Víctor Hugo Morales le tomó examen al Presidente y lo aprobó raspando
Si Alberto Fernández tuviese con la oposición la paciencia y la consideración con la que trató al relator deportivo Víctor Hugo Morales, otro clima de mayor confianza y ricos intercambios habría entre el Gobierno y el resto de la dirigencia política.
El Presidente sobrestimó la influencia del locutor uruguayo, muy menguada respecto de su época de gloria en Radio Continental, en plena era cristinista. Entonces, el animador charrúa fogoneaba a la audiencia para pesificar los ahorros en dólares y cada mañana se convertía en un insuperable difusor de la causa oficialista, con editoriales encendidos y ditirámbicos hacia Cristina Kirchner y sus colaboradores. La ahora vicepresidenta, por eso, lo distinguió en 2012 en Plaza de Mayo con el premio Azucena Villaflor, madre fundadora desaparecida. En los considerandos de esa medida resaltó el compromiso del relator de fútbol "con la democracia y los derechos humanos" y también por ser "defensor y promotor de la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual en distintos debates, foros y universidades".
Muy lejos de esas mieles, Morales se mostraba más bien frío y distante a la hora de hablar sobre el presidente Alberto Fernández en su programa matutino por la AM 750, radio que forma parte del holding de comunicación en expansión de Víctor Santa María. Pero directamente rompió lanzas ofuscado cuando se conoció la "profunda preocupación" del gobierno argentino en la ONU por la situación de los derechos humanos en Venezuela. Empleado de ese país a través de sus más que bien pagas intervenciones en Telesur y los programas compartidos con Diego Maradona en los últimos mundiales, esta vez saltó ofuscado y muy lejos de sus engoladas maneras. El mismo Víctor Hugo reconoció al micrófono que podía "sobrellevar" los pasos atrás dados con Vicentin y que no avance en el Congreso el impuesto a la riqueza. "Pero se hace intolerable algo como lo de Venezuela -arengó sin disimulo-; ver a un gobierno que uno imaginó de centroizquierda, peleados por la América Latina que defiende los criterios de la Patria Grande, de rodillas frente a los Estados Unidos, frente a Trump. Da mucha vergüenza, mucho dolor".
El Presidente sobrestimó la influencia del locutor uruguayo, muy menguada respecto de su época de gloria en Radio Continental, en plena era cristinista. Entonces, el animador charrúa fogoneaba a la audiencia para pesificar los ahorros en dólares y cada mañana se convertía en un insuperable difusor de la causa oficialista
Lo que resultó francamente insólito, e innecesario, es que el mismísimo presidente de la República fuera al pie del animador de Cardona, como pollito mojado, a darle explicaciones a él y a su lazarilla política Cynthia García, que lo escucharon con el silencio fastidioso que suele ostentar una mesa examinadora a punto de reprobar al peor de la clase.
En su faz mansa, sin que se le soltara la cadena como con Mercedes Ninci, Luciana Geuna, Silvia Mercado, Cristina Pérez y Guadalupe Vázquez, Fernández se deshizo en pacientes justificaciones para relativizar lo que, después de todo, había sido nada más que el tibio voto de la Argentina ante el organismo internacional, ya que no condenó las violaciones de los derechos humanos en Venezuela, sino que tan solo expresó "preocupación". Pero en su tácito pedido de disculpas al relator charrúa, el Presidente reconoció legitimidad a Nicolás Maduro y no cuestionó las últimas elecciones en Venezuela que se concretaron con opositores presos y partidos políticos proscritos e intervenidos por el régimen de Caracas, entre otras fraudulentas maniobras.
Estas declaraciones presidenciales que conformaron a medias a Morales abrieron un nuevo frente interno en el oficialismo. "Sin dudas en Venezuela hay una dictadura", sentenció el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, a A24.
Víctor Hugo Morales fue tenaz opositor del kirchnerismo hasta principios de 2010 cuando estalló al aire al trascender entonces que Néstor Kirchner, en octubre de 2008, había comprado dos millones de dólares en medio de la crisis financiera, veinte días después de la quiebra de Lehman Brothers, lo que hizo entrar en pánico a la economía mundial.
Durante el lunes 1° de febrero de 2010, y al día siguiente, el relator deportivo no paró de despotricar al micrófono por ese tema. Pero ese martes 2, al mediodía, recibió en Radio Continental una sugestiva llamada telefónica. "Yo compré esos dólares para una operación que debía hacer en esos mismos días", le justificó del otro lado de la línea Néstor Kirchner. Según indicó entonces el expresidente, esa suma era para adquirir el paquete accionario de Hotesur, propietaria del hotel Alto Calafate, una de las causas, ya elevada a juicio oral, en la cual se encuentra actualmente acusada su viuda.
Desde ese mismo momento, Víctor Hugo Morales se convirtió para siempre en soldado militante ultrakirchnerista. Como por arte de magia. O no tanto.
* El autor publicó el libro "Converso. Historia íntima de la brutal transformación personal, profesional y económica del relator más polémico de la Argentina"
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