La audiencia de Macri y el Papa: una reunión para dejar atrás conjeturas
ROMA.- Compartieron la preocupación por la pobreza y el empleo, pero especialmente la audiencia entre Mauricio Macri y el papa Francisco sirvió para dejar atrás las conjeturas que se hicieron sobre la relación entre el Presidente y el Santo Padre.
El jefe del Estado se llevó lo que vino a buscar al Vaticano: la confirmación de que el trato y la comunicación entre ellos son muy buenos. O como la definió Macri, de “familiaridad” entre dos personas que se conocen “hace muchos años”.
Todo el trabajo que realizó el Gobierno en la previa al encuentro funcionó a la perfección. El carácter privado la reunión y la participación de la familia presidencial (Antonia, la menor de las hijas de Macri, le llevó un cuestionario al Papa); el regalo que le hizo el Presidente –una alegoría al diálogo interreligioso, uno de los temas claves de la agenda de Francisco-, y el paseo en bicicleta con el arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, entre otras cuestiones, fueron fundamentales para el éxito de la reunión.
Macri y el Papa charlaron solos en el estudio adyacente al Aula Pablo VI, denominado Il Fungo [hongo en italiano] -por la forma que tiene su entrada-, durante casi una hora; el encuentro en total duró poco más de una hora.
“Ya está, con esto se terminaron todas las especulaciones. Estamos muy conformes con cómo se dio todo”, dijeron fuentes oficiales apenas el jefe del Estado terminó la audiencia con el Santo Padre.
Sereno, durante los 24 minutos que duró la conferencia de prensa, Macri también realzó la figura de Jorge Bergoglio, a quien lo destacó como un “líder moral” y “una persona sabia”. Y remarcó “la cultura del encuentro”, otro de los postulados recurrentes de Francisco, como base para que la Argentina supere las dificultades económicas y sociales que atraviesa.
En el final de la reunión, Macri le pidió al Santo Padre una reflexión para cerrar la audiencia que simboliza lo que viene entre los dos: “Fuerza y para adelante”, confió el Presidente que le dijo el Papa. En definitiva, Macri consiguió lo que vino a buscar al Vaticano.