Una madrugada de vértigo que marca el peor momento de la relación entre el Gobierno y la Ciudad
Alberto Fernández llamó a Sergio Massa cuando terminó, pasadas las 8, la sesión maratónica en Diputados."¡Qué paciencia! Te felicito", le soltó el Presidente tras una madrugada de vértigo y tensión. El oficialismo había concedido modificaciones en el proyecto que le recorta fondos de la coparticipación a la Ciudad y, con lo justo, logró la media sanción. El ministro del Interior, Eduardo "Wado" De Pedro había deambulado toda la noche en el Congreso escoltado por la secretaria de Provincias, Silvina Batakis. Y Horacio Rodríguez Larreta culminaba otra jornada hiperquinética, en uno de los peores momentos de la relación con el Gobierno.
Las modificaciones que introdujo el oficialismo en el proyecto por los fondos de la Policía de la Ciudad no conforman a la Ciudad, que entiende que el espíritu es el mismo: quitarle recursos a la administración de Rodríguez Larreta. El jefe de gobierno porteño se preparaba hoy para brindar una nueva conferencia de prensa por este tema. Hará una gran puesta en escena política y defenderá con un tono "firme", aseguran en su entorno. Será una nueva oportunidad para brindar un mensaje con proyección nacional.
Aunque están disconformes (Juntos por el Cambio votó en contra), en Uspallata reconocen que la media sanción que se aprobó ayer le da al tema "un rato más al respirador artificial" frente a una discusión que, insisten, nunca se debió haber planteado. Sin los votos para aprobar el texto como llegó desde el Senado, el Frente de Todos negoció un nuevo proyecto que propone que la Nación y la Ciudad abran una instancia de negociación de 60 días para avanzar en un convenio que defina el monto de la transferencia anual para solventar el traspaso de la policía a la Capital. Es decir, se relativizó la cifra de $24.500 millones anuales que fijaba la iniciativa original y se abrió una mesa de negociación entre ambas partes, en la que intervendrá la Comisión Federal de Impuestos (CFI).
"Se ganó tiempo y se tendrá la oportunidad de poner sobre la mesa todos los números que tenemos. Pero, en definitiva, el kirchnerismo logró sacar el proyecto antes de fin de año", reflexionó un estrecho colaborador de Rodríguez Larreta. La apuesta de la Ciudad era que su planteo ante la Corte Suprema se tramitara más rápido que el proyecto en el Congreso, aún cuando no esperaban grandes concesiones del máximo tribunal.
Otro colaborador del gobierno porteño que sigue minuto a minuto la discusión por los fondos advirtió con poca expectativa: "Aunque se habilite una mesa de discusión no sabemos qué van a estar dispuestos a negociar. Pueden llamarnos el día 59 para imponernos lo que ellos quieren. El CFI hará lo que dispongan las provincias, que ya firmaron las solicitadas en contra de la Ciudad. Además el proyecto todavía tiene que volver al Senado".
Semanas de nerviosismo
La sesión de esta madrugada aportó mayor nerviosismo en el peor momento de la relación entre la Casa Rosada y el gobierno porteño. "Fueron dos semanas hiperquinéticas para Horacio", decían hoy en su entorno. Se viene de una seguidilla de cruces feroces, públicos y privados. Primero, por la responsabilidad por los desbordes durante el velatorio a Diego Maradona. Las versiones cruzadas llegaron al punto del ridículo: la Ciudad salió a demostrar que un miembro de la Casa Militar, que era el "enlace" con la Policía de la Ciudad, fue quien dio la orden de cortar la fila para despedir al astro del fútbol y la Casa Rosada salió a desacreditar la información con un comunicado.
Pero ya desde antes la situación estaba muy tensa por los desacuerdos en torno al consenso fiscal, que las provincias deben firmar con la Nación antes de fin de año. El Ministerio del Interior, encargado de cosechar las rúbricas de los gobernadores, incluyó tres artículos imposibles de digerir para el gobierno porteño. El más relevante es el que pide suspender por un año las demandas a la Nación por asuntos vinculados a la coparticipación federal, una prohibición con nombre y apellido, porque implicaría que Rodríguez Larreta retire su medida cautelar ante la Corte Suprema.
Sobre ese escenario -que abre la posibilidad de que la Capital Federal quede afuera del pacto- el fin de semana se sumó un nuevo foco de conflicto. Para recuperar recursos, la Ciudad pretendía eliminar la exención de ingresos brutos (II.BB.) sobre los intereses de las Leliqs. El titular del BCRA, Miguel Pesce, le envió una carta pública a Rodríguez Larreta en donde lo exhortó a que no aplique cambios tributarios que "distorsionen las políticas" de la autoridad monetaria. En simultáneo, la Casa Rosada le introdujo un nuevo cambio al festival de borradores que circulan del texto del consenso fiscal, donde planteó "mantener la exención de II.BB. sobre títulos, bonos y demás instrumentos emitidos por el BCRA".
En la Ciudad aseguran que se enteraron de ese último cambio "por terceros" y que quienes negociaron el posible ingreso de la Capital Federal al consenso fiscal -Batakis y el ministro de hacienda porteño, Martín Mura- no se reúnen desde hace más de una semana.
Los contactos, sin embargo, no se interrumpen del todo. "Wado nunca cierra la línea de comunicación con Rodríguez Larreta, aunque estén a las puteadas", admiten cerca del funcionario nacional.
Créditos
La sorpresiva convocatoria del kirchnerismo a la sesión especial de ayer en Diputados, para apurar la quita de recursos a la Ciudad, tensionó la cuerda al máximo. Fue por los diputados cordobeses que responden al gobernador Juan Schiaretti –que no estaban dispuestos a mostrarse como parte de una mayoría automática del oficialismo- que el proyecto se morigeró ayer durante la sesión. Caso contrario, al Frente de Todos no le daban los números.
En el oficialismo, sin embargo, hoy quisieron exhibir la media sanción como un triunfo. "La mesa de negociación nos conviene a nosotros, porque los números los desnudan a ellos. El CFI también está con nosotros", calculaban hoy cerca de "Wado" De Pedro. Lo mismo intentaron demostrar cerca de Máximo Kirchner. "La modificación del proyecto la hicimos nosotros", soltaron.
Massa, por su parte, vivió a la sesión de ayer como una demostración de poder. Se aprobó uno de esos proyectos que estaban destinados a dormir el sueño de los justos, con la excusa de la falta de votos. Él venía repitiendo desde hace varios días que la incitativa saldría modificada, con lo que también puede leerse como un guiño al jefe de gobierno porteño, su amigo. "Fue un gesto hacia todos. Hacia la Ciudad, hacia Córdoba, hacia adentro del Gobierno. Un gesto de poder", deslizaron en su entorno.
Ahora se verá si se aprueba el proyecto en la Cámara alta y si los 60 días de negociación entre Nación y Ciudad vuelven a distender la relación. O, por el contrario, la llevan a un punto de no retorno.
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