Una semana sin agenda oficial: hermetismo sobre la actividad de Fernández en medio de la turbulencia financiera
El Gobierno dejó de publicar el cronograma de actos del Presidente; reuniones secretas en Olivos y malestar por los rumores que se instalaron y que impactan en los mercados
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“El Presidente está en control del Gobierno”. La portavoz Gabriela Cerruti pronunció esa frase el jueves por la tarde, con malestar ante una pregunta periodística sobre la situación de Alberto Fernández. Arreciaban a esa hora versiones de todo tipo sobre el futuro de la gestión presidencial que habían provocado otra sacudida en el mercado cambiario. Los rumores a los que Cerruti quitó toda veracidad se alimentaban de un hecho concreto: desde la renuncia de Martín Guzmán al Ministerio de Economía, Fernández entró en un hermetismo casi total, desconcertante hasta para los funcionarios de su Gabinete.
La agenda presidencial que se difunde a diario a la prensa se publicó por última vez el lunes, cuando se incluyó un solo acto oficial que finalmente fue suspendido. Iba a encabezar una ceremonia en el Museo del Bicentenario para anunciar la promulgación de la ley de alivio fiscal para pequeños contribuyentes y autónomos, pero lo terminó cambiando por una reunión a puertas cerradas en su despacho de la Casa Rosada. Esa tarde le tomó juramento a Silvina Batakis como reemplazante de Guzmán. Fue una ceremonia escueta, sin discursos ni declaraciones posteriores.
Desde entonces, nada oficial: ni un discurso público ni entrevistas periodísticas ni actividades de gestión que fueran informadas a la sociedad. La mayor parte del tiempo Fernández estuvo en la quinta de Olivos. El martes se lo esperaba en una recorrida por el parque industrial de Escobar. Sin embargo, horas antes el intendente de ese municipio, Ariel Sujarchuk, dijo que el Presidente. “Estaba por despegar y le surgió una reunión de emergencia”, dijo. Después de varias horas de incertidumbre, el Gobierno difundió una foto de Fernández con la gobernadora de Río Negro, Arabela Carreras, y el senador Alberto Weretilneck, con un escueto mensaje en el que se informaba que habían sostenido una “reunión de trabajo” en Olivos.
Sus llegadas a Rosada, entre este miércoles y viernes, tampoco ayudaron. Si bien rara vez Fernández llega temprano a la mañana, en las últimas 72 horas sus arribos a Balcarce 50 fueron alrededor del mediodía. El miércoles lo hizo a las 11, en auto porque la niebla no permitía el uso del helicóptero. Fue poco antes de volver a verse con Batakis y charlar sobre la conformación de su equipo y el contacto con el FMI. Poco después de las 15 se retiró, también en auto, de Rosada, con rumbo incierto. Al día siguiente trascendería el encuentro tripartito con Cristina Kirchner y Sergio Massa, en el ocaso de esa jornada.
Este jueves, cuando arreciaban rumores sobre su continuidad, volvió a Gobierno, donde estuvo hasta caída la tarde. Se fue cuando Máximo Kirchner había hablado en Escobar y mandado un mensaje por la salida de Martín Guzmán. Este viernes arribó cuando pasaban 37 minutos de las 11 y toda la expectativa está puesta en lo que será el acto de Kirchner en El Calafate.
Junto a la ministra de Salud
A puertas cerradas, el presidente Fernández recibió hoy en la Casa Rosada a la ministra de Salud, Carla Vizzotti, con quien repasó la próxima puerta de la vacunación pediátrica contra el Covid, para niños de entre seis meses y dos años.
En paralelo, sus ministros mostraron diferentes niveles de actividades, al menos públicamente, tanto de acuerdo a lo que se informó oficialmente a lo largo de la semana desde la agenda oficial de Casa Rosada, cómo a través de las propias comunicaciones de las carteras o de sus publicaciones en la red social Twitter. Porque no todos los ministerios envían la información para que se difundida de forma unificada, como confirmaron desde las distintas carteras, esgrimiendo diferentes argumentos, como confirmaron desde Gobierno. Sin embargo, se notó que no hubo actividades de peso o con posibles lecturas políticas.
El ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, presentó “Argentina Grande”, el Plan que comprende las 120 obras de infraestructura, recorrió obras y se reunió con distintas autoridades. Su par de Seguridad, Aníbal Fernández participó de la Mesa Federal de Seguridad, Género y Diversidad, firmó diversos acuerdos y convenios, en lo que fue su actividad pública, a lo que se suman actividades privadas, por las características de la cartera, según explicaron. Públicamente, el titular de Justicia, Martín Soria, participó públicamente también de la firma de convenios y de un acto de reconocimiento.
Elizabeth Gómez Alcorta, del Ministerio de la Mujer, Género y Diversidad, “encabezó” o “participó” de reuniones o “jornadas de sensibilización”, en su mayoría.
El titular de Trabajo, Claudio Moroni, uno de los siempre apuntados por el kirchnerismo, participó en la presentación del programa Fomentar Empleo y firmó el Protocolo de Género con el sindicato UOM, en el Ministerio de Trabajo. El de Transporte, Alexis Guerrera, fue otro de los que firmó un convenio y ayer inauguró la estación Paternal, de la línea San Martín.
La titular de Salud, Carla Vizzotti, fue una de las que más movimiento tuvo en su agenda, de acuerdo a lo comunicado oficialmente desde Casa Rosada.
En medio de la crisis y con los gobernadores disconformes por la gestión de Fernández, el miércoles los ministros Matías Lammens, Daniel Scioli, Eduardo “Wado” de Pedro, Juan Zabaleta, y Juan Manzur parecieron hacerles un guiño: estuvieron en la reunión del Norte Grande, reunidos con varios mandatarios provinciales de la zona, en un encuentro de impacto político.
De Pedro, además, participó ayer de un encuentro con empresarios e industriales en el Consejo Interamericano de Comercio y Producción (CICyP), en un guiño al sector, más allá de que el encuentro estaba pactado desde hace semanas.
En tanto Juan Zabaleta, fue uno de los que tuvo más actividad política de mayor temperatura, con la reunión que encabezó en el atardecer del miércoles, con la Unidad piquetera. Una parada difícil, en la que los movimientos sociales amenazan con una enorme movilización en el corto plazo, de no mediar antes un acuerdo por la extensión de la cantidad de planes sociales. Un punto en el que Zabaleta se muestra intransigente.
La Unidad pidió también una reunión con Batakis, que esta semana la repartió entre reuniones con Fernández y Manzur, a la par de intentar armar su equipo de trabajo. Manzur, por su parte, tuvo varios encuentros a lo largo de la semana. Y, en lo que ya es un sello de su gestión dejó para este viernes actividades en Tucumán, donde pasa todos sus fines de semana.
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