Una crisis bajo los pies de Cavallo y de Beliz
Cimbronazo: los cavallistas aprueban el arreglo, pero algunos opinan que se cedió demasiado; un grupo belizista se fue y critica.
"¡Esta negociación es terrorífica! No registra antecedentes en la historia desde la caída del Imperio Romano", le recriminó el ex ucedeísta Carlos Maslatón, el miércoles último, al líder de Acción por la República, Domingo Cavallo. Faltaban minutos en el búnker cavallista para la conferencia de prensa en la que se anunciaría el acuerdo con el titular de Nueva Dirigencia, Gustavo Beliz, con miras a los próximos comicios.
Maslatón no salía del estupor: se enteró por los diarios del arreglo. Su grupo liberal, con Fernando Bustelo, Héctor Huici, Pablo Caullier y Martín Borrelli, además de los justicialistas Jorge Arguello y Eduardo Valdéz, entró en una depresión colectiva.
El reparto entre Cavallo y Beliz -definido el lunes en un almuerzo íntimo- hizo estallar una crisis en la segunda línea de lo que ahora es el frente Acción por la República-Nueva Dirigencia. "Todos estamos de acuerdo con la coalición con Beliz, pero no con los términos del arreglo ni con la metodología que se empleó", confió a La Nación un lugarteniente del ex ministro de Economía. Cavallo se quedó con los diputados nacionales; Beliz con los legisladores porteños.
Las tropas descontentas
La fusión tampoco conformó a Guillermo Francos ni a Haroldo Grisanti. Le reprochan al conductor que descuidó demasiado la Capital Federal, donde no dejó nadie de tropa propia. "El Mingo privilegió el acuerdo con Beliz, miró hacia lo nacional", interpretó Francos.
Nadie duda en sus filas que captarán más votos, pero lamentan que Beliz estaba muy apremiado por las encuestas como cederle toda la Legislatura. "De no tener nada seguro pasó a liderar un bloque en la futura Legislatura que será árbitro entre el Frepaso y la UCR", se lamentan en Acción por la República.
Una multitud de cavallistas y belizistas quedaría afuera de listas de legisladores porteños, los que reemplazarán a los actuales concejales. Cada escaño, se sabe, equivale a varios cargos políticos.
En el belizismo, la bomba barrió con una agrupación de unos 70 técnicos y 200 afiliados del Centro de Estudios Políticos y Sociales, que preside Julio César Balbi. El jueves renunciaron a Nueva Dirigencia. "Beliz cerró a solas un pacto personal, porque estaba abajo de Scioli (PJ)", lo acusó Balbi. El sector podría sumarse a Cambio 97, el partido de Patricia Bullrich, candidata a diputada, quien evalúa desempolvar al PDP porteño y tentar a Rafael Martínez Raymonda con la lista de legisladores.
Balbi envió la renuncia el jueves último. "Gustavo nos aseguró en febrero que no había posibilidad de cerrar con Cavallo, porque era un obstáculo para captar a desocupados y jubilados. Nos enteramos por los diarios de todas sus decisiones", se lamentó el titular de ese grupo.
Los aliados liberales de Cavallo, con Bustelo y Maslatón a la cabeza, avalarán la alianza con Beliz, pero reclamarán retoques en la conformación de listas. Barajan pedir elecciones internas abiertas desde el segundo lugar de las nóminas hacia abajo o crear una lista de legisladores paralela a la de Beliz, que sume sufragios para Cavallo.
Pero Cavallo tuvo también algunos respaldos internos al arreglo. María Eugenia Estenssoro lo consideró "bárbaro porque ahora somos más". Cavallo sostuvo que "lo importante es construir para 1999" y exhibió una encuesta. "Es la primera vez que dos más dos son cuatro en política; podemos ganarle a la UCR", se esperanzó. Adolfo Sturzenegger y José Luis Fernández Valoni también avalaron. Los liberales cavallistas y hombres de los partidos Federal y Demócrata dejaron de concurrir asiduamente como antes a las oficinas de Rivadavia 616. Pero los desplazados harán nuevos intentos para no marcharse.
"La alianza vivirá varios años", dicen
Domingo Cavallo y Gustavo Beliz se muestran desbordantes de optimismo: entienden que el frente Acción para la República-Nueva Dirigencia puso "nerviosos" al Gobierno y a la UCR; que darán un batacazo en los comicios legislativos de octubre próximo, y que tanto éxito los hará imbatibles en su lucha contra la mafia y el crimen organizado.
Pronostican que su coalición vivirá por "varios años, no sólo hasta el 26 de octubre". Cada uno definió su proyecto político: Cavallo piensa en postularse a presidente en 1999; Beliz, jugará la intendencia en el 2000.
Cavallo encabezará la lista de diputados, integrada sólo por cavallistas; Beliz liderará la de legisladores porteños con tropa propia. Hasta el miércoles último, ambos comandaban nóminas para diputado nacional por fuerzas paralelas. Unos y otros abrigan proyectos comunes.
-¿Cuántos votos obtendrán?
Domingo Cavallo: -Vamos a andar por arriba del 20 por ciento.
Gustavo Beliz: -Vi nervios en el Gobierno, que divide para reinar, y en el candidato de la UCR, Rodolfo Terragno. Estaremos arriba de los 20 puntos. La Capital tiene un voto independiente, al que apuntaremos.
-¿Qué encuestas tenían para cerrar el acuerdo definitivo?
DC: -Tenemos dos encuestas: una nos da 18%, evaluados juntos, y entre 9 o 10% cada uno, si vamos separados. La otra suma 27 puntos.
GB: -Es mucho más completa. Nos da, separados, 17%, para Cavallo, y 10% para mí. Los que me votan a mí están dispuestos a apoyar a Cavallo y viceversa. En nuestro caso se suman muy bien las fuerzas. Le facilitamos la vida a los que debían optar por uno de los dos.
-¿Qué ejes están definidos para encarar la campaña?
DC: -Transparencia política y económica; políticas sociales que el gobierno de Menem no aplica; lucha contra la evasión y la corrupción; programas de salud, de educación, de empleo y de contra la pobreza.
GB: -Desde 1991 hasta 1996 el gasto social aumentó un 40% y no llega a la gente por los nichos de corrupción e ineficacia. Priorizamos la transparencia en el nombramiento de jueces; el Consejo de la Magistratura.
DC: -Incorporamos nueva gente, honesta y con ideales, con otro estilo político: transparente.
-A propósito de la transparencia, cavallistas y belizistas protestan porque el acuerdo fue a solas y lo presentaron consumado.
DC: -Nadie plantea eso. La gente está contenta porque tienen grandeza para ver esto. Nos unimos para luchar contra las mafias y pensar en grande y eso lo entienden.
-Un centro de estudios, que preside Julio César Balbi y que se adjudica 70 técnicos, se desafilió, ¿No puede expandirse esto?
GB: -Ese chico hace 4 meses que no está con nosotros. Pero eso es la chiquita, debemos ocuparnos de la grande. No podemos igualar para abajo. Tenemos propuestas y personas y de eso hay que ocuparse.
-¿Quiénes son esas personas?
DC: -Guillermo Francos, Franco Caviglia, Jorge Srur, Carlos Bastos, Silvia Montoya, María Eugenia Estenssoro, Anaí Tapatá, Néstor Cruces, José Luis Fernández Valoni, y Juan Llach, y muchos más.
GB: También está José Enrique Miguens, José Luis de Imaz, Antonio Brailovsky.
-Bustelo propondría internas abiertas en las dos listas para completarlas desde el segundo lugar hacia abajo, ¿Las aceptarían?
GB: -No hay tiempo.
DC: -No hay tiempo. En el futuro, más establecidos, las haremos.
-¿Y si proponen hacer dos listas de legisladores para sumarle votos a la lista de diputados?
DC: -No. Quiero que trabajemos como un equipo. El de Gustavo es esencial para nuestro proyecto nacional.