Cotejan las huellas del sospechoso del ataque a Clarín con bases de datos de todo el país y de Interpol
Se amplió la investigación a más cámaras de la Ciudad; la Policía Federal volverá a peritar la botella para asegurar el rastro de uno de los atacantes; la Justicia dio intervención a la Unidad Antiterrorista
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Los investigadores de la Policía Federal ampliaron el cotejo de la huella dactilar de uno de los sospechosos del ataque a Clarín a las bases de datos de Interpol y de todo el país, mientras trabajan con las cámaras de la Ciudad en un radio que abarca varios kilómetros a la redonda del lugar donde unos nueve atacantes arrojaron bombas molotov contra el edificio del diario en Barracas.
Según pudo saber LA NACION, los detectives del Departamento Unidad de Investigación Antiterrorista (DUIA) de la Policía Federal Argentina tomaron la posta en el caso, luego de la actuación inicial de la Policía de la Ciudad, que estuvo haciendo las primeras medidas de prueba.
Los federales realizarán nuevamente el peritaje sobre una de las botellas donde se pudo rescatar una huella digital nítida. La idea es repetir el análisis para estar seguros del resultado. Hasta ahora esa huella digital había sido cotejada comparada con la bases del Registro Nacional de las Personas (Renaper) y de personas con antecedentes penales: la comparación dio negativa.
De acuerdo a las fuentes consultadas, eso hizo pensar a los investigadores de la Policía de la Ciudad que el sospechoso puede ser extranjero y comenzaron a averiguar con autoridades de países limítrofes, como Chile. Sin embargo, ahora la Policía Federal, una vez que repita el peritaje papiloscópico, buscará comparar esa huella con la bases de datos del Sistema Federal de Identificación Biométrica para la Seguridad (SIBIOS) que tengan todas la provincias del país y con la base de datos de Interpol.
El sistema SIBIOS, creado en 2011, se basa en un reconocimiento automatizado de huellas dactilares y se alimenta de las huellas que toma el Renaper en los trámites de pasaporte y DNI, y de los datos de las personas con causas penales. Desde su implementación hace diez años, fuerzas de seguridad, tanto federales como provinciales, procesan rastros levantados de la escena del crimen sobre el SIBIOS, por eso es que tiene un alcance nacional, aunque no a todas las provincias.
Este martes por la noche, decenas de policías ampliaron la búsqueda a otras cámaras mas allá de las de las inmediaciones del edificio de Clarín, en Barracas, pues están confiados en que un grupo tan numeroso de 9 personas, tiene que haber dejado impreso su rostro en algún domo de seguridad de la Ciudad.
Hasta ahora se detectó a parte del grupo en las imágenes de las cámaras de la Ciudad, donde se ve a cinco integrantes caminando por el Parque Lezama y uno de ellos, de cabello largo, podría tratarse de una mujer.
Los investigadores buscan realizar una reconstrucción con las cámaras para determinar desde donde llegó al lugar el grupo de atacantes, algunos en dos motocicletas, y cómo se retiró. Una fuente al tanto de la investigación dijo que llegaron hasta la zona de Parque Lezama, donde hicieron una parada, antes de dirigirse a Clarín, y allí se pusieron ropas oscuras.
Las cámaras de la Ciudad halladas hasta esta noche muestran a tres personas moverse en dos motos sobre la avenida Brasil, junto a Parque Lezama, y luego a cinco personas caminando por el interior del parque, al menos tres con un casco bajo el brazo. Una de esas personas tiene el cabello largo por debajo de los hombres y podría tratarse de una mujer. En el grupo podría haber otra mujer por como se movieron al arrojar las molotov en la entrada de Clarín.
Las motocicletas las dejaron estacionadas en Martín García y Bolívar y desde allí caminaron hasta Clarín. Luego se desperdigaron en diferentes direcciones. Llamó la atención que el ataque no fue en la entrada principal de Tacuar,í sino en una puerta lateral, sobre Piedras al 1700.
El juez federal Luis Rodríguez le dio intervención al Departamento Unidad de Investigación Antiterrorista (DUIA) de la Policía Federal Argentina, que depende del gobierno nacional, con lo que los primeros trabajos ya no quedarán exclusivamente a cargo de la Comisaría 4 D de la Policía de la Ciudad como hasta ahora.
Es que esa seccional policial estaba desbordada porque es la misma donde cuatro efectivos fueron removidos por el asesinato de Lucas González de 17 años, el jugador juvenil de Barracas Central, que fue baleado en la cabeza en inmediaciones de la villa 21-24 de Barracas.
Los investigadores trabajaron con los rastros encontrados en el lugar del ataque, en particular con una huella digital nítida hallada en una botella con la que fue construida una de las bombas molotov que no explotó y quedó sobre la vereda.
Los desconocidos, encapuchados, arrojaron 8 bombas molotov, que son explosivos caseros fabricados con una botella, con combustible y una mecha de trapo. De las ocho bombas arrojadas en una de las puertas de Clarín, sobre la calle Piedras al 1700, seis estallaron, una no explotó y la botella se rompió sin incendiarse y la última quedó apoyada sobre la vereda intacta. Esta botella es la que permitió aislar la huella digital.
La huella se cotejó con la base de datos del Renaper que contiene las huellas del DNI de todas las personas documentadas y con la base de datos de personas con antecedentes penales. La comparación no arrojó resultados, dijeron a LA NACION fuentes al tanto de la investigación. Eso hizo especular que uno de los sospechosos podría ser un extranjero sin documentos argentinos, dijeron la fuentes.
Ahora, los investigadores buscan rastrear sus rostros en otras cámaras que no sean las del frente de Clarín. Los atacantes actuaron encapuchados pero se buscan otras cámaras de las zona donde sea posibles verlos sin capucha.
El ataque recibió el repudio de buena parte del arco político y de entidades periodísticas, como Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA), Foro de Periodismo Argentino (FOPEA) y la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP). También de sectores empresarios, como la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE).
El atentado, que tuvo lugar sobre la entrada de la calle Piedras en horas de la noche, se produjo cuando un grupo de nueve desconocidos encapuchados arrojó bombas Molotov, que no produjeron daños materiales, ni heridos. El caso es investigado por la justicia federal, a cargo de Luis Rodríguez, con la intervención del fiscal Gerardo Pollicita. El juez Rodríguez caratuló el caso como intimidación pública.
Las primeras hipótesis de los investigadores relacionaban este hecho con casos anteriores de ataques protagonizados por grupos anarquistas y hasta llegaron a mencionar algún nexo con el recrudecimiento de la violencia de grupos autodenominados mapuches en la Patagonia.
En particular los investigadores mencionaron un ataque en agosto pasado de un grupo anarquista que la emprendió con bombas molotov contra una mutual de la Gendarmería. Este grupo de personas se desprendió de una marcha que tenía como objetivo protestar por la muerte de Santiago Maldonado y la desaparición del joven Facundo Astudillo. En ese momento hubo 13 detenidos.
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