Una pelea en el gremio de aceiteros amenaza con paralizar los puertos del Gran Rosario
La CGT San Lorenzo anunció que bloqueará la salida de los embarques de la región; de las terminales ubicadas sobre el río Paraná se exporta el 80% de los granos del país
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ROSARIO.- Una pelea gremial en los puertos del Gran Rosario, donde se exporta más del 80 por ciento de los granos que produce la Argentina, amenaza con terminar en un conflicto y paralizar al sector en momentos en que se acerca la cosecha de soja, con la que ingresan más de 30.000 millones de dólares al país. La CGT San Lorenzo anunció que habrá paro en la región si no se normaliza la elección en el gremio de Aceiteros.
El fantasma que asoma es el paro de 21 días que golpeó al sector en diciembre de 2020, que provocó pérdidas millonarias. Uno de los protagonistas del nuevo conflicto es Pablo Reguera, el secretario general del Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros (SOEA), que está el frente de este poderoso gremio desde hace más de 20 años y ahora ve amenazada su continuidad. Es la primera vez en dos décadas que hay competencia interna en el gremio y la lista oficialista no fue autorizada porque no cumplió el cupo femenino.
Las empresas del sector agroexportador siguen con atención la disputa gremial, porque podría tener consecuencias directas en un momento clave. Miran desde lejos un conflicto que podría enrarecerse. El ministerio de Trabajo de la Nación escuchará este miércoles los planteos de Reguera y de los representantes de las otras listas. Una posibilidad es que se pospongan las elecciones, algo que también generará malestar.
En la zona del Gran Rosario están asentadas 29 terminales portuarias, de las cuales 19 despachan granos y aceites al exterior. No son sólo puertos, sino que también procesan granos que se transforman en aceite y harinas. De allí se exporta el 80 por ciento de los granos que produce el país. Este conflicto gremial se desarrolla en esa área que tiene un alto valor estratégico y peso económico.
El 10 de marzo habrá elecciones en este gremio que agrupa a más de 3.000 trabajadores, con altos ingresos que perciben un salario básico de más de 153.000 pesos. Por primera vez en mucho tiempo se presentaron cuatro listas pero la junta electoral, que está en manos de dos sectores de la oposición a Reguera, dejó fuera de carrera a las listas Celeste y Blanca, que encabeza el actual secretario general, y la verde, que lidera Lucas Monzón, empleado de Vicentín y sobrino del jefe de la CGT local Jesús Monzón.
Por eso, Reguera amenaza con un paro de la CGT San Lorenzo si la junta electoral no autoriza su participación. La lista Celeste y Blanca no fue autorizada a competir en el comicio porque no cumplió con el cupo femenino. Entre más de 3000 trabajadores sólo están afiliadas 80 mujeres, por lo que sumar obreras a las listas se transformó en una carrera contrarreloj. Reguera inscribió cinco trabajadoras en la nómina pero a destiempo –según la junta electoral-, porque dos días antes había cerrado la inscripción, algo que objeta el secretario general del gremio.
Las dos nóminas que están en condiciones de competir por el sindicato son las que integran Daniel Succhi, ex aliado de Reguera, y Daniel Fernández, conocido como “Piri”. Ambos también son delegados de Vicentín, la empresa que históricamente tuvo mayor peso por la cantidad de obreros.
El alto nivel de competencia que surgió en el gremio tuvo como detonante el conflicto de 2020. Los 21 días de paro en los puertos del Gran Rosario terminaron significando una derrota para el gremio. Las empresas descontaron los días no trabajados en un mes clave como diciembre. La demanda del gremio se centraba en lograr un plus para los trabajadores que siguieron con sus funciones en la primera etapa de la pandemia. “Nos dieron 90.000 pesos en diez cuotas en concepto de un bono por covid y nos descontaron 120.000 por los 21 días de paro”, señaló Fernández.
La CGT San Lorenzo, en manos de Jesús Monzón, amenaza con un paro en la región si no autorizan a las dos listas que no fueron autorizadas, una de la de Reguera y la otra la de su sobrino Lucas. Monzón metió presión al ministerio de Trabajo de la Nación para que solucione el conflicto. “Seguimos muy de cerca con el movimiento sindical este proceso y esperamos que el Ministerio de Trabajo de la Nación de una respuesta acorde a garantizar la participación de todas las listas porque de lo contrario se generan situaciones de suma complejidad en la actividad del cordón”, apuntó.
Ante este clima, Fernández, candidato de la lista Naranja, plantea de manera abierta que “los trabajadores no quieren más paros” en los puertos. El sindicalista señaló en diálogo con LA NACION que el alto nivel de conflictividad de los últimos años no trajo beneficios para los trabajadores. “Piri” centró su estrategia en el desgaste que generaron los conflictos portuarios para los obreros. El descuento de los 21 días de inactividad en las terminales fue un punto de inflexión porque el extenso conflicto terminó siendo un búmeran, que tocó los bolsillos de los operarios.
Reguera está convencido que el trasfondo de este conflicto tiene que ver con Vicentín. Unas horas antes de reunirse con funcionarios del Ministerio de Trabajo, el secretario general de SOEA aseguró: “Me facturan que siempre estuve del lado del gobierno en el tema Vicentín. Por eso tengo todo en contra. Impulso que la empresa la deben administrar las empresas y los trabajadores”, afirmó Reguera a este medio.