Un sospechoso por la volaudra a la AMIA es investigado por un atentando en simultáneo en Panamá
Es Salman El Reda, prófugo por el que Estados Unidos ofrece US$ 7 millones; cruces de llamadas lo ligan al ataque a la mutual judía y a la explosión de un avión; el caso se conoce en medio de la incertidumbre por el avión venezolano retenido en Ezeiza
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El ataque a la AMIA, del 18 de julio de 1994 y que tuvo con saldo 85 muertos, y el vuelo de cabotaje en Panamá que estalló en el aire al día siguiente, con 21 muertos, tiene el mismo sospechoso: Salman El Reda. Se trata de un libanés supuesto oficial del Hezbollah que vivió en la Argentina, Brasil y Paraguay y por el cual los Estados Unidos ofrece hasta 7 millones de dólares de recompensa por su captura.
La información se conoció en momentos en los que creció la tensión entre las agrupaciones de familiares de víctimas del ataque a la AMIA, Memoria Activa y Apemia, que cuestionaron la tarea del fiscal de la UFI-AMIA, Sebastián Basso, a quien acusan de no querer investigar y al que critican porque dicen que tiene paralizado el caso y no les da pleno acceso a documentación de la exSIDE que está siendo desclasificada y escaneada. El caso, además, se conoce en medio de la incertidumbre y confusión por la detención de un avión venezolano en Ezeiza con cinco iraníes que activó las alertas antiterroristas.
El choque llegó a tal punto que la semana pasada el juez Daniel Rafecas convocó a las agrupaciones y al fiscal a su despacho para encauzar el conflicto. Apemia no cree que detrás del ataque a la AMIA se encuentra Irán o el Hezbollah y apunta a otras hipótesis que incluyen la participación de hombres de inteligencia argentinos. Dice que el fiscal ignora esas pistas y que los documentos desclasificados contienen información que va en esa dirección. Memoria Activa también se quejó porque quiere que la información secreta sea de acceso público y que se les provea de análisis de esos datos.
El detonante del conflicto fue que el fiscal pidió sobreseer a 34 personas que estaban con falta de mérito desde hace más de veinte años, sin procesarlos ni sobreseerlos. Para Basso la investigación respecto a ellos está agotada. Pero Apemia y Memoria Activa señalan que sin desclasificar por completo los papeles de la exSIDE no se pude saber si tuvieron o no intervención en la causa. Primero la jueza María Eugenia Capuchetti y ahora Rafecas ya dijeron que no iban a disponer esos sobreseimientos.
Hasta ahora se sabía por cruces de llamadas telefónicas que El Reda podría estar ligado al ataque a la AMIA, pero ahora se sabe por otros cruces de llamadas que el libanés, sindicado como oficial de entrenamiento de combatientes de Hezbollah, se conectó por las mismas horas que voló la mutual judía en la Argentina, con un hotel en Panamá, donde supuestamente se alojaba el ejecutor del atentado explosivo contra el avión panameño de Alas Chiricanas.
Poco se dijo en Buenos Aires de que los dos atentados ocurrieron de manera casi simultánea y fueron reivindicados en el mismo comunicado por la misma organización. Ahora se sabe que también en ambos ataques, actuó el mismo coordinador, El Reda.
Samer El Debek, naturalizado estadunidense y reclutado por el Hezbollah entre 2007 y 2008 para atacar en Tailandia y Panamá, dijo que El Reda lo entrenó en la fabricación de explosivos y el uso de armas automáticas. El Debek espera juicio en Estados Unidos y ya fue interrogado hace dos años por el fiscal de la Unidad AMIA, Sebastián Basso. EL Dereck reconoció a El Reda por fotos como quien lo entrenó en el Libano.
El Reda es el nexo común entre el ataque a la AMIA ocurrido el 18 de julio de 1994 a las 9.53 y la voladura del avión de Alas Chiricanas, ocurrido el 19 de julio de 1994 a las 18.30 del día siguiente (hora argentina). Se trata de un avión pequeño, de cabotaje que cubría la ruta entre Colón y la Ciudad de Panamá. El avión era un Embraer 110 Bandeirante, que explotó en el aire sobre las montañas de Santa Rita. No hubo sobrevivientes. Dejó 21 muertos, de los cuales 12 eran empresarios de la comunidad judía panameña.
Se cree que la bomba fue activada por el comando suicida Jamal Lya, que abordó el avión en French Field en Colón con destino a Panamá, y se inmoló en el aire. Su cuerpo fue el único que no fue identificado a ciencia cierta. Durante las investigaciones, apareció un dato: la compra de un pasaje a nombre de Jamal Lya, cuyo cadáver quedó sin cabeza y estuvo por muchos años en la morgue. En noviembre de 2017, el FBI determinó que el nombre era Ali Hawa Jamal, y fue quien explotó con la bomba detonada desde tierra por radio.
Ambos ataques, el de la AMIA y el del avión, fueron reinvincados en un mismo mensaje por el grupo Ansar Allah en un texto que se publicó el 23 de julio de 1994, cuatro días después del atentado, en el diario libanés An-Nahar. Es el mismo lugar donde el Hezbollah se adjudicó el ataque a la Embajada de Israel en 1992. Costó ligar ambas tragedias, sobre todo porque no había el acceso actual a los medios digitales para establecer un vínculo entre AMIA y la caída de un avión en Panamá, que se había tomado como un accidente aéreo.
La investigación en la Argentina, desde la época del fiscal Alberto Nisman, logró identificar a El Reda como el supuesto coordinador local del grupo operativo que organizó el atentado, adquiriendo la trafic blanca, cargada de explosivos, que fue estrellada contra la sede de Pasteur 633.
Samuel Salman El Reda (o Salman Raouf Salman, de acuerdo a documentación recibida de Paraguay) está acusado de ser un miembro activo de Hezbollah y uno de los principales responsables, a nivel local, de la preparación y consumación del ataque contra la sede de la AMIA.
Se le atribuye haber transmitido información indispensable para la concreción del atentado y haber actuado como nexo entre los agentes que actuaron en territorio argentino y aquellos que operaron desde la zona de la Triple Frontera, probablemente el mismísimo jefe de inteligencia de Hezbollah, Imad Fayez Mugniyah, supuestamente muerto por el Mossad cuando era buscado por la justicia por el ataque a la AMIA y el de la embajada de Israel en Buenos Aires, que dejó 29 muertos.
Los Estados Unidos, al ofrecer la recompensa de 7 millones de dólares por su captura, lo señala como quien dirige y apoya las actividades terroristas de Hezbollah en el hemisferio occidental. Uno de los líderes de la organización de Seguridad Externa (ESO, por sus siglas en inglés) de Hezbollah. Y recomiendan conectarse con la embajada o el consulado estadounidense más cercano o envíar un correo electrónico a LH@rewardsforjustice.net al que tenga datos sobre su paradero.
El Reda vivía entre Buenos Aires y Foz de Iguazú (en el que vivía con su mujer), lo que le posibilitaba una relación cercana con los líderes de la organización Hezbollah en la zona de la Triple Frontera y desde donde incluso habría desplegado acciones vinculadas con la preparación y ejecución del atentado.
El fiscal Basso está buscando quiénes le dieron apoyo en Brasil y Paraguay, por lo que está esperando la autorización de Brasilia para interrogar por zoom testigos que permitan reconstruir su vida allí y saber quiénes pudieron haberle brindado apoyo en la región, con miras a determinar posibles sus redes.
El intercambio de información que se viene realizando con la fiscalía de Panamá que sigue el ataque pudo determinar la existencia de contactos telefónicos en los días previos a los ataques con Samuel El Reda en el hotel donde supuestamente estuvo alojado el comando suicida.
En la Argentina, supuestamente El Reda se comunicó en los días previos al atentado desde locutorios con una diversos números de teléfono marcados siempre según la misma secuencia. Uno de los números a donde marcaba era en la Triple Frontera a un teléfono a nombre de André Marques, que se cree que era el que atendía Mugniyah. El denominado Testigo C dice que fue él quien viajó a la Triple Frontera para supervisar el atentado.
El celular era 55459751161, a nombre de Marques, de Foz do Iguazú, recibió un llamado desde la Argentina por primera vez el 1° de julio de 1994 desde el aeropuerto de Ezeiza y dejó de operar con una última comunicación recibida desde el Aeroparque, horas antes del atentado. Los investigadores denominan a la primera llamada de entrada al país y a la segunda de salida.
Las comunicaciones que recibió ese aparato fueron 18 y todas fueron realizadas desde locutorios situados en el microcentro, en otros cercanos al edificio de la AMIA y en otros de la calle Nazca, en Flores, zona de influencia de Moshe Rabbani, exagregado cultural de la embajada de Irán en la Argentina con pedido de captura.
La policía realizó una investigación de la línea usada en el locutorio para determinar las secuencias de llamadas que se hicieron desde ese teléfono inmediatamente antes y después del contacto con el celular de Marques. Los entrecruzamientos de llamadas determinaron que desde los locutorios se llamó a dos sospechosos de Foz do Iguazú; a Beirut, Líbano, a un número de Ciudad del Este relacionado con el colombiano El Reda; a un número de San Pablo y a otro de Nueva York. También se llamó a Panamá al hotel donde supuestamente se alojó el inmolado en el avión de Alas Chiricanas.
Además, se estableció que desde la casa de los padres de la mujer de El Reda, Karina Saín, argentina, se llamó a números del Hezbollah en el Líbano. Otra comunicación desde los locutorios desde donde se llamaba a Marques se hizo a un número de Alemania que corresponde a una persona vinculada al colombiano.
La hipótesis es que El Reda era quien llamaba desde distintos locutorios al celular de Andre Marques y quien a su vez realizaba a las otras comunicaciones a los números del Líbano, Estados Unidos, Alemania, San Pablo y Foz do Iguazú. La sospecha es que con esos llamados El Reda coordinaba los dos atentados en simultáneo.
La hermana de la mujer de El Reda, Karina Saín, que fue secretaria de Mohsen Rabanni, está casada con un hermano de Salman. Llamó la atención que la primera mención de El Reda en el expediente de la causa AMIA está en las primeras de las 146.000 fojas y está fechada el día del ataque, el 18 de julio de 1994, cuando se supo que la SIDE había pinchado sin autorización judicial el teléfono de la casa de sus suegros.
En la casua por la voladura de la Embajada de Israel, en 1992, figura que un hermano de El Reda fue detenido. Se trata de José Salman El Reda Reda, que fue procesado por la justicia federal de Rosario por habérsele secuestrado más de 200.000 dólares falsos -conocidos como “superdolares- que financiarían actividades terroristas.
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