Victoria Villarruel cuestionó la honestidad de Ariel Lijo y acentuó su tensa relación con Milei: “No creo que haya sido la mejor elección”
La vicepresidenta marcó diferencias antes de que se lleve a cabo la audiencia pública en el Senado para cubrir la vacante en la Corte y reveló que “existe la intención” de ampliar el tribunal; cuestionó la rectitud del juez
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En medio de la polémica por el aumento de sueldo de los senadores, la vicepresidenta Victoria Villarruel volvió a cargar contra la candidatura de Ariel Lijo para la Corte Suprema de Justicia. Dijo que “no contaría con los pergaminos suficientes” para el sitial para el que está propuesto, y criticó la decisión del presidente Javier Milei de impulsar su candidatura.
En un almuerzo en el Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires, la vicepresidenta también reveló que “existe la intención” de ampliar la Corte Suprema de Justicia. “Va a ser uno de los temas que se tratará en los meses venideros”, dijo Villarruel, quien no aclaró quién estaría impulsando la discusión, aunque se presume que es una idea que se baraja en el Poder Ejecutivo.
Sin embargo, el tema que mayor atención concitó entre los más de 140 comensales que compartieron el almuerzo de camaradería de los abogados porteños, fue su postura sobre la postulación de Lijo, a quien Villarruel ya había cuestionado en un reportaje que concedió a fines de marzo último.
“No creo que haya sido la mejor elección y simplemente ha sido una candidatura controversial. Todos hubiéramos querido tener un candidato, que nos enorgullezca, que va a poder desenvolver la más alta judicatura con la suficiente rectitud, honestidad y sabiduría posible; y no es este el caso”, afirmó Villarruel, en un nuevo gesto de distanciamiento del gobierno de Milei.
Lijo se presentará este miércoles, a las 10, en audiencia pública ante la Comisión de Acuerdos, ante la que deberá defender su nominación y someterse a las preguntas que le quieran formular los legisladores. Una semana después será el turno del catedrático Manuel García-Mansilla, impulsado por el gobierno de Milei para reemplazar a Juan Carlos Maqueda, que el próximo 29 de diciembre cumplirá 75 años y deberá dejar el tribunal, tal cual lo establece la Constitución.
En realidad, las palabras de la vicepresidenta fueron un tiro por elevación a Santiago Caputo, su archirrival en la interna del Gobierno y uno de los impulsores de la candidatura de Lijo, pero se terminó convirtiendo en un dardo envenenado que impactó en la figura de Milei, que fue quien envió el pliego del juez federal al Senado como cabeza del Poder Ejecutivo.
La vicepresidenta fue la invitada principal de un almuerzo de camaradería organizado por el Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires, cuyo presidente, Alberto Garay, ratificó el rechazo de la entidad al ingreso del controvertido juez federal al máximo tribunal. “El Colegio ha impugnado a Lijo en todas las instancias posibles y lo seguirá haciendo”, afirmó el jurista en el inicio del encuentro.
Luego de unas palabras iniciales, de neto corte institucional y en las que destacó la necesidad de una Justicia independiente, y tras compartir la comida con los principales dirigentes de la entidad, Villarruel se sometió a una serie de preguntas formuladas por los socios de la institución. Como se esperaba, una de los interrogantes fue sobre su opinión acerca de la postulación de Lijo a la Corte.
“Mi opinión sobre Lijo es pública: no estoy de acuerdo con su candidatura”, comenzó su respuesta la vicepresidenta. Lijo tendrá mañana, a las 10, su audiencia pública en el Senado y el avance de su pliego es todavía una incógnita.
La primera objeción que hizo Villarruel a Lijo fue que está propuesto para reemplazar a una mujer. El juez federal está nominado para ocupar el lugar que dejó vacante Elena Highton de Nolasco, que renunció al tribuna en 2021.
La vicepresidenta aclaró que no hablaba desde el feminismo. “Por empezar, está reemplazando la banca de una mujer y hay mujeres brillantes dentro del ámbito del derecho, con lo cual me hubiera gustado que la candidata fuera una mujer; y lo digo desde quien no es feminista, sino que está pensando en una situación de simple justicia”, dijo.
“En segundo término –continuó Villarruel–, [Lijo] es un juez que ha lesionado mucho los vínculos a raíz de su candidatura. Ha partido mucho a la sociedad su candidatura, entre los que están a favor y en contra. Es un juez controversial que no contaría con los pergaminos necesarios para ser juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación”.
Tras destacar que un juez de la Corte debe ser “una de las garantías de seguridad jurídica, de confianza de un país y de control de constitucionalidad sobre los actos del Ejecutivo”, la vicepresidenta concluyó: “Por ende, creo que no ha sido la mejor elección”.
Ampliación de la Corte
En otro tramo de su presentación, y también ante una pregunta de uno de los presentes sobre su opinión acerca de los rumores que circulaban sobre el tema, Villarruel reconoció que se analiza la posibilidad de ampliar la Corte Suprema de Justicia, al extremo que dijo que ya no se trata de un rumor sino de un tema concreto que el Congreso deberá discutir en el futuro cercano.
“No es un rumor, diría que hay una intención de ampliar la Corte Suprema. Por lo menos se esgrime eso como uno de los próximos pasos a debatir, así que va a ser uno de los temas que se tratará en los meses venideros, la ampliación de la Corte y de cuántos miembros”, afirmó.
La declaración de Villarruel no hace más que confirmar lo que publicó LA NACION acerca de que, en el marco de la discusión de los pliegos de Lijo y García-Mansilla, en el Senado se barajaba la posibilidad de incluir en la negociación la ampliación del máximo tribunal y otros cargos que requieren de un extenso cuerdo político, ya que requieren de una mayoría agravada de dos tercios, como el procurador general de la Nación y el Defensor del Pueblo, además de juzgados federales vacantes en varios puntos del país.
Apenas unas horas antes, el jefe del bloque kirchnerista del Senado, José Mayans (Formosa), había anunciado que Unión por la Patria no firmaría el dictamen del pliego de Lijo, condicionando su apoyo a que el Gobierno se siente a negociar con la principal bancada de oposición.
El apoyo del kirchnerismo es clave para nombrar un juez en la Corte Suprema. Con 33 senadores, la bancada que preside Mayans y que lidera Cristina Kirchner tiene la llave para alcanzar los dos tercios de los votos de los presentes que la Constitución exige para designar a un juez en el tribunal.
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