Vandenbroele declaró como arrepentido y complicó a Boudou
Mencionó maniobras ilícitas que involucran al ex vicepresidente; también hizo referencia al gobernador Insfrán y a Echegaray, ex titular de la AFIP; firmó un acuerdo que le permitirá una reducción de pena que lo eximiría de ir a prisión
Alejandro Vandenbroele , hasta ahora un misterioso abogado al que la Justicia considera un testaferro de Amado Boudou , admitió ayer ante un fiscal maniobras de corrupción que involucran al ex vicepresidente en fraudes al Estado, lavado de dinero y en la apropiación de Ciccone Calcográfica, imprenta que fabrica billetes.
Vandenbroele declaró casi 10 horas como "arrepentido" ante el fiscal federal Jorge Di Lello y firmó un acuerdo con su confesión. En caso de ser homologado por el juez Ariel Lijo, ese acuerdo le valdrá recibir una reducción de pena hasta el grado de tentativa, en caso de una condena.
Es decir que la pena que eventualmente le corresponda puede verse disminuida de un tercio a la mitad, lo que le asegura, casi con certeza, que no irá a prisión.
En su relato mencionó a Amado Boudou; al gobernador de Formosa, Gildo Insfrán; a Ricardo Echegaray, y a otras personas cuyos nombres no trascendieron.
"Aclaró el rol de gente que se suponía podía tener que ver con las maniobras y explicó lo que hicieron otras personas que tuvieron un papel más activo que el que se suponía", dijo a LA NACION una fuente con acceso a la declaración.
Vandenbroele dejó anoche, a las 21, el edificio de los tribunales federales de Comodoro Py 2002 custodiado por dos policías del programa de protección de testigos e imputados. Iba en el asiento trasero de un Ford blanco, vestía camisa blanca y estaba protegido por un chaleco antibalas.
En su declaración matizó las 25 carillas que dictó con porciones de pizza y empanadas de carne y de jamón y queso que compartió con los empleados de la fiscalía federal. No estaba quebrado ni lloroso; al contrario, estaba firme y tranquilo, ordenado en su relato. Aunque se lo veía "saturado", dijo una fuente que asistió a la declaración. Como si quisiera sacarse de encima todo lo que conocía.
El pacto que firmó Vandenbroele es secreto y por eso los detalles de su declaración, que prestó ante el fiscal, sus secretarios y sus abogados de la defensa oficial, Gustavo Kollmann y Juan Martín Vicco, no trascendieron.
No obstante, fuentes con acceso al caso explicaron que Vandenbroele contó en orden cronológico su participación en las tres causas que involucran a Boudou. Primero habló de su intervención en la refinanciación de la deuda pública formoseña. Luego, de su intervención en la compra de Ciccone, en la que se desempeñó como gerente general, una vez que fue supuestamente controlada por Boudou. Y del papel que le cupo en el lavado de dinero por el que se investiga al ex vice.
Admitió que conocía de la existencia de Boudou, aunque no trascendieron los términos de cómo lo conocía. No se sabe si sabía de él porque le dijeron que estaba detrás de los negocios que él mismo estaba haciendo con José María Núñez Carmona o si lo vio personalmente alguna vez.
Vandenbroele fue el responsable de The Old Fund. Es la consultora que con su factura Nº 3 le cobró siete millones de pesos a Gildo Insfrán por refinanciar la deuda pública formoseña.
Ayer, el arrepentido habló de toda esa operación y de cómo se repartieron esos siete millones de pesos. Parte de la ruta del dinero está probada en la causa. Por ejemplo, que un funcionario del Fonfipro, Martín Cortés, tiene depósitos por 2,5 millones de pesos. Pero otra parte de la ruta se sospecha. Esa sospecha abonó Vandenbroele.
Revelaciones y futuro
El abogado, de Turdera, aportó ayer a su declaración documentación. Papeles, no agendas con las que respaldó sus dichos.
Se refirió a su rol en la gestión de Ciccone y en los aportes de dinero para levantar la quiebra y permitir el giro comercial de la imprenta de billetes.
Raúl Moneta, el banquero que está ahora enfermo, apareció en un momento como quien puso ese dinero, aunque la sospecha de la fiscalía es que lo colocó otro banquero, Jorge Brito. No trascendió si Vandenbroele corroboró esta información.
Habló de la intervención de la AFIP y del levantamiento de la quiebra de la imprenta. Mencionó a Ricardo Echegaray. Y habló de la reactivación de la firma.
El acuerdo firmado ayer con el fiscal, el acusado y los defensores incluye el acta de su declaración. Será enviado el viernes al juez federal Ariel Lijo, que lo homologará ese mismo día.
En caso de corroborarse que con las apreciaciones que hizo en su declaración permitió esclarecer un delito y evitar que se sigan consumando otros ilícitos, se beneficiará con esta reducción de la pena, como está establecido en la ley del arrepentido.
Vandenbroele, que siempre dijo que tenía miedo por su vida, aceptó ahora convertirse en arrepentido porque no tiene un peso y porque Boudou y Núñez Carmona están presos y ya no están posibilitados de alcanzarlo.
El flamante arrepentido está siendo juzgado en un juicio oral como testaferro de Boudou para quedarse con la imprenta Ciccone Calcográfica, pero su declaración no fue brindada en este proceso, sino en el marco de tres causas que siguen en el juzgado de instrucción de Ariel Lijo: la de Formosa, la de lavado y lo que se llama Ciccone residual, que es en la que se investiga el rol de Echegaray.
Esto fue así porque la ley no permite que la declaración como arrepentido se produzca en la etapa de juicio, sino que debe darse en la etapa de investigación.
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