Uruguay: admiten intentos de coima

MONTEVIDEO.- Las coimas no se documentan; los sobornos no quedan registrados por escrito y, además, de todo eso no se habla públicamente. Ese esquema de razonamiento, visto como manual para funcionarios de gobierno, se rompió sorpresivamente ayer cuando uno de los negociadores uruguayos, más cercano al presidente José Mujica, dijo en voz alta lo que muchos decían en voz baja. Y desató una terrible tormenta que terminó con una carta de renuncia.

Quedó claro que en medio de presiones de operadores argentinos contra funcionarios uruguayos, para renovar el contrato de compañía holandesa en el mantenimiento del canal Martín García , hubo un intento de soborno. Y que el embajador que fue tentado con la coima, Francisco Bustillo, rechazó el planteo y lo denunció a sus superiores del Ministerio de Relaciones Exteriores.

Lo dijo con todas las letras el embajador itinerante Julio Baráibar, dirigente político del Frente Amplio y hombre de confianza de Mujica. Horas después, tras el escándalo generado por esas declaraciones, presentó la renuncia. Al cierre de esta edición la renuncia no había sido aceptada y Baráibar seguía en el cargo.

Pero también en su renuncia, que es un documento oficial, quedó estampado de puño y letra de Baráibar que, mientras ejercía su cargo de gobierno, fue informado de "un intento de cohecho". Este delito consiste en sobornar a un juez o a un funcionario en el ejercicio de sus funciones.

Baráibar fue ministro de Trabajo en el gobierno de Tabaré Vázquez y en este período Mujica le había dado el cargo de "embajador itinerante", lo que lo dejaba con las manos libres para operar políticamente tanto dentro como fuera del país y hacerse cargo de negociaciones complejas.

Sorpresivamente, Baráibar expresó malestar con el canciller argentino Héctor Timerman por la reacción de esta semana, cuando el funcionario argentino exigió una auditoría sobre lo actuado en la Comisión Administradora del Río de la Plata (CARP). Y dijo que la Argentina se molestó por versiones de prensa y comentarios de un legislador, en referencia a un asunto que a su entender ya era historia, pero que todos conocían.

"Es un tema viejo donde todo el conocimiento que se tiene, [porque] las personas involucradas denunciaron que hubo un intento de soborno hace dos años y por supuesto denunciado al ministro [Luis] Almagro en su momento, y yo personalmente recibí un acto de confianza de este embajador que vino y me contó cómo había sido toda la situación y Uruguay la denunció y eso era historia", dijo Baráibar a la Radio Uruguay, emisora estatal.

Adaptación

"De país no nos podemos mudar, estamos donde estamos, tenemos los vecinos que tenemos y tenemos que adaptarnos para tener la mejor relación", añadió Baráibar, en alusión a los reclamos de la oposición de mayor firmeza en la negociación con la Argentina o de adopción de alguna represalia, ante las trabas comerciales o la postergación de obras binacionales, como el dragado del canal.

En Torre Ejecutiva, donde están las oficinas del presidente Mujica, no daban crédito a los dichos de Baráibar. Hace menos de una semana, la Cancillería y la Presidencia de la República habían emitido comunicados para negar esas versiones. Y Mujica había ido más lejos. El viernes pasado dijo que consideraba presentar una denuncia penal contra los legisladores de la oposición que hablaban de coimas. Si "tienen algo y no se presentan a la Justicia, por lo menos es una falta grave", dijo Mujica entonces.

Ahora fue uno de sus hombres que admitió que todo lo del intento de soborno era cierto. Mujica sostiene que lo esencial es el acuerdo para dragar el canal, mejorar la navegabilidad, y que no quiere líos con Cristina Fernández. La oposición, ayer, se regocijaba en redes sociales.

Ayer, LA NACION intentó en vano comunicarse con el embajador de Uruguay en la Argentina, Guillermo Pomi. Tampoco respondieron en la Cancillería en Buenos Aires, y el encargado de la CARP por la parte argentina, Hernán Orduna, no respondió las llamadas que se le hicieron. En la Argentina hubo un silencio absoluto ante la denuncia de Baráibar.

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