¿Victoria en primera vuelta, ballottage o cisne negro? Un estudio buscó las respuestas en las últimas nueve elecciones presidenciales
Tras señalar que las PASO de agosto marcaron el récord en ausentismo y disconformidad desde 1983, un informe de la Universidad Austral detectó los dos comicios con las mismas singularidades
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¿Habrá victoria en primera vuelta o ballottage? ¿Entre quiénes? Mientras las encuestadoras sondearon durante semanas a los votantes para adelantar escenarios, un estudio buscó la respuesta en las elecciones presidenciales argentinas desde 1983 hasta la fecha. La búsqueda en ese archivo de los últimos 40 años detectó dos comicios que presentaron las mismas singularidades que las PASO del 13 de agosto: los presidenciales de 2003 y las primarias de 2015.
¿Qué sucedió entonces? Tanto en 2003 como en las primarias de este año, la cantidad de argentinos que decidieron no presentarse a votar fueron más que los que apoyaron al candidato más votado. Si se tiene en cuenta la suma de quienes no fueron a votar (ausentismo) y de aquellos que sufragaron en blanco o anularon su voto (disconformidad), a ese combo se suman las primarias de 2015. De todos modos, las PASO de agosto marcaron el récord histórico, donde ausentes y disconformes superaron largamente tanto a los candidatos individuales como a los frentes con más de un postulante.
“El comportamiento del electorado en las PASO 2023 marcó dos grandes hitos en materia de ausentismo y disconformidad. Alcanzando el ausentismo la mayor diferencia histórica sobre el candidato más votado, y la disconformidad -lo propio- sobre el frente más elegido, se establece un preocupante récord que abre interrogantes sobre la concurrencia y el comportamiento del electorado en las elecciones generales de este domingo”, resaltó Marcelo Bermolén, autor del estudio.
“Si la tendencia a repetir los comportamientos de los escenarios 2003 y 2015 acaeciera, según los datos históricos relevados en este informe, el próximo 22 de octubre habría un ballottage”, agregó el director del Observatorio de Calidad Institucional de la Escuela de Gobierno de la Universidad Austral, más allá de recordar que el ballottage no se terminó de concretar en 2003 por la deserción de Carlos Menem.
Esa es la primera conclusión del informe: que el escenario marcado por las PASO, a la luz de las experiencias electorales previas, anticipa como probable que la disputa presidencial no llegue a resolverse este domingo y deba dirimirse, entre dos candidatos, el 19 de noviembre.
La segunda conclusión o -si se quiere- advertencia del informe apunta a la dificultad para trazar pronósticos para este domingo. Y basa esa premisa en el salto que podría registrarse en la participación electoral, que en las PASO del 13 de agosto fue del 70%, la más baja desde el regreso de la democracia. Tras considerar lo que sucedió en 2003 (votó el 78%) y 2015 (votó el 81%), así como en el promedio histórico de las elecciones argentinas, el estudio señala que para este domingo “cabría esperarse un aumento de la participación de votantes de entre un 6% a un 11% del padrón electoral”. En otras palabras, que podrían sumarse entre 2.100.000 y 3.800.000 de potenciales votantes.
“Se trata de un caudal de votantes nuevos que podría inclinar la balanza de manera decisiva”, destaca Bermolén diálogo con LA NACION, para recordar que la brecha entre las tres principales fórmulas fue exigua en las PASO. Entre Milei y Juntos por el Cambio hubo solo 456.303 votos de diferencia, mientras que entre el libertario y Unión por la Patria la distancia fue de 633.202 sufragios.
Más allá de estas dos conclusiones, el estudio realiza un interesante análisis del ausentismo y la disconformidad desde la vuelta de la democracia, donde queda expuesta la brecha actual entre la sociedad y la política que marcaron los comicios de agosto.
“Tanto el ausentismo como la disconformidad logran en las PASO 2023 la mayor diferencia histórica sobre el candidato más votado y el frente más elegido (8,51% y 13,27% respectivamente) estableciendo un preocupante récord que abre interrogantes sobre la concurrencia y el comportamiento del electorado en las elecciones generales 2023″, señala el estudio.
En las PASO 2023 el candidato más votado resultó ser Javier Milei con el 29,86 % de los votos válidamente emitidos. Sin embargo, el informe extrapola ese porcentaje sobre el padrón general (no solo los votos válidos), para dar real magnitud del peso de los electores ausentes. Frente al 100% de los ciudadanos habilitados para votar, Milei solo consiguió el 21,04% de los votos. “La sociedad encontró alguien que representa su fastidio, el ‘que se vayan todos’, pero a ese candidato solo votaron dos de cada diez argentinos”, destacó Bermolén.
De la misma manera, el segundo candidato individualmente más votado fue Sergio Massa, con el 21,43% de los votos válidos, los que extrapolados se reducen al 15,1% del padrón general. Esto es, apenas 1,5 de cada diez electores votaron por el ministro de Economía. La tercera más votada resultó Patricia Bullrich, con el 16,81% de los votos legítimos, los que frente al padrón total caen al 11,84%, poco más de un elector por cada diez habilitados.
“En ese marco, es nuestra responsabilidad recordar que no está todo decidido, porque son muchos los ciudadanos que no participaron. Debemos instar a la gente a participar e involucrarse, porque este domingo es una instancia decisiva, histórica, para el país. La responsabilidad se ejerce votando, no ausentándose”, enfatizó Bermolén.
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