Varios integrantes de un clan familiar prepararon la emboscada en Congreso
El ataque contra el funcionario Miguel Marcelo Yadón comenzó a planificarse el martes pasado. Ese día las mujeres del clan Fernández y Navarro convocaron a los más jóvenes del grupo y les mostraron la foto del funcionario del área de Energía de La Rioja del que querían vengarse.
Con esa fotografía los jóvenes recorrieron la zona del Congreso buscando a Yadón. Averiguaron dónde vivía, en qué lugar trabajaba, qué camino tomaba para ir a su lugar de trabajo y establecieron que todas las mañanas a partir de las 6.30 salía a caminar con un amigo por la Plaza de los Dos Congresos. Ese amigo era el diputado nacional (UCR) por La Rioja, Héctor Olivares, quien resultó gravemente herido en el ataque.
Los agresores usaron como puntos de reunión dos bares. Uno de esos locales está en Hipólito Irigoyen entre Solís y Saénz Peña y el otro, en Avenida de Mayo, entre San José y Santiago del Estero.
El primero de los bares funciona como punto de encuentro de los más jóvenes del clan familiar y los adultos de edad intermedia. Mientras que el segundo local constituye el lugar de reunión de los jefes de familias. Ninguno de esos locales gastronómicos es concurrido por clientes ajenos a la colectividad gitana.
En la puerta del bar cercano al Palacio Barolo, los jóvenes se concentran en la vereda fumando. En realidad, cumplen la función de soldados que deben alertar los jefes del clan sobre la presencia de la policía o los inspectores.
Estos datos sobre Yadón fueron entregados a los referentes del clan de familias entrelazadas con fuertes vínculos, quienes evaluaron horarios y lugares para concretar el ataque.
Algunos de los tramos del recorrido que hacía Yadón fueron descartados porque pasaba por áreas muy custodiadas por la policía, a metros del Congreso o de los anexos. Otros tramos del trayecto se dejaron de lado por la gran concentración de gente.
Entonces, los agresores optaron por la última opción: atacar a Yadón cuando realizaba la caminata por la plaza.
Según fuentes de la investigación, ayer a las 5, los sospechosos se juntaron en uno de los dos bares de la zona frecuentados por los integrantes del clan y realizaron los ajustes para concretar el ataque.
A partir de la reconstrucción del hecho realizada por los investigadores, se determinó que en uno de esos bares se dividieron las funciones que cumplirían cada uno de los integrantes del clan que se encargarían de materializar la venganza.
Ambos locales están a pocos metros de la escena del crimen.
En esa reunión se habría decidido que los agresores esperarían el paso de Yadón en el Volkswagen Vento gris del sospechoso Juan Jesús Fernández, estacionado a un costado de la plaza, en la curva de Avenida de Mayo y Saénz Peña.
Otro grupo, desde un vehículo, de apoyo avisaría el momento en que Yadón llegaba a la plaza.
Por tal motivo, los investigadores abonaron la sospecha de que en el ataque participaron no sólo Fernández y su hijo sino que habrían tenido el apoyo de Luis Cano y el imputado detenido en Uruguay e identificado como Juan Jesús Navarro Cadiz.
Con respecto a por qué los agresores eligieron una de las zonas con más cámaras de seguridad en la ciudad para concretar el ataque, fuentes de la investigación indicaron que se trataba del lugar que los sospechosos mejor conocían.
La investigación derivó hasta el momento en siete arrestos, incluidos el sospechoso detenido en Uruguay, quien no solo habría sido el hombre que aparece en las grabaciones oficiales mientras descarta casquillos y balas en cestos cercanos a la escena del crimen, sino también quien habría disparado la pistola calibre 40.
Los investigadores ponen en el centro del clan a Juan Jesús Fernández, el robusto hombre que aparecería en el automóvil usado para la emboscada. Junto con él fue detenido en Concepción del Uruguay su primo, identificado por la policía como Miguel Navarro Fernández, que está casado con María Rosa Cadiz Vargas y es padre de Juan Jesús Navarro Cadiz, el sospechoso identificado como Cebolla y detenido en Uruguay junto a su madre. El Cebolla es apuntado por los investigadores como el autor de los disparos y es padre, a su vez, del menor de siete años que estaba en el vehículo interceptado por la Policía de Entre Ríos para detener a Fernández.
Entre las mujeres detenidas de ese clan aparece Stefania Fernández Cano, hija del sindicado como líder de esa unión de familias.
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