Victoria Villarruel: "No se puede aprovechar la pandemia del coronavirus para sacar a los delincuentes amigos"
"No se puede aprovechar la pandemia del coronavirus para sacar a los delincuentes amigos. Eso complica al Presidente". La abogada Victoria Villarruel, que preside el Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (Celtyv), despliega argumentos jurídicos y políticos para cuestionar severamente al secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla Corti, por los recursos presentados en los tribunales para pedir la prisión domiciliaria de los exfuncionarios kirchneristas presos por corrupción.
La presión política sobre la Justicia y la imagen de un gobierno negociando con delincuentes y asesinos para frenar el motín de Villa Devoto, la llevan a revisar minuciosamente el comportamiento de Pietragalla Corti, cuyas actitudes, afirmó, "liman al Presidente".
"Es inaceptable haber mandado a la casa a Amado Boudou y a Luis D’Elía. Y también intentar hacerlo con Ricardo Jaime, Martín Báez y otros. Por eso los presos de Villa Devoto y otras cárceles se empezaron a amotinar", advirtió Villarruel, quien no deja de asombrarse por "el ensalzamiento de la acción de las organizaciones guerrilleras que Pietragalla Corti viene realizando aún desde antes de asumir en un área tan sensible como el de los derechos humanos".
Villarruel conoce la historia de Pietragalla Corti y de sus padres, que actuaron en los violentos años 70. "Es hijo de dos activos dirigentes de Montoneros: Horacio Miguel Pietragalla y Liliana Corti, que no eran dos perejiles. Su hijo no tiene la culpa de lo que pasó con sus padres, pero no puede desconocerlo y, menos, reivindicarlo continuamente. Lo compromete al Presidente", insistió, tras recordar que el funcionario cobró indemnizaciones por la muerte de ambos padres, a raíz de las leyes reparatorias, por un valor que hoy asciende a $23 millones.
-¿Quiénes eran sus padres?
-Horacio Miguel Pietragalla volvió en el avión que trajo a Perón del exilio, en 1972. Fue jefe militar de la Columna 26 de Montoneros y participó en el ataque al cuartel de Formosa. Hacía operaciones y actividades de inteligencia en esa provincia, Chaco y Corrientes, entre otras, y fue acusado de asesinar al chofer Juan Carlos Pérez y al señor Alberto Bosch durante el secuestro de los hermanos Born. Un año después fue secuestrado por la Triple A y su cuerpo apareció en la vía pública, en Córdoba, en noviembre de 1975.
-¿Su madre también actuó en Montoneros?
-Liliana Corti no fue desaparecida. Murió en un tiroteo con fuerzas policiales en una guarida clandestina, junto a quien era su pareja en ese momento, Eduardo Hurst, en agosto de 1976. Figura como desaparecida en el Parque de la Memoria, lo que es inexacto. Tenía un bebe de cinco meses de su relación con Pietragalla, que fue apropiado ilegalmente y recuperó su identidad en 2003. Hoy es el secretario de Derechos Humanos.
-¿Esos antecedentes lo invalidan?
-No, pero desde ese rol no puede hacer un ensalzamiento del terrorismo. Si ocupa un cargo público debe limitar sus manifestaciones. Pide por la prisión domiciliaria de Jaime, que está condenado en Ezeiza y no tiene ningún problema de salud, y a 15 metros está el coronel uruguayo Manuel Cordero, de 82 años, con graves enfermedades preexistentes.
-¿Responde a directivas precisas?
-Está muy identificado con las Abuelas de Plaza de Mayo. Siempre declaró que entró a la política por Cristina Kirchner y por Máximo Kirchner. Responde netamente a ellos.
-¿Eso lo condiciona al Presidente?
-Alberto Fernández es abogado. No puede desconocer que los pedidos de Pietragalla por Boudou y Jaime corrompen el principio de igualdad ante ley. No se puede aprovechar la pandemia del coronavirus para sacar a los delincuentes amigos. Por eso Villa Devoto se empezó a amotinar. Eso complica al Presidente.Nuestra ignorancia e indiferencia han hecho posible que siga latente y vigente el curro de los derechos humanos
-¿Qué influencia tuvieron los pedidos de Pietragalla en los sucesos de Villa Devoto?
-Lo de Boudou fue muy injusto y tuvo consecuencias. Está condenado, no integra un grupo de riesgo, no está enfermo y lo enviaron a su casa. La resolución del juez Daniel Obligado es una fantochada. Como su mujer está a cargo de los dos hijos mellizos y no tiene a su propia familia cerca, lo manda a la casa a Boudou por si a ella le pasa algo. Los motines son producto de las prisiones domiciliarias de Boudou, de D’Elía y los pedidos por Jaime y Báez.
Nuestra ignorancia e indiferencia han hecho posible que siga latente y vigente el curro de los derechos humanos
-¿Hay una relación directa?
-El motín de presos de Villa Devoto y las reacciones que se ven en otras cárceles son la justa reacción de quienes están privados de su libertad y ven cómo se aprovecha la pandemia de coronavirus: no para preservar el derecho a la salud de los detenidos, sino para sacar de la cárcel a los amigos.
-¿Hay una responsabilidad del secretario de Derechos Humanos?
-Hubo una intromisión de Pietragalla en las decisiones judiciales, favoreciendo a condenados como Boudou, D’Elía y Jaime, y eso fue muy mal tomado en las cárceles por aquellos que, en muchos casos, están en prisión preventiva eterna, que exceden los plazos legales o que pertenecen a sectores de riesgo. Aprovechar una pandemia para favorecer a los amigos y violar los derechos humanos de los enemigos o de los presos comunes rompe el principio de igualdad ante la ley y produce violencia.
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