"Un tanque o un soldado con un fusil no disuaden a un narco", advierte Diego Gorgal
Fue ministro de Seguridad y es uno de los especialistas en materia de lucha contra el narcotráfico; en una entrevista con LA NACION, alerta sobre los peligros del crecimiento del narcotráfico y advierte que se necesitan "cambiar las instituciones"
"En la Argentina se necesitan cambiar las instituciones, porque a los narcos no se los combate con soldados o tanques, sino con contadores, con peritos y con mucha inteligencia criminal". Así lo advierte Diego Gorgal, uno destacado experto en materia de seguridad, que investiga el crecimiento del narcotráfico en la región y el impacto en la Argentina.
En una entrevista con LA NACION, el especialista -quien realiza estudios en Washington- asegura que el país dejó de ser de "tránsito" para los grandes productores de drogas y que ahora hay "producción, comercialización, consumo y, sobre todo, lavado de activos". Alineado con el Frente Renovador de Sergio Massa, admite que la llegada de Sergio Berni a la Secretaría de Seguridad cambió la política y dejó atrás el "error" de relativizar la gravedad de la situación.
Gorgal alerta sobre el impacto modesto que puede tener una política social que, solo con planes y subsidios, busque hacer retroceder la propuesta de los narcos. "Es naif", alerta e insiste con que no hay una política de Estado para disuadir la instalación y actuación de los narcos. "En el país hay cada vez más capos narcos, por eso se los llevan por delante", define y cuestiona "el decomiso de droga como única medida" para enfrentar el flagelo de la droga.
¿Por qué el narcotráfico está creciendo con el nivel alarmante que se registra en la Argentina?
Para entender lo que ha pasado en el país en los últimos años hay que entenderlo desde lo que pasó en la región. Argentina expone sus vulnerabilidades en su sistema de prevención y represión del delito en un contexto regional que ha venido cambiando en los últimos diez años, fundamentalmente a partir de lo que ha hecho Colombia desde 2002. Ahora, se ha recuperado el rol que en los 80 tenían Perú y Bolivia en la producción de cocaína. Entre 2006 y 2007, Argentina empezó a tomar protagonismo en la producción de drogas naturales, como cocaína, y en la producción de drogas sintéticas. Hay muchos estudios que investigan que para la producción, el recurso más importante no es la tierra, sino los recursos humanos, los laboratorios, los insumos, los químicos, instalaciones eléctrica y talleres y el acceso a una industria química que, en la Argentina, es de la más grande de la región, junto con la de Brasil.
¿Cuál es la mayor vulnerabilidad que tiene la Argentina frente al crecimiento del narcotráfico?
La Argentina no tiene un sistema institucional preparado para prevenir y reprimir la producción y el tráfico de droga. Hoy la Argentina encuentra y condena a lo que se lleva puesto. No hay ni en las policías, ni en la Justicia o fiscalías, salvo muy honrosas excepciones, capacidad de desarrollar investigaciones complejas. Quién es detenido, juzgado y condenado es el menudeo y la tenencia para comercialización. El arrestado es el chofer del camión o el sereno del galpón. En la Argentina hubo dos grandes condenas por lavado de activos de dinero proveniente del narcotráfico, una en Córdoba que fue probation. La disuasión que el sistema institucional argentino le genera a las redes narcos es prácticamente nula. A esta vulnerabilidad y el escenario regional que evoluciona de esta manera es lógico que utilicen a la argentina para mover tráfico y lavar activos.
¿Cree que se necesita cambiar la legislación?
No. Se necesitan cambiar las instituciones, más allá de que hay aspectos de la legislación vinculada al narcotráfico que debiera ser mejorada. Por ejemplo: se necesita inducir la cooperación cuando se arresta a una persona con un rol relativamente importante en la organización. Es necesario que se pueda inducir la cooperación cuando se ofrecen acuerdos. Lo que se necesita es generar un piso de pena lo suficientemente alto para que traicionar a la red delictiva sea menos grave que cumplir 35 años en la cárcel. Hoy, la pena con mayor recurrencia son cuatro años en la provincia de Buenos Aires. Esto lo aplican los tribunales bonaerense.
La disuasión que el sistema institucional argentino le genera a las redes narcos es prácticamente nula.
Los narcos cumplen las penas y se van...
Sí. Y ni siquiera, a veces, llegan a cumplirla en totalidad. Por eso, en el caso del narcotráfico, subir las penas puede ser un recurso para reprimir más eficazmente este delito. Sobre todo los pisos de las penas. Siempre y cuando existan instrumentos para que un fiscal negocie. Solo sirve la información que se ofrece y que lleva a una condena. Hay que inducir la cooperación, con un piso alto de la mínima, para que se ofrezca un beneficio y se justifique la traición a la organización.
¿Cree que puede ser una política posible la despenalización del consumo?
En la Argentina hay poca evidencia para fundamentar las posiciones que ideológicamente se plantean. Partimos de la base de que la droga es mala, en términos personales y sociales y porque es mala se prohíbe su comercialización y consumo. La pregunta es ¿legalizarla va a aumentar o disminuir la demanda de droga? No tenemos evidencia, pero es presumible que, al legalizarla, se incremente su demanda. ¿Esto va a generar más o menos daño personal y social? Es muy difícil comparar los costos que trae la prohibición con los costos que trae la legalización, en términos de expansión de consumo. Ante esto hay debates ideológicos que, en general, ignoran ciertas cosas básicas, como que la demanda de drogas es inelástica al precio: independientemente del aumento del precio, la demanda no cambia.
Por más que se aplique un impuesto, la gente que consume va a seguir comprando droga...
Aunque se ponga un impuesto no va a cambiar mucho la cantidad demandada. Pensar que si se legaliza y baja la violencia no tiene evidencia. La legalización del alcohol en EEUU no hizo que la mafia dejara de serlo, no se convirtió en un grupo pacífico. La legalización no llevó a reducir la violencia. Se redujo la violencia asociada al alcohol, pero se incrementó en otros rubros. Una hipótesis mía es que en la provincia de Buenos Aires, entre 2003 a 2010, hubo una reducción del secuestro, el robo automotor, mientras que la droga, la cantidad de droga decomisada, que es un indicador del tamaño del mercado, aumenta. Pero más allá de eso, que es opinable, el problema es que la Argentina desprecia la evidencia para tomar decisiones de políticas públicas. Desde 2008 no se publican estadísticas oficiales.
Se requiere la conformación de un nuevo "termómetro"...
La decisión de mayor impacto estratégico para el futuro es construir un termómetro, que es un sistema de información y estadísticas criminales. Tomar decisiones y evaluar políticas. Para algunos tenemos intuiciones y experiencias, pero hasta que no se implementan y miden las políticas no se sabe. Lo lógico es que, si se toman políticas públicas, se mida el impacto y se corrija. Eso no estaría mal.
¿Pero se debe despenalizar o no el consumo de drogas?
No. No hay que despenalizar la droga. Porque la despenalización no cambia la naturaleza de la droga, que es mala. El sistema penal debe estar enderezado a combatir la producción y el lavado de dinero. El sistema penal, hoy, en la Argentina, no de un gobierno de derecha, apunta a llevarse por delante el menudeo. La política del gobierno es perseguir al menudeo y la tenencia para comercialización.
Desde el gobierno nacional dicen que nunca hubo tantos capos narcos detenidos...
La Argentina empezó a tener un rol distinto y por eso acá hay más capos narcos. Antes, el país era de tránsito. Como el capo no maneja el camión con droga lo que hace es que alguien de la red o del cartel contacte al partener local, que es el que compra la ruta y corrompe la salida y se hace el tránsito para exportar la droga. Ahora hubo dos cambios estratégicos: Primero es que no hay grandes carteles, sino que ahora hay bandas criminales, que son las bacrim, que no tiene estructura vertical. Hay mayor movilidad, no del número uno de una banda, pero si de la segunda línea. Para entender esto: en los 90, Pablo Escobar no se movía de su mansión; hoy eso no existe porque las bandas son más chatas, hay capos en Argentina, Brasil, México, Venezuela, Chile. Hay más capos, pero estos no son Pablo Escobar. En segundo lugar, Argentina ha tenido otro lugar: acá ahora se instalan cocinas, se lavan activos y los capos se terminan estableciendo. Actualmente hay más capos viviendo y por eso te los llevás por delante..
Sobre la despenalización, hay debates ideológicos que, en general, ignoran ciertas cosas básicas, como que la demanda de drogas es inelástica al precio
¿Solo porque hay más narcos viviendo en la Argentina?
En los últimos años, por imposición de la agenda pública, hubo un curso de acción distinto frente al narcotráfico. Antes se decía que la Argentina era un país de tránsito, tenían un diagnóstico equivocado. Ahora, aceptaron cursos de acción distintos, con Sergio Berni, aunque sin decir que hay que cambiar el diagnóstico. Establece sotto voce relaciones de cooperación internacional, con EEUU, que antes era mala palabra. Por eso creo que han cazado dos o tres capos.
¿Qué pasa en Santa Fe, por qué ocurren choques continuos de grupos delictivos en Rosario?
Hay una combinación de factores que hace hoy Rosario tenga una tasa de homicidio más alta que San Pablo. La hidrovía es un vehículo natural para el tráfico de marihuana de Paraguay y existe allí un puerto importante. Hay que dejar claro que Argentina es un país de consumo, de producción, de consumo y de lavado de activos, ya no es de tránsito y esto se ve claramente en Santa Fe. Hay una ruta terrestre de la cocaína que viene de Bolivia y por allí se exporta. En Rosario hay un crecimiento económico importante, que se dio con la soja. A más crecimiento económico hay más clases media que acceden al consumo. No es contradictorio crecimiento económico y crecimiento de la droga.
¿Pero por qué chocan bandas y se matan?
No hay datos y nadie pudo explicar por qué los más de 20 homicidios se dan en Rosario, cuando en el conurbano hay más o igual mercado de consumo. Algo ha sucedido en la oferta de droga en esa ciudad, que hace que las bandas compitan entre sí. En la provincia de Buenos Aires hubo en el oeste, en San Martín, entre 2005 a 2007, momentos en que se veían muchos secuestros no denunciados. Esos eran arreglos extrajudiciales, se arreglaban cuentas entre grupos delictivos. Eran ajustes de cuentas. Cuando hay mucha violencia es evidente que no está organizada la banda que se disputan el negocio, porque la violencia es un recurso costoso. Creo que lo que hay es un mercado en formación y donde hay mucho dinero y grandes cargamentos. Se presume que hay mexicanos y colombianos supervisando puertos de exportación.
¿Qué le pareció el despliegue de Gendarmería en Rosario que hizo el gobierno?
Dejando de lado la crítica de que es tarde, lo importante es que se hizo. Un operativo así es un elemento básico para después hacer política. El control del territorio es el pre-requisito para generar un política. Después, que el Estado está presente puede dictar una política y hacerla cumplir. Si solo es este despliegue, las redes se acomodan y siguen operando. Hay un concepto futbolístico que rige en estos casos que es "el contrario también juega". Lo que quiere decir es que se reordenan las bandas y vuelven a operar. Se necesita implementar una política para que se desbaraten bandas. Actualmente, el sistema institucional no está preparado para enfrentar bandas de narcotraficantes. Lo que se hace es el decomiso de droga y el decomiso de droga no sirve para nada. Lo que puede generar un impacto significativo en la oferta de droga es desbaratando bandas, no decomisando droga, pegando a redes logísticas de producción, cocinas, y lavado de activos. Siempre es bueno tener mil kilos de cocaína menos en la calle, pero sirve mucho más secuestrar cinco kilos y arrestar al jefe, al contador, sirve desbaratar empresas que hacen de fronting.
El sistema argentina, no hay abogados, ni contadores detenidos, ni profesionales.
Es que el sistema arresta, juzga y condena a lo que se lleva por delante, y eso es la pequeña escala. Solo apunta a lo que se lleva por delante.
¿Qué opina de la Ley de Derribo y falta de radarización en el país?
Es absolutamente necesaria la radarización y los controles en la frontera, terrestre, en Migraciones, hay que tener scanners para camiones, como de Prefectura en los ríos, el control terrestre, fluvial y aéreo, sistemáticamente, son controles que la Argentina tiene que mejorar. No necesariamente hay que aprobar una Ley de Derribo, porque no creo que sea necesario involucrar a la Fuerza Aérea para la interceptación, porque acá no entran aviones F-16, sino avionetas. Si hay una aviación de Gendarmería, que tuviese helicópteros modernos para interceptar y agarrar al piloto, sacar información, eso alcanzaría. Creo que sería imposible que se pretenda derribar todo lo que entra al territorio nacional. Se necesitan aumentar controles.
¿Por qué no hay que habilitar el ingreso de los militares a la lucha contra el narcotráfico? ¿Por principios o por práctica?
No sirve para nada. Y no sirve por una cuestión práctica y también de principios. Qué significa atacar las redes delictivas o las bacrim: inteligencia e información. Agentes encubiertos, entregas tuteladas, arrepentidos, peritos contables y financieros, investigación en el terreno. Hay que entender que un tanque o un soldado con un fusil FAL no disuade a las bacrim. Esas bandas son empresas económicas que actúan en un mercado y hay que operar como tal. En México, el ingreso de los militares no resolvió nada. En Colombia resolvió una cuestión estratégica que fue la recuperación del territorio, pero la producción es la misma, porque aumentó la productividad del suelo. Tampoco estoy de acuerdo por principios: un policía persigue delitos, no una amenaza a un interés nacional. Sino, se transforma a las Fuerzas Armadas en policías, en el mejor de los casos. Hay que tomar como base la explicación práctica: Un FAL, un soldado, un tanque, no sirven de nada.
No se necesita una ley de derribo, ni que se metan los militares en la lucha contra los narcos. Un FAL, un soldado, un tanque, no sirven de nada.
¿Se tiene que crear una DEA en la Argentina, para concentrar la lucha contra el narcotráfico?
No sé. Me parece que antes tendría que haber un liderazgo político que coordine los esfuerzos, en vez de concentrar estructuras. Cuando se concentra se genera el riesgo de la cooptación. La fragmentación sirve para evitar que se coopten estructuras, pero la concentración tiene como virtud que sirve para coordinar la acción. Yo soy partidario de que exista un liderazgo político que coordine y mejore los resultados de las políticas.
¿Por qué los jóvenes y adolescentes se meten en bandas narcos y cuál es la política más eficaz para sacarlos?
Hay una visión naif de que a los narcos se los combate con planes sociales. Esto no tiene ningún asidero. Si hoy el Estado va a un chico de 15 años de Rosario y le ofrece un programa social, ese programa no compite con lo que le ofrece el dealer de la droga. En términos de esfuerzo y de ingresos. Lo que gana como soldadito es 10 veces más de lo que le ofrece un programa social.
Pero el estado tampoco puede competir con la plata de la droga...
En términos económicos no, pero cambia la situación cuando se genera la percepción de que la sanción es cierta. El joven piensa gano más plata, pero es muy probable que me coma 15 años preso; entonces agarro el programa. Creo que hay que hacer una combinación inteligente entre la zanahoria y el palo. Ni la zanahoria sola, ni el palo solo sirven. En ese segmento, el de reclutamiento, mientras que en el de la dirección, solo sirve el palo. Hoy el narco ofrece la mejor manera de tener tecnología, zapatillas, chicas, salidas. Eso no lo ofrece el Estado. Eso lo ofrece el dealer, que solo pide manejar una motito de pizza y entregar droga.
Elisa Carrió dice cualquier alternativa del PJ va a convertir a la Argentina en un Narcoestado, ¿qué piensa de eso?
Creo que no, que no hay un riesgo de un "Narcoestado", al entender que las máximas autoridades políticas estén puestas por el narcotráfico, como sí estuvo a riesgo de ocurrir en Colombia, con jueces y congresistas que llegaron de la mano de narcotraficantes. Las instituciones del Estado igual, hoy, están penetradas por el narco, pero en segundas o terceras líneas. De todos modos, Colombia muestra que se puede revertir una situación grave cuando hay liderazgo, recursos, apoyo externo y equipos de gestión. El escenario colombiano de 2002 era que desaparecía el Estado. Hoy el escenario es que desaparece la guerrilla. En 12 años cambiaron el escenario, con las mismas instituciones.
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