Una mujer que trabajó para Emerenciano Sena lo acusó de maltratos y dijo que Capitanich sabía

Marcela Leiva trabajó para Emerenciano Sena, el líder piquetero acusado de haber matado a Cecilia Strzyzowski, y hoy denunció que él la sometió a tratos degradantes. Relató que a ella y a otros trabajadores los mantenían encerrados, que los obligaban a trabajar 15 horas diarias y que los amenazaban. Contó además que todo esto lo sabía el gobernador Jorge Capitanich.

La mujer declaró a LN+ que siete veces denunció a Emerenciano Sena por “privación ilegítima de la libertad, corrupción y lavado de dinero”, en una denuncia que fue ignorada por la justicia provincial y por el gobierno de Capitanich.

Recordó que en 2010 comenzó a colaborar con la organización de Sena, que en ese entonces se llamaba Movimiento 17 de Julio. Trabajaba con la Fundación Madres de Plaza de Mayo en el programa Sueños Compartidos, que dirigían Hebe de Bonafini y Sergio Shoklender.

“Yo pude haber sido una Cecilia. Me quemaron un autpo, me balearon la casa, quisieron secuestrar a mi hijo y quizás me salvé porque lo hice público”, relató Leiva, en diálogo con el programa “La cornisa”, por LN+.

Pese a las denuncias, la justicia chaqueña se declaró incompetente y las denuncias pasaron a la justicia federal, pero finalmente fue sobreseído, reveló Leiva, que amplió su testimonio en diálogo con otros medios-

Una de las denuncias ante la Justicia fue por reducción a la servidumbre y trata de personas. “Emerenciano nos trataba como cerdos”, resumió.

“Hace 12 años le dijimos al gobierno de Coqui [Capitanich] y al gobierno de Cristina [Kirchner] quién era Emerenciano Sena y las cosas que hacía”, afirmó Leiva, quien denunció las “humillaciones” que sufrió de parte de Sena y de su mujer, Marcela Acuña, también detenida con prisión preventiva y acusada del crimen de Cecilia. Emerenciano Sena, Acuña y el hijo de ambos, César Sena, están presos, acusados de haber matado a la joven.

El testimonio de la mujer que trabajó con la familia Sena reflota antecedentes que complican al jefe del clan por malos tratos y reducción a la servidumbre, entre otras acusaciones.

Cercanía con el gobernador

Para Marcela Leiva, Emerenciano Sena fue siempre “el niño mimado de Capitanich”. Explicó que “Coqui siempre supo lo que pasa en la provincia” y afirmó: “Nosotros le escribíamos cartas, le pedíamos audiencias y, en respuesta a nuestras súplicas, él se sacaba fotos con Emerenciano”.

“Nosotros entrábamos a las cinco de la mañana y no teníamos horario de salida. Además, se le ponía al portón de la vivienda una cadena con candado, porque la premisa era que nosotros estábamos construyendo nuestras propias casas”, detalló la mujer, en una entrevista con Radio Con Vos, en la que dijo que después ni siquiera se respetaba esa supuesta prioridad sobre las viviendas construidas.

Relató que todo esto lo habían denunciado ella y otros trabajadores hace varios años en la Justicia y que nada pasó.

Gestos humillantes

A lo largo de su narración, Leiva dio precisiones acerca de los hechos que sufrió. Contó, por ejemplo, que comían en el piso y relató el caso de un trabajador que se descompuso en plena obra y fue sacado del lugar por orden de Sena. “Si se tiene que morir, que se muera afuera”, dijo Emerenciano, según el relato de Leiva.

“Emerenciano captaba personas del interior y las traía a trabajar con el cuento de la casa propia. Después los tenía como cerdos encerrados en el campo de tiro, sin ningún tipo de asistencia”, indicó.

Otra situación relatada por la denunciante, quien reveló que llegó a formar parte del grupo más cercano a Sena, sucedió un día cuando, luego de una tormenta, el dirigente social quiso que Leiva realizara una denuncia por la supuesta pérdida de materiales y objetos de las obras.

“Yo le respondí que no iba a hacerlo y le dije que los ventiladores, por ejemplo, se encontraban intactos, luego de lo cual me pegó un grito y me dijp: ‘Vos tenés que hacer lo que yo te digo”, comentó la señora, al transcribir escenas de maltrato y sometimiento.

El maltrato se repetía en distintas situaciones, reveló Marcela Leiva. “Nos traía fideos con gorgojos y arroz con gusanos. No podíamos salir a comprar porque el portón estaba con candado”, relató, al compartir la violencia y la humillación que padecían ella y sus compañeras.

Comprometió en su relato, también, a la esposa de Emerenciano. “Hubo casos de compañeras que por usar un pantalón ajustado eran denigradas por Marcela [Acuña], porque ella asumía que era una provocación contra su marido”, contó.

“Todo les molestaba, no había un día que pudiéramos trabajar tranquilos. Nos puteaban continuamente y nos decían que éramos malas personas”, continuó.

Leiva también hizo referencia a Fabiana González, quien era una suerte de secretaria de Acuña y está acusada de haber participado del encubrimiento del crimen de Cecilia Strzyzowski.

“Dicen que es su mano derecha, pero en realidad no lo es. Ella le tiene miedo a Emerenciano”, dijo Leiva sobre Fabiana González.

Denuncia de violación

Esta nueva acusación se suma a la conmoción que generó la denuncia por violación contra Quintín Gómez, un piquetero aliado al gobernador Capitanich que se entregó el jueves a la Justicia.

Quintín Gómez se desempeñaba en la Secretaría de Municipios del gobierno provincial, pero ya se desvinculó del organismo. Era, además, candidato a diputado provincial por el Frente Chaqueñio, en el octavo lugar de la lista, postulación a la que renunció tras la denuncia de la preceptora de una Escuela de Gestión Social de un barrio en las afueras de Resistencia.

La víctima declaró que el hombre la abusó sexualmente, tras ser llevada engañada el 10 de julio pasado a una vivienda, en la localidad de Colonia Benítez, con la excusa de que tenía que cocinar para un grupo de personas.

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