“Vamos a ser los primeros en denunciar”, prometía el titular de la Oficina Anticorrupción antes del caso Vázquez

La investigación de LA NACION que reveló que el nuevo jefe de la DGI, Andrés Vázquez, adquirió tres propiedades en Miami por US$2 millones de dólares, y no las declaró ante la Oficina Anticorrupción (OA), puso el foco sobre este organismo del Gobierno que debe controlar a los funcionarios y verificar la consistencia de sus declaraciones juradas de bienes. También sobre su titular, Alejandro Melik, quien llegó al cargo de la mano del ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona.

“No tenemos información sobre el temperamento a seguir”, afirmaron desde la Oficina Anticorrupción, ayer, cuando a LA NACION consultó si se iban a iniciar investigaciones a raíz de las dos sociedades en Panamá, y una tercera que las controla –radicada en las Islas Vírgenes Británicas–, que Vázquez no registró en sus declaraciones juradas. A través de ellas, el funcionario designado por Javier Milei para recaudar impuestos y luchar contra la evasión adquirió las tres propiedades en los Estados Unidos, una de las cuales vendió.

Este miércoles, ante la misma consulta, desde el organismo que comanda Melik indicaron que “la Oficina Anticorrupción no recibe directivas”. Preguntados por si ya contaban con esa “información sobre el temperamento a seguir” que habían señalado un día antes, respondieron: “No vamos a suministrar información por el momento”.

Los funcionarios del nivel de Vázquez están obligados por la Ley de Ética Pública, vigente desde 1999, a presentar ante la OA una declaración jurada que detalle todos sus bienes inmuebles y muebles y participaciones accionarias (incluidos los de su cónyuge). Ese reporte hay que actualizarlo cada año y es de acceso público. No informar parte del patrimonio puede configurar el delito de “omisión maliciosa”, establecido en el artículo 268 del Código Penal, con penas que incluyen la inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos. También puede derivar en una investigación por presunto enriquecimiento ilícito, si el funcionario no logra justificar el origen lícito de sus bienes.

Hace apenas un mes, Melik encabezó una capacitación de la OA en el Ministerio de Capital Humano, donde defendió la plena vigencia de la Ley de Ética Pública. “Es aplicable a todos los funcionarios que intervenimos en el Poder Ejecutivo Nacional”, dijo, para luego destacar “la determinación” de la ministra Sandra Pettovello frente a la corrupción. “Durante años ha habido sistemas no para combatir la corrupción, sino para promoverla y facilitarla”, subrayó, dando a entender que eso dejó de ocurrir con Pettovello y el nuevo gobierno.

Poco después de asumir, Melik había sido aún más enfático. “Vamos a ser los primeros en denunciar cuando veamos hechos de corrupción”, afirmó en una entrevista con Infobae, publicada en enero de este año. “Acá no habrá privilegios ni impunidad para nadie. Nosotros usaremos todas las herramientas para investigar y prevenir hechos de corrupción, y si ocurren los denunciaremos. Luego es la Justicia la que tiene que actuar y decidir. Para eso existe y debemos respetar la independencia de poderes. El Poder Ejecutivo denuncia y el Poder Judicial juzga”, insistió.

Consultado por LA NACION si esa determinación a “ser los primeros en denunciar” se había modificado, desde la Oficina Anticorrupción insistieron: “No vamos a suministrar información por el momento”.

La Oficina Anticorrupción tiene un área específica destinada a realizar investigaciones anticorrupción, que recibe denuncias e investiga irregularidades. Su página web también afirma que cuando detectan hechos de corrupción formulan denuncias penales. No se conoce que esté haciendo nada de esto en el caso de Vázquez. Melik no respondió la consulta de este diario.

Alejandro Guillermo Erasmo Melik tiene 68 años y su designación fue anunciada el día de su cumpleaños número 67, el 12 de diciembre de 2024, por Cúneo Libarona, que había asumido al frente del Ministerio pocas horas antes. Eso deja en claro su cercanía con el penalista, con quien Melik trabajó durante años en su estudio jurídico.

En un principio, Cúneo Libarona tenía la idea de cubrir la OA con una persona que fuera sugerida por la oposición. Se habló incluso de una terna. Sin embargo, optó por designar a Melik, exsecretario penal y un abogado de su máxima confianza, con el que trabajó en la defensa de Guillermo Coppola, por ejemplo, cuando logró su absolución en el “caso del jarrón”, donde le plantaron cocaína.

Como el resto de los funcionarios de jerarquía, Melik presentó su declaración jurada ante la OA. Allí se destacan seis propiedades: cuatro en la ciudad de Buenos Aires, una en Pinamar y otra en Pilar. También un Mercedes Benz 250 AMG, un Chevrolet Cruze, un cuatriciclo Polaris Sportsman y un vehículo arenero GammaZForce. Varias cajas de ahorro en pesos y dólares, además de títulos públicos, completaban su patrimonio. En una rectificación posterior, dejó de consignar el Mercedes y el cuatriciclo.

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