Vacunas VIP: los cinco capítulos del escándalo y una causa judicial que crece
Las médicas Lucrecia Raffo y Graciela Torales estuvieron al borde del llanto cuando declararon en los tribunales en la causa por las vacunas VIP. Las directivas del Hospital Posadas intercalaron su declaración testimonial con expresiones de indignación y bronca, tras un año de esfuerzo denodado por la pandemia.
Las órdenes venían desde arriba, explicaron. No había cómo desobedecer cuando llamaban desde el Ministerio de Salud para intercalar un turno para un amigo de la política. Y en el hospital, el personal estaba encolerizado porque hubo médicos y enfermeros de terapia intensiva que no llegaron a inocularse, pero vieron cómo entraban los recomendados, se vacunaban y se iban.
La investigación penal que llevan la jueza federal María Eugenia Capuchetti y el fiscal Eduardo Taiano se ampliará desde la semana que viene. Hasta ahora, los imputados por el fiscal son el exministro de Salud, Ginés Gonzalez García y su exjefe de gabinete y sobrino, Lisandro Bonelli. Pero con las declaraciones de los primeros testigos se sumarían el secretario privado del ministro, Marcelo Guille y el Subsecretario de Gestión de Servicios e Institutos, Alejandro Collia. Este funcionario se vacunó pero igual contrajo Covid, y se encuentra grave. El director del Hospital Posadas, Alberto Maceira, declaró que eran Guille y Collia los que lo llamaban para pedir los turnos en nombre del eyectado ministro de Salud.
La Justicia ordenará entrecruzamientos de llamadas del Ministerio de Salud y del Hospital Posadas como parte de una batería de nuevas medidas de prueba. Lo que se sabe hasta ahora es que hubo varios escenarios donde se aplicaron las vacunas del poder "sin turno". Muchos se vacunaron en el Hospital Posadas, pero también hubo un traslado de vacunas a la cartera sanitaria, al Palacio de Hacienda y a Olivos. Y hubo un "delivery" de dosis a la casa del expresidente Eduardo Duhalde. En el Gobierno condenan a algunos casos, pero justifican otros.
Los escenarios
El ministerio de Salud repartió las vacunas entre las provincias pero se quedó con una partida que recaló en el Posadas, para inocular al personal de los hospitales nacionales. Gracias a eso, González García logró apartar algunas vacunas para sus allegados. Así se inocularon dirigentes peronsitas como Lorenzo Pepe y Jorge "Topo" Devoto (muy cercano a Cristina Kirchner) y el exintendente de Tres de Febrero, Hugo Curto con su esposa.
También se vacunaron el Procurador del Tesoro, Carlos Zannini, y su esposa. El funcionario, íntimo de Cristina, tiene una relación de afecto con González García.
Todo estalló cuando a Maceira escuchó el nombre del periodista Horacio Verbitsky y sintió que era demasiado. Les dijo a los laderos de González García que iba a ser un escándalo si lo reconocían los empleados. Fue así que, el jueves 18 de febrero, Maceira partió con dos viales (diez dosis) y las llevó a la sede del Ministerio de Salud, escoltado por otras tres personas.
Esa mañana, el senador Jorge Taiana y el diputado Eduardo Valdés, viajaron juntos hasta el Posadas, en El Palomar. Tenían turno a las 11. Pero cuando llegaron, les dijeron que sus dosis estaban en el ministerio. Y fueron para allá. Se lo cruzaron a Verbitsky. Nadie dijo nada.
Taiana consultó a González García por la vacunación ante el inminente viaje a México con el Presidente y el exministro les recomendó vacunarse, aún cuando no lograrían la inmunización a tiempo.
La Casa Rosada encapsula el escándalo en la escena dentro del ministerio, donde también se inoculó el empresario Florencio Aldrey Iglesias y su familia. Tras allanar la cartera sanitaria, la Justicia realizó un croquis del lugar. Además, Capuchetti decomisó las cámaras de seguridad y la base de datos de las personas vacunadas en la Argentina (Nomivac), que incluye a los VIP y a los simples mortales. Un equipo del juzgado clasifica esos datos para determinar si hay más casos por fuera de los protocolos.
El esquema VIP contó con un delivery de vacunas a la casa de Duhalde. El 1 de febrero le llevaron un vial con el que se vacunaron él, su esposa Chiche, sus dos hijas y su secretario, Carlos Mao. Todavía no habrían recibido la segunda dosis. Duhalde dio a entender que él no pidió la vacuna. La oferta le habría llegado a través de un secretario de González García. En el Gobierno aseguran que el expresidente antes había pedido a la provincia dos dosis y lo mandaron a sacar turno.
El Gobierno asegura que no están mal vacunadas las 70 personas de la lista que difundieron. Alegan que, por ejemplo, allí figura el propio Presidente. La nómina también incluye a cinco personas que trabajan en la diaria con Fernández. El Gobierno difundió un documento de la Unidad Médica Presidencial (UMP) que recomendaba la inoculación del jefe de Estado y la de sus "colaboradores más estrechos".
El alcance de la burbuja presidencial obedeció a una decisión política. Se vacunaron el secretario General de la Presidencia, Julio Vitobello; el secretario de Comunicación, Juan Pablo Biondi; su segundo, Marcelo Martin; el fotógrafo presidencial, Esteban Collazo, y el director general de Audiencias, Nicolás Ritacco.
A principios de febrero, el propio Maceira llevó las segundas dosis a Olivos para completar la inoculación de todos ellos. Hubo funcionarios nacionales, (pacientes de riesgo), que trinaron la distinción que se hizo en Rosada. Tampoco se vacunó la primera dama, Fabiola Yáñez. En el Gobierno dicen que Fernández quiso evitar que la traten de privilegiada.
El otro esquema que perdonan en la Casa Rosada es el que se montó en el Palacio de Hacienda. El ministro de Economía, Martín Guzmán, le preguntó a la por entonces segunda de Salud, Carla Vizzotti, si le correspondía vacunarse ante una gira para negociar la deuda y la funcionaria le dio el visto bueno. Entonces Guzmán hizo la lista de personas a inocularse e incluyó a otros cinco asesores. Entre ellos una encargada de prensa. Al ministro de Economía no le gustó que lo expusieran a en la nómina de las vacunas VIP.
El expediente que investiga a González García podría engrosarse. El juzgado de Capuchetti se convirtió en un gran imán que sumó 13 denuncias. Entre ellas una de la empresa HBL Pharma. Esta firma es la que presentó el contacto con los rusos para adquirir la vacuna Sputnik V y luego fue corrida de las negociaciones. Acusó al exministro de tráfico de influencias y de haber conformado una asociación ilícita.
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