Con su marido “Pepe” Albistur como virtual jefe de campaña, la candidata del Frente de Todos multiplica sus apariciones y recorridas para ganar imagen; chats secretos con Máximo Kirchner y aplausos del Presidente
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Una marea de colaboradores, periodistas locales, simpatizantes y policías de civil recorren a paso raudo y caótico las calles del centro comercial de Moreno, en el soleado mediodía del miércoles. Unos y otros tienen la mira puesta en esa mujer rubia y menuda de trajecito salmón y modos enérgicos que interpela a cada transeúnte que se la cruza con un discurso casi calcado. “¿Me conocés? Soy Victoria Tolosa Paz, candidata a diputada nacional del proyecto de Alberto y Axel”, repite frente a hombre de pantalón raído y una bolsa en la mano la primera carta del mazo del Frente de Todos en la decisiva elección bonaerense. “Creo que sí…te vi en la tele”, responde el hombre, y con voz baja pero firme le cuenta que es pintor, y que está sin trabajo. “Ya se va a reactivar, apostamos mucho al trabajo”, le dice la candidata mientras le entrega un volante con su nombre y el de la intendenta Mariel Fernández, que no se le despega durante la recorrida, en la búsqueda por reconquistar a sectores golpeados por la crisis.
Unos metros más adelante, siempre en la céntrica calle Merlo, Tolosa Paz entra a una peluquería, dónde tampoco parecen saber muy bien quién es. Mientras los empleados siguen concentrados en su trabajo, ella posa su atención en un joven con gorrito de Boca Juniors que espera su turno. “¿Cómo andas? ¿Vas a la escuela?”, le consulta con tono maternal. La respuesta es negativa. “Dejé hace mucho”, murmura el muchacho, y con una sonrisa nerviosa debajo del barbijo le cuenta que tiene 18, y que sólo aprobó primer año. “Tenés que terminar la secundaria sí o sí, si no lo hacés te quedas a mitad de camino”, le recomienda, y luego pide prestada una birome. En cuclillas, le toma el teléfono y le promete llamarlo al otro día para contarle “de las becas Progresar” y otros planes, para “aprovechar que ahora tenés un Estado presente”, le dice, mientras el chico mueve los pies sin parar, y se queda, cuando la peluquería vuelve a recobrar su ritmo normal, con el volante blanco y amarillo en la mano.
Un estilo hiperactivo y sostenido de militancia “24 por 7”, en una campaña diseñada para “estar cerca de la gente y sus problemas cotidianos”, son el camino elegido por la candidata kirchnerista para superar el escollo del desconocimiento público, que en su momento llegó al 70 por ciento y que, según ella misma, se está revirtiendo en base a una artesanal búsqueda de espacios en los medios, sobre todo televisivos.
“Yo parto de la base de que no me conocen, como concejal platense y funcionaria nacional es muy difícil”, reconoce la candidata, aunque agrega que “eso está cambiando porque hago mucha tele y a la gente le gusta que defienda el proyecto como lo defiendo”, dirá convencida y un poco más adelante la candidata desde el Corolla blanco en el que pasa más de la mitad de cada día de campaña.
A Tolosa Paz le suena mal que algunos de sus compañeros digan que “el candidato es el proyecto”, y defiende su particular modo de llegar al votante. “No estoy de acuerdo con esta frase, el candidato agrega su impronta, y en mi caso mi pelea para que no haya territorios hostiles”, desafía, y cuenta que “a la gente le gusta que vaya más a La Nación+ o a TN que a C5N, te dice que te vio con (Luis) Majul o con (Joni) Viale y que le encantó tal o cual cosa que dijiste”, recalca. Se muestra confiada en quebrar la racha de derrotas del kichnerismo en elecciones legislativas bonaerenses, que comenzó en 2009 con Francisco de Narváez, continuó con Sergio Massa (2013) y culmina con Esteban Bullrich (2017). “El clima no es el de 2017, va a haber una reafirmación del voto, por más que las cosas no están bárbaro, no veo un escenario para ellos”, evalúa, en relación a las “divisiones” del espacio opositor, tan “gorila” que le recuerda “los almuerzos de los domingos con mi mamá en La Plata”.
Cada noche, Tolosa Paz recibe el informe sobre su periplo del día posterior, organizado por el equipo operativo de campaña que integran su vocero, Ernesto Conti, dirigentes territoriales como Leo Moyano, y su jefa de ceremonial, Daniela, entre otros, con su marido José “Pepe” Albistur, publicista y amigo del presidente Alberto Fernández, como figura omnipresente y virtual jefe de campaña. “Algunas veces, las intendencias nos ofrecen las actividades, otras son los dirigentes los que proponen. Todos quieren tenerla a Vicky y hay que elegir”, cuenta otro de los cerebros de la campaña del Frente de Todos que pide no ser mencionado.
Definida por sus colaboradores como “muy aplicada”, y con su marido como “articulador de las distintas tribus del FDT”, la ya ex titular del Consejo de Políticas Sociales (asumió en su lugar Marisol Merquel, que la acompañó en Moreno) recibe informes directos de los ministros que la “preparan” para dar la discusión en la calle y en los medios. “Le digo a (Matías) Kulfas que me pase los datos sobre producción, o a (Martín) Guzmán sobre la deuda, soy muy constructora de discursos. Percibo lo que quiere instalar el enemigo y sobre esto trabajo”, reconoce con tono combativo.
La inflación, el desempleo y las bajas jubilaciones son otros de los reclamos con los que Tolosa Paz se encontró a su paso por Moreno, pero también en Merlo y Marcos Paz, tres intendencias peronistas del oeste bonaerense que concentran casi un millón de habitantes y dónde la adhesión a su candidatura es mayoritaria. “Sería necio negar la inflación, vamos a ir bajándola de a poco, pero tampoco es como dicen ellos que está todo mal o que va a explotar”, dice, englobando a la oposición de Juntos por el Cambio en “el macrismo que se esconde y no quiere debatir”.
En su búsqueda de ejemplos de “reactivación”, Tolosa Paz llega antes de las 14 al local de Daniela Dangelo, una empresaria de Moreno que reconvirtió su local de fiestas en restaurant durante la pandemia. “Nuestro rubro fue el más perjudicado, pero me reconvertí”, dice Dangelo, y consigue convencerla de quedarse a almorzar. Luego del asado con ensalada, compartida con la anfitriona, Moyano, la intendenta Fernández y el dirigente de Somos Barrios de Pie, Daniel “Chuky” Menéndez, la candidata graba un spot improvisado a pedido de Tomás Domínguez, hijo del ex ministro Julián Dominguez y candidato en Chacabuco. “Hablé con tu viejo, quiere que me junte con 25 empresarios”, le dice la candidata al joven postulante, con una sonrisa y luego de elogiar “las obras en la ruta 7 del gobierno de Axel (Kicillof) que van a mejorar la zona”. Mientras Tolosa Paz se sube al auto, Conti le avisa de las novedades (una nueva crítica de María Eugenia Vidal al peronismo) y le comenta de una bicicleteada, ofrecida por Patricio Mussi en Berazategui. “Nos vemos allá”, responde la candidata antes de despedirse y seguir viaje hacia Merlo.
Rimmel, mate y whatsapp
En el Corolla, y casi sin testigos, Tolosa Paz aprovecha para retocar su maquillaje con la ayuda de un espejo de mano. “El rimel corrido me vuelve loca. Soy coqueta, que le voy a hacer”, se justifica sin dejar de sonreír. Apela allí a una frase de su marido, que le recalca que “cada voto vale uno, así que hay que estar siempre presentable”.
“¿Y a vos que te parece?”, responde con una carcajada cuando le preguntan si Albistur participa mucho de la campaña. “Está como chico con juguete nuevo, dice que buscó por todos lados y que la mejor candidata la tenía en su casa”, se tienta, mientras apura unos mates y se queja porque el ritmo de las actividades, que empiezan muy temprano con la lectura de diarios y las entrevistas radiales, “me quitó la gimnasia que hacía todos los días” y algunas horas de sueño.
Nadie en su entorno parece estar en condiciones para seguirle el ritmo, que ese miércoles incluyó no sólo la recorrida por ocho lugares distintos (fábricas, recorridas, encuentros con militantes y candidatos), sino también entrevistas radiales matinales y otra aparición televisiva, a las 22. “A veces almuerza una sopa y sigue de largo. Y cuando te dice esperame que saludo y me voy, ya sabemos que es una hora más. Una máquina”, se resignan desde el equipo de comunicación, que incluye una encargada de redes y un fotógrafo que la siguen dónde vaya.
La amistad con el Presidente-Albistur le presta el departamento de Puerto Madero-no es para Tolosa Paz motivo de privilegio. “Eramos amigos antes, pero desde que fui funcionaria mi relación diaria fue con el jefe de gabinete (Santiago Cafiero)”, afirma, y agrega que “no fui a Olivos” salvó para algún acto oficial. De todos modos, el Presidente le manda chats, como días atrás, cuando la felicitó “por mi paciencia y templanza” en la entrevista de Luis Majul.
¿Cómo es la relación con Cristina Kirchner? “Es buena, hay empatía personal, no hablo todos los días pero charlamos de cosas de mujeres y de lo que hay que hacer”, contesta con cuidado. Y distingue su trato vía Telegram con Máximo Kirchner, “que me pregunta como andan las cosas, cómo están los compañeros. Yo le paso el dato cuando hay ruidos, de gente enojada porque no entró en las listas. Soy una gran abrazadora”, ironiza.
Baile, marcha y peronismo
En el cuidado Parque Municipal Néstor Kirchner de Merlo, lejos de los incómodos barrios carenciados del distrito, la espera un acto montado al aire libre por el intendente Gustavo Menéndez, presidente del PJ bonaerense y referente local desde que cortara los 16 años del cuestionado Raúl Othacehé al frente de ese municipio. Con jeans achupinados, remera y campera, Menéndez la acompaña con el brazo en la espalda al escenario, mientras Tolosa Paz ensaya unos pasitos de baile al compás de la música de fondo. En la pantalla gigante se la ve debatiendo en televisión con el diputado de Pro, Fernando Iglesias. “Los que tienen más, tienen que pagar más impuestos”, dice con tono elevado, y luego de la polémica instalada por su propuesta de aumentar la carga tributaria. Matiza minutos después, al afirmar que “el peronismo nunca trabajó en contra de la empresa privada, vinimos a generar puestos de trabajo”, exclama. El acto entrega un postal final bien peronista: con la marcha de fondo, y sin mover su barbijo con el abrazo de Perón y Evita, Tolosa Paz besa un bebé y canta con los dedos en ve, rodeada de candidatos locales.
No hubo, ni aquí ni en otro discurso, menciones a los hechos de inseguridad (“Es un tema del público de (Diego) Santilli” minimizan en el comité de campaña) ni referencias al escándalo por el cumpleaños de Fabiola Yañez en Olivos. “Caminé por Bahía Blanca, Tandil, Pergamino. Uno solo me preguntó por el video, la gente está con otra agenda”, interpreta. Un rato más tarde, en la recorrida por una empresa metalúrgica, Menéndez agregará que “acá el tema del video no va a tener ninguna influencia, hay otras necesidades”, y pronosticará “una diferencia de 30 puntos a favor nuestro” en su distrito.
Gritos y sirenas
Cae la tarde cuando Tolosa Paz y su equipo llegan a Marcos Paz. En la puerta de una panificadora la esperan el intendente Ricardo Curuchet, en el poder del municipio desde 2003, más otros periodistas y candidatos. “¿Me tengo que disfrazar? Volví a la escuela Graham de La Plata”, dice divertida, antes de ponerse guardapolvo y cofia para recorrer la fábrica. “Es inquieta, eso es muy bueno. Es muy capaz y nos ha ayudado mucho”, dice el intendente antes de acompañar a la candidata a su último destino: el polo universitario, dónde la están esperando desde hace rato.
“Llegaré tarde a la tele, pero yo voy dónde están los compañeros”, dice Tolosa Paz ante una treintena de dirigentes, y ante la mirada ansiosa de su equipo. De repente, la sirena de los bomberos comienza a atronar hasta convertir su voz en un hilo irreconocible. “En las recorridas pasa de todo”, se ríe la candidata, y decide comenzar una batalla desigual contra el penetrante sonido. “!Con barbijos, pero con orgullo, mirando a los ojos a los vecinos, vamos a militar camino a la victoria!”, grita, antes de terminar el acto y su jornada en el siempre difícil conurbano bonaerense.
Casi a las 20, el auto se aleja del conurbano. La candidata pasará por un departamento porteño y se volverá a cambiar para enfrentar las cámaras de A24. Tal vez, Victoria Tolosa Paz se haya ido pensando en su diálogo con Nidia, una jubilada que en Moreno le deseó “que Dios te bendiga” y le pidió, casi como un ruego: “No te olvidés del ciudadano común”.
Fotos: Ignacio Sánchez
Edición Fotográfica: Enrique Villegas
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