Unión por la Patria: tras el desprolijo cierre de listas, aún no se articuló la campaña y cada candidato va con su discurso
Sin una estrategia unificada, Massa se apalanca en su propia gestión y el kirchnerismo reivindica sus banderas y le marca la cancha; mañana, Fernández y Rossi encabezan una reunión de gabinete
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“Somos muy del ‘vamos viendo’”. Un candidato a intendente del conurbano se sincera por la situación de la incipiente campaña oficialista. La definición de la fórmula de Unión por la Patria fue tan desprolija y cargada de vértigo que aún todos en el peronismo siguen digiriendo lo que pasó. No hay todavía un comando proselitista, ni una estrategia unificada. Sergio Massa y Agustín Rossi ni siquiera pudieron sacarse una foto juntos y sonrientes.
Con el cierre de listas aún muy fresco, articular un discurso de campaña todavía parece difícil para el frente oficialista. Hasta acá, todo indica que cada socio de la flamante alianza irá con su propio cassette. La primera en sentar posición fue Cristina Kirchner, el lunes, cuando buscó dar cuenta de la “historia oficial” de la definición de la fórmula presidencial, con el objetivo de obturar cualquier otra versión de los hechos. Allí dejó en claro que, para ella, la candidatura de Massa fue su “plan C” porque ella (que es la que mejor mide, según dijo) está “proscripta” y porque hubiera querido ir con alguien propio, como Eduardo “Wado” De Pedro.
Pero Alberto Fernández, reconoció la vice, jamás hubiera aceptado al ministro del Interior. En el kirchnerismo algunos dieron a entender en los últimos días que Cristina llegó a barajar a “Wado” como candidato único, porque algunas encuestas que le habían acercado mostraban al ministro con mejor potencial electoral.
Massa, con su gestión
Las horas que siguieron a la confirmación de su candidatura presidencial, así, le demostraron a Massa que el kirchnerismo no le despejará la cancha sin más. En lo inmediato, el ministro de Economía tiene que pasar la primera prueba de fuego con la renegociación con el FMI. El lunes, el viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, afirmó que “esta semana habrá grandes avances con el Fondo”. “Vamos a avanzar en todo lo que es la finalización del acuerdo. Y el ministro muy probablemente dará una conferencia cuando se concrete”, agregó, como si fuera algo inminente.
La vicepresidenta ayer volvió a apuntar con dureza contra el Fondo y se jactó por un artículo que indicaba que para el organismo el aumento de las ganancias de las empresas explica “buena parte de la inflación reciente”. “Teléfono para el ministro y el candidato”, soltó. Cerca de Massa aseguran que ya está asimilado el discurso de Cristina en las negociaciones con el FMI. “Hay que ver ahora, que además de ministro es candidato”, soltó un colaborador del titular de Economía.
Massa buscará, para la campaña, apalancarse en la gestión. No en la de todo el gobierno, sino en la propia. “El plan de estabilización lo viene llevando adelante Sergio. El ordenamiento y la competitividad de la coalición sucede desde que está Massa, antes era escenario asamblea legislativa y helicóptero”, repetían continuamente en el massismo tras el cierre de listas. “Lo de Massa es su gestión. Ordenó, estabilizó, unió”, machacaban.
La Cámpora, que estuvo a punto de tener a su primer candidato a presidente, tendrá que continuar con el proceso de “trasvasamiento generacional” del kirchnerismo desde las listas legislativas de la provincia de Buenos Aires, con Máximo Kirchner y De Pedro a la cabeza. “Fuimos muy generosos, cedimos con la fórmula cuando teníamos a un muy buen candidato”, se lamentaba un colaborador del camporismo. Y agregaba: “El acuerdo con Sergio también era una premisa para nosotros”.
Las oficinas de pre-campaña que De Pedro montó en la calle Estados Unidos al 700 tendrán que transformar lo que iba a ser una campaña nacional, en otra enfocada solo en la provincia. “Le vamos a alquilar las oficinas a Sergio, nosotros nos vamos a mudar a otras en la calle Cuba”, bromeaba un colaborador de ese equipo. Los últimos focus group del ministro del Interior reflejaban que su mayor nivel de desconocimiento estaba en las provincias del norte del país y en el conurbano bonaerense, curiosamente, los dos bastiones del kirchnerismo. Se descuenta que De Pedro se focalizará de acá en más en el Gran Buenos Aires, aunque también, por su costado de productor agropecuario, puede interpelar al interior de la provincia.
“Vamos a hacer lo que haya que hacer para ganar. En eso estamos todos”, aseguraba un colaborador del kirchnerismo que se preparaba para recalcular la campaña con la nueva composición de la boleta oficialista.
El rol de Rossi
Con el volantazo del viernes, Fernández –que la noche previa había cenado con Daniel Scioli en La Ñata- se garantizó cambiar el tono de la campaña. En el escenario de PASO, el Presidente iba a transitar los últimos meses de su gestión en las sombras de un candidato -el embajador en Brasil- con poco aparato y al que ni siquiera reconocía como su delfín. Todo en una interna con otro postulante, De Pedro, cuya apuesta era diferenciarse de un gobierno con mala imagen.
Con el cambio -al menos en el relato que se hizo- el Presidente colocó a su jefe de Gabinete como compañero de fórmula y ubicó a dos de sus ministros (Victoria Tolosa Paz y Santiago Cafiero) en lugares expectantes de la nómina de Diputados.
Si bien Fernández “puso al vice”, lo cierto es que el nombre de Rossi ya generaba aceptación en la terminal kirchnerista. El jefe de Gabinete –que había decidido no postularse a presidente hacía varios días- venía manteniendo conversaciones con Máximo Kirchner para confeccionar las listas de Santa Fe, lo que explica la presencia de Germán Martínez como cabeza de la nómina de diputados de esa provincia.
Rossi se autoproclama kirchnerista y tiene una historia en común con los la vicepresidenta, lo que lo hace más digerible en el electorado K. A partir de ahora, el ministro coordinador buscará intercalar actividades de gestión con otras de tipo político. Mañana, por caso, encabezará su primera reunión de gabinete con una agenda de gestión que, se descuenta, estará impregnada del espíritu de campaña. En el cónclave de ministros, a las 10, se espera la presencia del Presidente.
Más tarde, Rossi tiene pensado encabezar un acto con Sergio Palazzo en La Bancaria, un auditorio que simpatiza con el kirchnerismo. Un colaborador K soltó este martes: “Recién empezamos. Con una presentación de fórmula tan desprolija, todavía se tienen que acomodar los melones”.
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