Una reunión marcada por la confianza entre dos viejos conocidos
Trump y Macri exhibieron química desde el apretón de manos y recordaron su pasado como empresarios
WASHINGTON.- Mauricio Macri se bajó de la Suburban negra del Servicio Secreto, decorada con las banderas de Estados Unidos y la Argentina, dio un paso hasta Donald Trump , le estrechó la mano y le palmeó dos veces el hombro. Fue el primer gesto que dejó al descubierto la química entre dos hombres que fueron socios por negocios y que ahora quieren ser socios como presidentes.
"Ha sido mi amigo por muchos años, nos conocemos desde hace mucho, antes de la política, y ¿quién hubiera pensado que esto iba a pasar?", dijo Trump, unos minutos después, ya en el Salón Oval de la Casa Blanca, estirando el brazo para palmear el de Macri, sentado a su lado. "Nadie", respondió Macri.
Unos segundos después, Trump ofreció un contundente respaldo a Macri, a quien le dedicó varios elogios, y un augurio de estrecha amistad con la Argentina.
"Vamos a ser grandes amigos, mejor que nunca", afirmó el presidente estadounidense, cuando le preguntaron qué quería del vínculo con el país. "Y estamos en un comienzo maravilloso -continuó-, porque conozco a Mauricio desde hace tantos años y conozco el tipo de persona que es. Es una gran persona y es un gran líder. Él hará un trabajo fantástico para Argentina. Y me siento muy cómodo apoyándolo, porque necesitan ciertas cosas de los Estados Unidos. Me siento muy cómodo apoyándolo porque sé lo que estoy respaldando."
Hubo apenas un puñado de preguntas de los periodistas, casi todas para Trump: la Argentina, los limones -el Gobierno se llevó un compromiso de que se permitirá la importación-, el futuro del Nafta y Venezuela, en ese orden. Macri habló sólo cuando todos dejaban el Salón Oval. Dijo que querían construir "relaciones más fuertes y de largo plazo" con Estados Unidos.
Una broma de Trump, al responder sobre el conflicto por los limones, dejó en claro el lugar de uno y otro: "Yo le hablaré de Corea del Norte, él me hablará de limones".
Trump dijo que Venezuela, uno de los temas que dominaron la visita de Macri, es un "lío" y que lo apenaba mucho la crisis humanitaria del país caribeño. "Venezuela es una situación muy triste", afirmó.
Esa respuesta y su mención de las negociaciones sobre el Nafta, el acuerdo de libre comercio con Canadá y México rompieron con una atmósfera distendida y una imagen simétrica: Macri y Trump, sentados uno al lado del otro, en el borde de las sillas, y sus esposas, Juliana Awada y Melania Trump, sentadas de manera idéntica, frente a frente, rodeados por los periodistas que invadieron por menos de dos minutos el Salón Oval. No estaba previsto que las primeras damas participaran de la reunión privada, pero su presencia, improvisada, dejó en claro que el protocolo no marcó el ritmo.
Varios niños se acercaron al jardín sur de la residencia oficial y se sentaron al lado de la prensa para ver la llegada del presidente argentino: ayer, justo, era el día del año en el cual los chicos pueden faltar a la escuela y los padres los pueden llevar al trabajo, conocido como Bring your kids to work day.
"Mi buen, buen amigo de muchos años", había sido la primera frase de Trump, durante la primera foto oficial de los dos matrimonios, frente al Jardín de las Rosas. Trump dijo que se conocían desde hacía casi 25 años y Macri lo corrigió con una sonrisa y una broma al responder que "desafortunadamente" era más tiempo.
Luego llegaron el almuerzo y la reunión bilateral, donde estuvieron todos. Del lado de Macri: Marcos Peña, Fulvio Pompeo, Francisco Cabrera, Susana Malcorra, Juan José Aranguren y el encargado de Negocios de la embajada argentina, Sergio Pérez Gunella. Del lado de Trump: Gary Cohn, jefe del Consejo Económico; Jared Kushner, su yerno y asesor más influyente; Reince Priebus, su jefe de Gabinete, Rex Tillerson, secretario de Estado; Wilbur Ross, secretario de Comercio, y las dos principales figuras del Consejo de Seguridad Nacional, el jefe, H. R. McMaster, y la número dos, Dina Powell.
La única ausencia destacada fue la de Steve Bannon, asesor y líder del "ala populista" del gobierno de Trump, que ha quedado disminuido tras una interna con Kushner, que comanda el "ala globalista".
"Es un momento maravilloso para que trabajemos juntos", definió Macri. El Presidente lamentó que por "desencuentros inentendibles" la relación entre Estados Unidos y la Argentina no se haya podido consolidar, y dijo que apostaban "por una relación inteligente, de mutuos beneficios". Al final, relajó su mensaje: lo trató de "vos" y recordó sus partidos de golf. "Sí, recuerdo que teníamos partidos de golf muy duros. No sé si seguirás siendo un jugador tan competitivo como eras porque este trabajo que tenemos es de mucha responsabilidad y deja poco tiempo." Macri pareció desconocer que una de las críticas que se le han hecho a Trump, justamente, es que pasa mucho tiempo jugando al golf.
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