó al kirchnerismo durante un programa de televisión. Enojada como pocas veces se la vio, Vidal se enfrentó con el panelista Diego Brancatelli.
Los próximos dos años Vidal tendrá mayoría en la Legislatura de esta provincia. Tendrá tiempo para consolidar una posible re elección en la Gobernación, antes de establecer si dará el paso que sugiere pasar de ser el líder con mayor imagen positiva del país a ser un sucesor natural del presidente de la Nación.
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