Unesco. El destino privilegiado que ofrece Alberto Fernández a funcionarios desplazados
Como ocurrió con María Eugenia Bielsa, el Presidente le propuso a Marcela Losardo ocupar el cargo que quedó vacante tras la muerte de Fernando “Pino” Solanas
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El presidente Alberto Fernández encontró en la embajada argentina ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) una salida elegante para la ministra de Justicia, Marcela Losardo, una abogada con extensa trayectoria en el ámbito judicial, pero sin vínculos con el mundo de la cultura.
“Agobiada”, como dijo el Presidente, Losardo, socia histórica y amiga personal de Fernández, desembarcará en París para ocupar el puesto que quedó vacante tras el fallecimiento de Fernando “Pino” Solanas.
No es la primera vez que el jefe del Estado le ofrece a un funcionario desplazado el cargo diplomático en la Unesco, el organismo de la ONU dedicado a la Educación, la Ciencia y la Cultura. En noviembre pasado, Fernández decidió pedirle la renuncia a su entonces ministra de Desarrollo Territorial y Hábitat María Eugenia Bielsa. La dirigente rosarina del PJ y referente de Encuentro por Santa Fe había quedado en la mira del kirchnerismo tras el conflicto por las tomas de tierras y en el Instituto Patria la ubicaban dentro de la lista de “funcionarios que no funcionan”.
Por esos días Fernández volvió a actuar como un equilibrista para contentar a todos los sectores de la coalición oficialista. Desplazó a Bielsa, como le reclamaban desde el cristinismo, pero llenó de elogios a la funcionaria y le ofreció reemplazar a Solanas en la Unesco, un cargo que históricamente ocuparon diplomáticos de carrera, escritores, ensayistas o artistas. “Hizo trabajos que no lucen, pero son muy importantes. Tengo el más alto concepto de ella”, aseguró. Molesta por la decisión del Presidente, Bielsa no aceptó la propuesta de Fernández y el puesto en el organismo de la ONU quedó vacante.
El caso de Solanas fue distinto al de Losardo y Bielsa. El exsenador nacional y líder de Proyecto Sur, quien murió en noviembre pasado en París luego de contraer coronavirus, fue uno de los promotores de la alianza del Frente de Todos para enfrentar a Cambiemos y, cuando Fernández llegó a la Casa Rosada, le ofreció el cargo en la Unesco. En ese momento el presidente le dijo a “Pino” que lo quería tener en su gobierno y, por eso, le pidió que renunciara a su banca en Diputados –lo reemplazó Eduardo Valdés- para asumir el desafío de representar a la argentina en París. “Yo me he desempeñado buena parte de mi vida con temas culturales, incluso con la Unesco. Alberto quiere que esté trabajando en el exterior, soy conocido afuera en el ámbito de la cultura”, contó.
Días antes de partir a París, Solanas criticó con la postura del Gobierno a favor de la actividad minera. “Que algunos sectores o legisladores del Frente de Todos hayan votado para cambiar esta ley me parece muy preocupante y no estoy en absoluto de acuerdo”, aseguró Solanas en ese momento.
A diferencia de su antecesor, Losardo está ligada a la “familia judicial” y no tiene una trayectoria académica vinculada a la cultura o la educación que la ubiquen como una candidata firme para ocupar la embajada argentina en la Unesco, que tiene sede en París.
El único punto de conexión sería que Losardo trabajó durante los últimos meses junto con el secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla, para avanzar con el proyecto para que Museo Sitio de Memoria ESMA sea declarado Patrimonio de la Humanidad.
En diciembre pasado, durante el acto por el Día Internacional de los DD.HH. que encabezaron Fernández y Cristina Kirchner en el predio de la exESMA, se presentó de manera oficial la candidatura para que el predio integre la lista del patrimonio Mundial de la Unesco, que tiene como objetivo identificar y preservar los bienes patrimoniales que tienen valor universal excepcional. “La candidatura sirve para que el mundo conozca y recuerde que la desaparición forzada de personas es un crimen que no prescribe”, aseguraron.
Los elegidos de Macri y Kirchner
Pocas semanas después de que llegara a la presidencia, Mauricio Macri designó al dirigente de la UCR Rodolfo Terragno, historiador y escritor, como embajador de la Argentina ante la Unesco, creada en 16 de noviembre de 1945.
Los Kirchner, en tanto, no utilizaron el cargo en la Unesco como un destino para funcionarios desplazados. Desde 2003 hasta 2016, cuando fue reemplazado por Terragno, Miguel Ángel Estrella ocupó la embajada con sede en París. Designado por Néstor Kirchner y Rafael Bielsa, el pianista clásico, creador de la fundación “Música Esperanza” y de “La Orquesta para la Paz, permaneció en esa silla hasta el final del segundo mandato de Cristina Kirchner.
Estrella sucedió a Juan Archibaldo Lanús, escritor y exembajador de la Argentina en Francia, que permaneció apenas un año en la Unesco. Otros diplomáticos, escritores o ensayistas que ocuparon esa silla son Jorge Asís, que pasó por el organismo durante la presidencia de Carlos Menem, y Abel Posse, Lucio García del Solar y Elsa Kelly, entre otros.
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