UNEN prepara un relanzamiento para dejar atrás la crisis interna
El frente opositor se reunirá el 18 en un teatro porteño; estarán todos los candidatos
Dar vuelta la página. Lo antes posible y aunque los dilemas que hicieron estallar la última crisis sigan en pie. Con esa idea, el Frente Amplio-UNEN le puso fecha a su próximo acto, el primero tras la cumbre de la UCR y el portazo de Elisa Carrió. Será el 18 del mes próximo en un teatro porteño aún a definir.
Será más parecido al debut en el teatro Broadway en abril que a la presentación de candidatos porteños, que sigue impregnado de los peores recuerdos por el encontronazo entre Carrió y Fernando "Pino" Solanas. El FAU intentará una especie de relanzamiento con la presentación de su programa de gobierno. Con eje en los planos institucional, económico y social, contendrá las propuestas del espacio, más allá de quién se imponga en las PASO de agosto.
Tal como ocurrió en abril, aunque los candidatos a presidente (salvo Carrió, al menos hasta ahora) estarán presentes, no serán el foco de la ceremonia. O por lo menos, no en los planes de los organizadores. El FAU buscará mostrar "propuesta y capacidad de gobierno" en un intento de sobreponerse a los vaivenes de su interna todavía irresuelta. Tal vez para no alimentarla, no habrá discursos, sino presentación del programa en bloques temáticos.
La convocatoria del 18 se decidió ayer en la reunión de la mesa nacional del frente. Dirigentes de los ocho partidos que lo integran volvieron a verse las caras después de los últimos cimbronazos.
Tal como habían acordado la semana pasada, radicales y socialistas llevaron su decisión de redefinir roles y distribución de poder hacia dentro del frente. Hubo acuerdo en reformular la estructura según el tamaño relativo de los partidos. La UCR hizo circular un borrador de estatuto que propone repartir el peso en la toma de decisiones en función de la representación parlamentaria. Quedaron en analizar la propuesta y discutirla el martes próximo, cuando volverán a reunirse.
Igual que en las citas anteriores, cada partido estuvo representado por dos dirigentes. La novedad, y primer reflejo de la decisión de tomar las riendas de la UCR y el PS, fue la presencia de la senadora Laura Montero (UCR-Mendoza), fiel ladera de Julio Cobos, que hasta ahora no estaba representado en la mesa. Por la UCR estuvieron además Ricardo Gil Lavedra y Juan Manuel Casella, hombres de Ernesto Sanz.
También hubo catarsis, claro. "Tuvimos una conversación franca, muy madura", sintetizó, diplomática, Montero a LA NACION. El clima se tensó cuando surgió, inevitable, el "tema Carrió".
Los enviados de la Coalición Cívica, los diputados Pablo Javkin y Fernando Sánchez, ratificaron la voluntad de su partido de seguir en el frente, más allá de la salida de Carrió, y coincidieron con el resto en la necesidad de "bajar los decibeles" y tratar (una vez más) que los cortocircuitos de la interna no se diriman en público. Casella, una suerte de "decano" de la mesa, habló de la importancia de los "límites en la confrontación con dirigentes del propio espacio". Más directo fue Humberto Tumini (Libres del Sur), que habló del "gran daño" que Carrió "le hizo y le hace al espacio". Lo escucharon, entre otros, Mario Cafiero (Proyecto Sur), Roberto Mioni (GEN) y Mario Mazzitelli (Socialismo Auténtico).
También reaccionaron los socialistas, representados por Alicia Ciciliani y Alfredo Lazzeretti, todavía molestos con el vínculo trazado por Carrió entre Hermes Binner y el avance narco en Santa Fe.
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