Uno por uno. Radiografía profunda de los bloques dialoguistas que definirán la ley ómnibus
Hacemos Coalición Federal, la UCR y el Pro protagonizaron estas semanas de intensas negociaciones con el oficialismo; todos tienen divisiones por el nivel de respaldo al Gobierno, pero buscan lograr consensos internos
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En un escenario de alta fragmentación parlamentaria, hay algo que quedó claro en las últimas semanas: las negras también juegan. Con una dosis de pragmatismo, un diverso compendio de 106 legisladores de la oposición dialoguista que se ubica en un amplio centro político electoral condicionaron la suerte del proyecto de “Ley de Bases” a sus propuestas de modificaciones. Agrupados en tres bancadas distintas -Pro, UCR y Hacemos Coalición Federal-, sus integrantes lubricaron su plasticidad para sortear las diferencias -intra e interbloque-, mostrarse cohesionados y ganar peso específico no solo frente al oficialismo, sino también de cara al kirchnerismo y la izquierda, que suman 107 voluntades.
En este complejo esquema de alianzas conviven liberales promercado, como Ricardo López Murphy, con el experimentado armador político, Emilio Monzó, uno de los artífices del variopinto bloque Hacemos Coalición Federal. En UCR, los diputados cercanos a los gobernadores Alfredo Cornejo (Mendoza) y Gustavo Valdés (Corrientes), quienes apuntan a tender puentes con Milei, cohabitan con Facundo Manes o Pablo Juliano, del ala dura del radicalismo. En Pro, en tanto, sobreviven en un mismo espacio diputados como Damián Arabia, Hernán Lombardi y Silvana Giudici, muy cercanos a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, con Silvia Lospennato o Álvaro González, con un pedigree aperturista asociado al exalcalde porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
Con el foco puesto en consolidarse como una “oposición razonable” que le de gobernabilidad al Presidente Javier Milei, pero que al mismo tiempo controle sus excesos “sin poner palos en la rueda”, estos legisladores que no supieron encontrar su lugar dentro del electorado en la última contienda presidencial hoy se mueven como peces en el agua en un Congreso totalmente dividido. Los puentes que lograron tender entre sí responden a objetivos funcionales directamente relacionados con la praxis parlamentaria: saben que son la llave del quorum de los libertarios, con quienes dicen que quieren colaborar, pero sin entregar “un cheque en blanco”. Además, si se muestran en sintonía evitan convertirse en presa fácil para el oficialismo y la oposición intransigente, que buscarán entablar vínculos por separado para dividir las posiciones y sumar adhesiones a sus propios proyectos políticos.
Bajo este nuevo escenario legislativo, la renovación de cuadros políticos se impuso y pasaron a la primera línea de batalla políticos jóvenes con un marcado perfil dialoguista. Es el caso del cordobés Rodrigo de Loredo, líder de la bancada radical, así como Nicolás Massot (Buenos Aires - Hacemos Coalición Federal), quien oficia de nexo para puntear con otras fuerzas temas técnicos del megaproyecto. De Pro, Silvia Lospennato (Buenos Aires) y Damián Arabia (CABA) formaron parte del diálogo político de las últimas semanas y tomaron la iniciativa durante los plenarios para exponer sus ideas y plantear modificaciones.
Pro
En el bloque presidido por Cristian Ritondo conviven las alas dura y blanda comandadas por los cercanos a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, por un lado, y al exjefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta, por el otro. Tras la llegada del megadecreto de Milei las aguas se dividieron notablemente en los sectores del bloque y se notó quiénes buscaban acompañar al Gobierno y quienes querían cogobernar. El ala de Bullrich se inclinó al cogobierno cuando manifestó hace unas semanas que no tenía interés en abrir el DNU 70/2023 y realizar modificaciones. Entre los que buscaban su aprobación total se encontraban el presidente del bloque, Cristian Ritondo, y la exgobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal.
La ley ómnibus, en cambio, mostró la faceta dialoguista, encabezada por el costado larretista, cuando la diputada Silvia Lospennato se convirtió en la voz de las modificaciones de Pro en las reuniones plenarias de las comisiones, donde se presentaron los puntos innegociables para el bloque, aunque en un tono moderado. Desde el otro lado también mostraron firmeza en la posición de la mano de Damián Arabia: “Que los jubilados no sigan perdiendo contra la inflación y que el gobierno retire las reteciones a las economías regionales son dos temas fundamentales”.
Los diputados encontraron dónde aflojar las divisiones. La demanda conjunta por modificaciones se convirtió en la posición elegida y, por ahora, parece fluir con el Gobierno. Según diputados de Pro comentaron a LA NACION, la postura de los legisladores es “ir en bloque” y “votar igual”. Aún así, el foco sigue siendo diferente según cada ala: mientras algunos argumentan que el objetivo es acompañar al Gobierno y darle herramientas a Milei, otros priorizan pensar en los cambios necesarios para el bloque.
Hacemos Coalición Federal
El bloque presidido por Miguel Ángel Pichetto nació como un espacio parlamentario después del desgranamiento de Juntos por el Cambio. Es una de las bancadas que mayor heterogeneidad presenta, con representantes del socialismo santafecino -Mónica Fein y Esteban Paulón-, del liberalismo, el sindicalismo -Jorge “Loma” Ávila, gremialista petrolero de Chubut-, el peronismo -Florencio Randazzo (Buenos Aires) y Pro -Oscar Agost Carreño (Córdoba).
Conforman, además, un interbloque con los oficialismos provinciales de Salta, Misiones, Río Negro y Neuquén, aglutinados en Innovación Federal, con nexos concretos con el excandidato presidencial de Unión por la Patria (UxP), Sergio Massa.
Si bien la cohesión pareciera funcionar sin fisuras, en las últimas semanas las diferencias internas quedaron en evidencia en relación con el DNU de desregulación de la economía y el proyecto de ley ómnibus del Gobierno. Mientras que el diputado de la Democracia Cristiana Juan Brügge dijo que la mayoría de su bloque rechazará el decreto, su par Nicolás Massot negó que se haya tomado una decisión al señalar que se encuentran “abiertos a discutir el contenido” de las iniciativas del oficialismo.
Por otro lado, las agendas propias de cada legislador emergen en la discusión del detalle del mamotreto de 664 artículos y suman cambios a su propuesta de dictamen. Por eso, optaron por “podar” la iniciativa a lo más urgente: el paquete fiscal y la reforma administrativa, y postergar la discusión del resto del articulado para las sesiones ordinarias.
VAYAMOS A LO IMPORTANTE.
— maxi ferraro (@maxiferraro) January 18, 2024
Llevamos dos semanas de intenso trabajo y debate en comisiones sobre el polifacético proyecto de Ley Ómnibus enviado por el Presidente al Congreso y en breve estaremos en la instancia decisiva. Solo podremos avanzar con éxito si separamos la paja del…
UCR
Las diferencias dentro del bloque radical ya no son ninguna novedad. Bajo la conducción de De Loredo, entre los 34 legisladores que se agrupan bajo el sello de la UCR conviven dos facciones. Por un lado, una mayoría de dirigentes que busca tender puentes con otros bloques así como con el oficialismo; y por el otro, un grupo de diputados que apuesta a volver a las raíces del radicalismo con un perfil menos aperturista.
No obstante, la larga trayectoria del partido centenario, con aceitadas instancias de diálogo institucional, lograron sobrellevar con destreza estas diferencias a lo largo de estas últimas semanas de intensas tratativas. Puertas adentro, no obstante, trascendió que en varias reuniones de bloque el sector liderado por Manes instó al presidente de la bancada mostrarse menos contemplativo ante los agravios directos del Presidente, quien tildó de “coimeros” a los legisladores que mostraron reparos a sus iniciativas de gobierno.
Si bien la mayoría está de acuerdo en los puntos troncales a modificar de la ley ómnibus, como la delegación de facultades y la privatización de empresas públicas, hay matices en el detalle. El ala más dura pretende de plano no otorgar poderes especiales al Ejecutivo, mientras que el otro sector considera hacerlo solo por un año. En relación con el paquete de privatizaciones, los primeros quieren eliminarlas por completo mientras que aquellos más conciliadores podrían admitir algunas -dejando de lado YPF y Banco Nación- siempre que transparente el proceso e intervenga el Congreso en la aprobación de los pliegos.
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