Uruguay prepara un pedido oficial para flexibilizar el Mercosur
Lo presentará en la cumbre de cancilleres del 22 de abril; ocurre después del contrapunto entre presidentes
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MONTEVIDEO.- Lo pasado, pisado; ahora vamos a las cosas. Con esa consigna, el gobierno uruguayo considera una anécdota para el olvido el entredicho presidencial de la cumbre del Mercosur por los 30 años del bloque, y ahora la mira está en el jueves 22 de este mes, para cuando se reúnan los cancilleres. La administración Luis Lacalle Pou trabaja en un documento técnico de pedido formal a los países socios para que le autoricen a negociar un acuerdo comercial por fuera del Mercosur.
La diplomacia oriental está abocada a esa tarea y procura tener el documento lo antes posible, porque es lo que ya anunció oficialmente a los gobiernos de la Argentina, Brasil y Paraguay, y el presidente Lacalle Pou instruyó para que se cumpla, dijeron a LA NACION fuentes de la cancillería.
Tras el cruce entre presidentes de los países del Plata, Lacalle Pou recibió “respaldo”, “apoyo absoluto” en declaraciones de las cámaras de Industrias (CIU), de Comercio y Servicios (CNCS), la Asociación Rural (ARU) y la propia Confederación de Cámaras Empresariales, así como un pronunciamiento público de la Academia Nacional de Economía.
El canciller Francisco Bustillo, que fue embajador en Buenos Aires y tiene amistad con el presidente argentino, es el responsable de dirigir los trabajos para la presentación que se hará el jueves 22.
Lacalle y Bustillo recuerdan que el canciller argentino, Felipe Solá, se comprometió en diciembre a convocar a una reunión específica para tratar la propuesta de flexibilizar el Mercosur para una mayor integración comercial al mundo.
El gobierno mantiene reserva sobre el contenido de la propuesta, aunque según supo LA NACION consideran pedir la derogación de la decisión Nº 32, de 2000, suspender la aplicación del Arancel Externo Común, habilitación general o puntual para que países del bloque puedan negociar acuerdos, y otros similares.
Citan como ejemplos el acuerdo con México y el que Paraguay ya hizo con Taiwán. Uruguay hizo presentaciones formales sobre el tema, ante el Consejo del Mercado Común, en las cumbres del 1º de julio y del 15 de diciembre.
Y eso tampoco fue novedad, lo habían hecho los presidentes anteriores, el colorado Jorge Batlle y los frenteamplistas Tabaré Vázquez (en sus dos períodos) y José “Pepe” Mujica.
Vázquez lo hizo por escrito en 2006 ante Lula da Silva, cuando remarcó “la necesidad de buscar alternativas y flexibilidades” mediante “la incorporación de las bilateralidades, sea en negociaciones conjuntas o permitiendo negociaciones individuales”.
Y en 2015, ante Dilma Rousseff, cuando pidió impulsar “negociaciones a “dos velocidades” con países de fuera de la zona, y consideró “urgente y necesario” dar mayor “flexibilidad” al bloque.
Ahora, la decisión de Lacalle Pou de persistir en ese objetivo tiene amplio apoyo.
Los principales asesores económicos del mundo de negocios coinciden en que es imperioso para Uruguay conseguir aval del Mercosur para negociar con terceros países y han planteado diversas alternativas para lograrlo.
Gabriel Oddone, director de CPA Fererre, opinó que Uruguay debe “tener un plan de trabajo de antelación” para “empezar a generar un conjunto de hechos consumados, previos estudios para evaluar riesgos” y que el gobierno de Lacalle Pou “tiene que estar dispuesto a actuar en el borde del reglamento” y “tomar acciones que posiblemente lo sometan a presión política (…) por la vigencia de los acuerdos firmados”, porque ve muy difícil que se consiga “una autorización del Mercosur” para “negociar con terceros mercados”.
Por su parte Pablo Rosselli, director de Exante, dijo que “no tiene sentido que Uruguay se plantee una salida unilateral del Mercosur”, pero que “no debería quedar paralizado ante ese riesgo”. Afirmó que “si el Mercosur no es una Unión Aduanera, no tiene sentido la prohibición de negociar por separado” y que “Uruguay debe mantenerse firme con ese planteo” y saber que “si luego hay represalias, habrá que lidiar con ellas”. Y agregó: “Uruguay debe avanzar de forma decidida, tratando de tener alguna aprobación de Brasil y tratando siempre de bajar los decibeles de las diferencias con Argentina”.
En un sentido similar se expresó Ignacio Munyo, director de Ceres. El catedrático de la Universidad de Montevideo dijo que “la agenda pendiente en apertura comercial es clara y debe ser urgente” y que Uruguay debe insistir en “lograr acuerdos en procesos aduaneros y normas técnicas, así como reducir aranceles de productos puntuales, como por ejemplo la carne, producto que explica 2/3 de los aranceles pagados por Uruguay”. Aseveró que “las ganancias de una mayor apertura comercial se traducen en desarrollo económico al sofisticar y mejorar la calidad de la producción”.
La visión que impulsa Uruguay parece muy apalancada en el sector privado. Aldo Lema, director de Vixion, sostuvo que Uruguay debe “insistir en una mayor apertura e inserción externa”, porque ahí “está en juego su desarrollo económico” y debe “ser inteligente para aprovechar” que Brasil tenga “predisposición” a bajar el AEC y buscar acuerdos con China, EE.UU. y otros. Sostiene que si eso no resultara, “podría apelar a la interpretación menos restrictiva de la decisión N° 32/00 y encarar negociaciones bilaterales”. Y agrega que lo que no puede hacer, es “esperar más” porque las “limitantes del Mercosur le significan renunciar” a más “productividad” y en definitiva al “bienestar y eficiencia”.
Y Javier de Haedo, exministro de Planeamiento y exdirector del Banco Central, dijo que “el presidente Lacalle Pou tiene razón en lo que dijo”, porque a su juicio “el Mercosur ha sido y es un lastre para” los uruguayos, que opera como “un sobrepeso que no deja avanzar”. También remarcó que no le sorprende la postura de Alberto Fernández: “¿A quién puede sorprender que Argentina no quiera un Mercosur abierto y eficiente cuando en sus propias políticas son cerrados e ineficientes? ¿Cómo va a querer integrar el Mercosur al mundo cuando Argentina se aísla comercial y financieramente del mundo?”.
E Ignacio Bartesaghi, director de Negocios Internacionales de la Universidad Católica, dijo que mantiene confianza a pesar de los problemas. “Se va a dar en abril una reunión extraordinaria de cancilleres y ahí tenemos que prestar atención”, dijo, y agregó que ve una oportunidad con un Brasil “que plantea que el consenso está bien, pero que no se puede utilizar como veto” y que “plantea un Mercosur más abierto al mundo”. El especialista en integración comercial dijo que “Uruguay tiene que apoyarse en la posición de Brasil e intentar conseguir” una respuesta positiva a su planteo. En medio del combate de la pandemia, las expectativas uruguayas para aumentar las exportaciones y las inversiones están puestas en la cumbre del 22 de abril.
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